Capítulo 14

160 17 1
                                    

Julien:

Terminé de vestirme y salí de aquella habitación aunque en realidad no sé si mi torpeza pueda cubrir de algún modo el daño que le causado a Samira.
¡Dios que he hecho!
Me senté en el sofá con un vaso de brandy en la mano lamentándome de lo que había sucedido.

—Julien ¿te encuentras bien?

Desde cuando la bruja de mi abuela le importa lo que me ocurre o no.

—Sí, estoy bien gracias. — Intento levantarme para salir huyendo y pedirle perdón a Samira, necesita hablar con ella y pedirle perdón por la estupidez que había cometido, sobre todo confesarle lo que yo también sentía por ell

—Para. No cometas una tontería con salir tras esa muerta de hambre, te lo prohíbo. Si das un paso más y sales por esa puerta, toda la fortuna de tus padres y las acciones del casino serán para tu primo Benjamín.

— ¿No estarás hablando en serio?—Miré desconcertado a mi abuela a la vez que no me soltaba de mi brazo.

—Sí. Es mi decisión. Si no haces lo que yo te diga, Benjamín será el dueño del casino y perderás lo que te corresponde.—Los ojos de mi abuela se clavaron en mí y sus palabras estaban llenas de odio.

—¿Cómo puedes hacerme esto? Sabes que esa fortuna me corresponde, maldita sea, por qué mi abuelo te dió el derecho de manejar mi dinero.

— ¿A lo mejor porque sabía lo inútil y malgastador que eres?

—Qué quieres abuela, qué esperas de mí. Maldita sea, dime, que tengo que hacer para complacerte.

Los ojos de mi abuela brillaron como nunca, mi cólera emprendió a recorrer cada parte de mi organismo, no podía creerme que me abuela me estuviera haciendo tal chantaje y encina que me dejara de humillarme ante ella. Maldita pirada, bruja.

—Divórciate de Samira y cásate con Dagna.

Sentí como si me hubieran dado un golpe en todas mis partes. No, no quería separarme de Samira, ella era mi mundo, ella era a pesar de todas la putadas que le estado haciendo la mujer que necesito a mi lado. Y pensaba luchar por ella, pero...joder...el dinero es mi sustento de vida, estoy tan acostumbrado a lujos y buena vida, que no puedo tirar todo por salir detrás de Samira. Aunque quisiera, no puedo por ser un avaro, un codicioso que solo piensa en sí mismo, y ahora mismo es justo lo que estoy haciendo.

Samira:

Tras llegar al piso de Ilse, no tardé en desplomarme en sus brazos y dejar libre este dolor humillante que me había provocado Julien. Lloré durante no sé cuánto tiempo. Pienso que el tiempo necesario para pensar con algo de claridad porque estaba claro que yo no era Dagna, yo no tenía sus encantos, su elegancia y sobre todo no tenía nada. Era una mujer que abandonó su tierra para luchar por un futuro mejor cayendo como una bomba en un terreno tan resbaladizo, que sin darme cuenta me ido hundiendo y conmigo mis ilusiones, mis deseos y olvidándome realmente quien soy, ante  todo debo ser fuerte. Sinceramente en estos momentos no tengo ni idea qué hacer con mi vida.

Los días de invierno iban corriendo más rápido de lo que yo pudiera contar. No volví a saber nada de Julien en un mes y medio, lo poco que sabía de él era por medio de sus abogados y los medios de comunicación. Ante mi está el acta del divorcio. No sé cuántas veces lo he leído imaginándome que todo esto no me está pasando y volverá a buscarme para solucionar las cosas, lo perdonaré y volveré a estar a su lado. Es lo que más deseo.

—Samira, Samira, responde por favor...

Intentaba abrir mis ojos, pero me era imposible solo podía escuchar ruidos y gente hablando pero no podía ni mover una parte de mi cuerpo.

Debo Ser FuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora