𝐕𝐄𝐈𝐍𝐓𝐄

Start from the beginning
                                    

 Cayó exactamente donde hacía un segundo estaban mis piernas. Reinó un silencio absoluto durante un prolongado segundo antes de que todo el mundo se pusiera a chillar. Oí a más de una persona que me llamaba en la repentina locura que se desató a continuación, pero en medio de todo aquel griterío escuché con mayor claridad la voz suave y desesperada de Vachirawit, que me hablaba al oído.

—¿Win estás bien?—

Bright, como si se hubiera apoyado contra el vehículo con fuerza suficiente para dañar el bastidor metálico

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Bright, como si se hubiera apoyado contra el vehículo con fuerza suficiente para dañar el bastidor metálico. Y luego estaba la familia Vachirawit, que nos miraba a lo lejos con una gama de expresiones que iban desde la reprobación hasta la ira, pero no había el menor atisbo de preocupación por la integridad de su hermano. Intenté hallar una solución lógica que explicara lo que acababa de ver, una explicación que excluyera la posibilidad de que hubiera enloquecido. La policía escoltó a la ambulancia hasta el hospital del condado, por descontado. Me sentí ridículo todo el tiempo que tardaron en bajarme, y ver a Bright cruzar majestuosamente las puertas del hospital por su propio pie empeoraba las cosas. Me rechinaron los dientes. Me condujeron hasta la sala de urgencias, una gran habitación con una hilera de camas separadas por cortinas de colores claros. Una enfermera me tomó la presión y puso un termómetro debajo de mi lengua. Dado que nadie se molestó en correr las cortinas para concederme un poco de intimidad. Reconocí a Voyage, de mi clase de Historia, y por su puesto el que había visto en la cafetería, debajo delos vendajes ensangrentados que le envolvían la cabeza. Tenía un aspecto cien veces peor que el mío, pero me miró con ansiedad.

—¡Win, lo siento mucho!—

—Estoy bien, Luke, pero tú tienes un aspecto terrible. ¿Cómo te encuentras?—

 Las enfermeras empezaron a desenrollarle los vendajes manchados mientras hablábamos, y quedó al descubierto una miríada de cortes por toda la frente y la mejilla izquierda. Voyage no prestó atención a mis palabras.

 —¡Pensé que te iba a matar! Iba a demasiada velocidad y entré mal en el hielo...—

Hizo una mueca cuando una enfermera empezó a limpiarle la cara.—No te preocupes; no me alcanzaste.—

 — ¿Cómo te apartaste tan rápido? Estabas allí y luego desapareciste.—

 —Pues...Bright me empujó para apartarme de la trayectoria de la camioneta.—

Parecía confuso. 

—¿Quién?—

 —Bright Vachirawit. Estaba a mi lado.—

Siempre se me había dado muy mal mentir. No sonaba nada convincente. 

—¿Vachirawit? No lo vi... ¡Vaya, todo ocurrió muy deprisa! ¿Está bien?—

—Supongo que sí. Anda por aquí cerca, pero a él no le obligaron a utilizar una camilla.—

Sabía no que no estaba loco. En ese caso, ¿Qué había ocurrido? No había forma de encontrar una explicación convincente para lo que había visto. Luego me llevaron en silla de ruedas para sacar una placa de mi cabeza. Les dije que no tenía heridas, y estaba en lo cierto. Ni una contusión. Pregunté si podía marcharme, pero la enfermera me dijo que primero debía hablar con el doctor, por lo que quedé atrapado en la sala de urgencias mientras Voyage me acosaba con sus continuas disculpas. Siguió torturándose por mucho que intenté convencerle de que me encontraba perfectamente. Al final, cerré los ojos y le ignoré, aunque continuó murmurando palabras de remordimiento.

Vi como como Bright miraba, con ojos de furia a Voyage y de alguna manera, había una tensión rara entre ellos, como si se odiaran, pero no quisieran admitirlo, y eso me parecía algo extraño.

Cuando por fin me dieron de alta, mis padres me llenaban de preguntas, mi padre estaba muy asustado, y mi madre lo regañaba por haberme dado el auto nuevo, sabiendo que lo habían comprado para reemplazar el otro, y ahora estaba dañado también.

Toda esta situación es....sobrenatural.

Subí lentamente las escaleras mientras un profundo sopor me nublaba la mente

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Subí lentamente las escaleras mientras un profundo sopor me nublaba la mente. Me preparé para irme a la cama sin prestar atención a lo que hacía. No me percaté de que estaba helado hasta que estuve en la ducha, con el agua —demasiado caliente— quemándome la piel. Tirité violentamente durante varios minutos; después, el chorro de agua relajó mis músculos agarrotados. Luego, sumamente cansado y adolorido para moverme, permanecí en la ducha hasta que se acabó el agua caliente. Salí a trompicones y envolví mi cuerpo con una toalla en un intento de conservar el calor del agua para que no regresaran las dolorosas tiritonas. Rápidamente, me puse el pijama.

Me acurruqué debajo de la colcha, aovillándome como una pelota, abrazándome, para conservar el calor. Me estremecí varias veces. La cabeza me seguía dando vueltas y me dolía, lleno de imágenes que no lograba comprender y algunas otras que intentaba reprimir. Al principio, no tenía nada claro, pero cuando gradualmente me fui acercando al sueño, se me hicieron evidentes algunas certezas. Estaba totalmente segura de tres cosas. Primera, Bright era un ser extraño. Segunda, una parte de él, y no sabía lo potente que podía ser esa parte, tenía sed de mi sangre. Y tercera, estaba incondicional e irrevocablemente enamorado de él. Y eso quizás me ponga en peligro de alguna forma. 



𝐒𝐖𝐄𝐄𝐓 𝐒𝐌𝐄𝐋𝐋𝐈𝐍𝐆 𝐁𝐋𝐎𝐎𝐃¹© {BRIGHTWIN}Where stories live. Discover now