-"Enamorandome"-

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-"Y cuando pensé en rendirme, me di cuenta que el estaba aquí"-

Capítulo 13
-Aprovechando que estaba afuera de la residencia, fui a cobrar el cheque que me había dado Arquimides, procedí a ir con mi casero pague la renta del departamento por primera vez, eso me lleno de orgullo, tambirn de paso fui a un lugar con un amigo cerrajero, y saque la copia de las llaves de la residencia.

Regresé a mí  lugar de trabajo convencido de que tenia que ayudar a esa mujer, sea como sea todos debemos tener una segunda oportunidad en la vida, y quería conocer su versión  quería conocerla a detalle, yo no había notado que Eloisa se me estaba instalando en el corazón.

Al llegar pase a su recámara ahí estaba ella, mi gran señora, la miré triste agotada, tome con el dorso de mi mano su rostro proporcionándole una caricia cómplice, me prometí sacarla de aquella cárcel  en que se había  convertido su residencia para levantarle el ánimo, en el tiempo que pasó nunca me imagine que mí Dulce estuviera batallando con las hijas de la señora en el centro comercial.

Estaba concentrado en proporcionarle un poco de cariño y slivio a la Señora de la casa así que le pedí a Eloísa, que hiciera el intento de comer, ella me dijó que no, que no quería, que se quería morir, que no tenía hambre, enseguida sonó el movil, lo cogió y le contestó.

-Arquímedes, ¡ayúdame por favor!, puso el alta voz y me hizo seña que me acercará a escuchar el dijó mi nombre Alberto, te encargó la casa, y a mi Madre, confío en ti, apoyo a mi madre, no tengo mucho tiempo para platicar contigo, pero salgan a distraerse un rato por favor,  ¡olvídense de mis hermanas!.

-Solo alcanze a decir su madre no quiere comer, el respondió: -atiéndela como si tu fueras yo, ¡vale!, Madre tranquila, ¡Deja todo en mis manos, Yo me hago cargo!...

Así que al adentrarnos al comedor, fui directo a la cocina y  les ordené  que sirvieran la comida a la dueña de la casa, si se molestaron, pero también les dije que Arquimides me dio las ordenes de que yo velará  por la señora, después de eso, le anime y le pedi qué fuéramos de compras al super mercado, ella tranquila asintió en el coche le conté algunos chistes, para hacerla sonreir.

-De repente me dijó te voy a contar mi historia jovencito, no quiero que me sirvas con una impresión equivocada de mí, le mencioné que no tenía que contarme nada que yo solo era un trabajador y que jamás la juzgaria.

Y lo soltó, lo dijó: -Yo quiero contarte, quiero sanar mi alma, he callado tantas cosas.

Ahí, sentados en la banca del parque nos empezamos a conocer cuando se abrió ante mí, ahí me dediqué a escucharla con atención.

-Sabes, Alberto, es muy feo hablar de los muertos, pero el sabe que lo que te contaré es verdad y Arquímedes y Luciano son testigos de ello, Yo era una jovencita de 13 años a la que me robaron en un mercado, era la fiesta del pueblo.

(Continuará)

Amor InfielWhere stories live. Discover now