Sabía vagamente que una organización con el dudoso nombre de Club de Detectives de Chicos Guapos operaba tras bambalinas en la Escuela Media de la Academia Yubiwa, la escuela privada a la que asisto, pero afortunadamente siempre me las había arreglado para hacer mi vida en la escuela sin encontrarme con esos sospechosos personajes.
Aunque esta organización no oficial, encubierta y sin ánimo de lucro tenía fama de resolver todo tipo de problemas en la escuela, también se rumoreaba que sus miembros eran la causa principal de dichos problemas, por lo que, en realidad, eran vistos como una molestia por todo el alumnado (aparte de un pequeño grupo de seguidores).
Aunque historias como el Caso del Avispón Gigante y el Caso de las Aulas Multiplicadas se divulgaban como hechos, lo cierto es que el club en sí seguía siendo un completo misterio. Incluso la identidad de sus miembros era incierta, por no hablar de sus actividades específicas.
Todo el mundo decía lo que quería sobre él, aunque era todo como una leyenda urbana que alguien había oído de un amigo de un amigo, y cuando se intentaba realmente hablar con los estudiantes que habían interactuado directamente con el club, éstos mantenían la boca cerrada. Incluso los clientes más importantes, que debían reunirse con los miembros en persona, se negaban a hablar.
Decían que habían jurado guardar el secreto por cláusulas de confidencialidad─ cosas así.
Vaya, vaya, vaya. Apenas pude evitar reírme. ¿Qué clase de detectives excéntricos, extraordinarios o simplemente execrables juran guardar el secreto a sus clientes en lugar de hacerlo al revés? Eran demasiado enigmáticos. Por supuesto, podría decirse que, en última instancia, servía para aumentar su aura misteriosa, pero cuando, por desgracia, se me acabó la suerte y me vi involuntariamente involucrada con ellos, finalmente comprendí por qué sus clientes guardaban silencio.
Es todo tan absurdo que nadie quiere hablar de ello.
Después de todo, ¿a quién le gusta que le llamen mentiroso por contar una historia increíble? Pero yo he decidido hablar, aunque me llamen mentirosa compulsiva.
No es que quiera aclarar las injustas y crueles ideas erróneas que rodean al club─ nada tan admirable como eso. Al contrario, quiero que todo el mundo sepa que esos rumores calumniosos no llegan ni de lejos, y por eso pienso contar esta historia con el espíritu de un delator. En mi caso, ya no estoy obligada a respetar la cláusula de confidencialidad, así que puedo hablar públicamente.
Sobre el club de detectives de chicos guapos.
Y sobre esos cinco chicos guapos, tontos pero hermosos, y también simplemente hermosos.
