Capítulo 9: Arrepentimiento

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Espero que nada grande cambie, espero no estropearlo.

La manilla gira con facilidad cuando entra en el vestíbulo. El burrito de Sapnap, que pesa en correas de plástico contra la palma de su mano, se balancea cuando cierra la puerta tras de sí.

Estaremos bien durante la semana si no lo estropeamos.

Un silencioso maullido suena en la alfombra bajo sus pies. Sus ojos caen para ver a Patches acercándose con curiosidad a la comida que tiene en sus manos, y sus bigotes se asoman a través de la tela de sus tobillos cuando se agacha.

"Hola, tú", dice Dream con calidez. Libera una mano para acariciarla. "No, no, eso no es para ti, tontita. Eso es comida para la gente".

Ella asoma la cabeza en una bolsa. Él la lleva con una mano a su pecho de forma preventiva y sonríe cuando ella se queja.

Le besa la cabeza. "Actúas como si no te alimentara".

Sus garras se hunden en la tela de su camisa. Con cuidado, la convence para que se equilibre sobre su hombro, Dream coge una bolsa descansada en el suelo e intenta hacer malabares con ella a pesar del dolor de sus brazos. No da ni dos pasos antes de que una voz divertida le interrumpa.

"¿Necesitas ayuda con eso?"

Dream levanta la vista de la alfombra. Su corazón comienza a latir con fuerza al ver a George rondando frente al vestíbulo, con las manos apretando las asas de la bolsa.

Está despierto. Con las manos en los bolsillos, sonriendo un tono más suave que el cuello de su suéter; vivo y parpadeando lentamente.

"Hola", dice Dream. "Sí, claro. Si quieres llevarla, sería genial". Su voz se siente apresurada y aireada en su garganta. "Pensé que todavía estarías dormido".

George no parece darse cuenta. Le mira desde el extremo de la habitación. "Me desperté un par de minutos después de que te fueras".

"Oh." Dream no se mueve cuando George se acerca. "¿Dormiste bien?"

¿Te sientes bien?

Mira el techo, las paredes, cualquier espacio vacío que sus ojos puedan captar cuando George se acerca lo suficiente para alcanzar a Patches en su hombro.

"Sí", responde George. "Muy bien".

Sus ojos saltan a la cara de George. Recuerda la sensación de acurrucarse en su espalda, con sus dedos enredados, y la expresión relajada que adoptó cuando no tenía ninguna razón consciente para guardarla. La facilidad visible es sólo la mitad de lo que falta ahora; Dream lo estudia abiertamente.

"¿Muy?", repite.

Las mejillas de George se tiñen ligeramente. Sus nudillos rozan el hombro de Dream. "¿Para qué son estas bolsas?"

Una sonrisa de sorpresa se dibuja en las facciones de Dream. George le ofrece una mirada para que se concentre.

Muy bien, repite su cabeza, muy, muy, muy.

"Nuestra cena, supongo. Hay una taquería al lado de la oficina de mi terapeuta y paro allí siempre que termino", explica.

Patches se aleja de él. "Oh."

"Sí".

George retrocede con su gata agarrada con cuidado mientras los pelos sueltos se aferran a su sudadera oscura. La cola de Patches chasquea contra su antebrazo. Dream quiere comentar sobre su ternura conjunta, pero se contiene la lengua.

"¿Cómo ha ido?"

"Mi..." Dream se aclara la garganta con sequedad. "¿Mi sesión?"

George asiente. Un calor confuso se extiende por la caja torácica de Dream, aliviado de que se moleste en preguntar, en ayudar, en hablar. No sabe por qué le sorprende tanto que George esté atento y a gusto.

Heatwaves - Traducción al españolWhere stories live. Discover now