Cap 3: Desconocidos

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Egil respiro hondo y apretó más la cuchilla, su respiración era rápida... parecía estar contando en su mente y justo cuando iba a quitarse la vida, escucho un grito ensordecedor, grito que estaba a unos cuantos metros de él.

Egil: *da un largo suspiro y baja sus manos al suelo* "este grito no es el de un dragón..."

Egil volteo su cabeza y miro a un depredador del mismo tamaño que el anterior. Pero este estaba en perfectas condiciones.

Depredador: *ruge suavemente*

El depredador se retiró su máscara lentamente. A simple vista parecía igual al anterior, pero Egil noto algo más, una marca en su frente, esa marca también estaba en la máscara que el depredador se sacó y en la que le quito al que murió.

El depredador rugió más fuerte que antes, pero esta vez extendió su palma, como si quisiera algo. Egil pudo entender esa acción y lentamente le entrego el arma a distancia y la máscara.

Egil: ahora sí, vamos... dispara

Egil estaba tranquilo a pesar de tener enfrente a una criatura de más de 2 metros, pero el depredador no entendió lo que el humano dijo. El depredador se puso el cañón de plasma y la máscara que le fue entregada, Egil se quedó mirándolo por unos segundos.

Egil: "¿Qué le paso?... esta demasiado quieto"

El depredador entendió lo que había sucedido gracias a la máscara, el Sangrado que lo acompaño fue asesinado por una emboscada de los Xenomorfos y después se le fue despojado de su armamento por el humano que tenía enfrente. El depredador empezó a mirar detenidamente al humano, logro ver que una de las cuchillas estaba corroída, así que asumió que estuvo peleando con lo que ellos llamaban, la muerte negra.

Egil no entendía lo que estaba sucediendo, el depredador le había dado la espalda y se estaba marchando. Egil se paró lentamente, ya no se sentía tan cansado.

Egil: *respira profundo y exhala por la boca* "¿es porque no considera esta cuchilla como un arma... o porque estoy indefenso?"

Egil empezó a analizar la cuchilla, si tuviera que enfrentarse ahora contra un dragón... el arma solo aguantaría contra 2. En ese momento, el depredador empezó a luchar contra un Xenomorfo que salió de uno de los conductos de las paredes, haciendo que Egil levantara la guardia, estaba asustado y eso lo admitía ¿Quién no lo estaría?. Sin armas, casi sin energías y en el territorio del enemigo... su muerte estaba cerca

Egil: *ve por todos lados* "¿Por qué solo uno?"

El depredador logro derrotar con éxito a la muerte negra usando su cañón de plasma, en ese momento Egil se sorprendió. Su tecnología es demasiado avanzada, entonces ¿Por qué usan cuchillas? ¿Por qué no usar armas a distancia?

A los ojos de Egil los depredadores parecían criaturas salvajes, pero eso cambio un poco al escuchar la historia que le conto Parer y verlos un poco más de cerca

Egil: "no parecen tan salvajes"

Egil se acercó lentamente al depredador y este último se puso rápidamente en guardia mientras que rugía, esto alerto a Egil el cual también se puso en guardia mientras daba 2 pasos atrás

Egil: "carajo... ahora si moriré" *ve como el depredador lo empieza a mirar de arriba abajo* "¿otra vez analizándome?"

El depredador estaba analizando el corazón acelerado del humano "temeroso" era la palabra que pensó el depredador, analizo su respiración y aún estaba cansado.

En ese momento aparecieron 3 Xenomorfos los cuales 2 fueron contra el depredador y el que sobraba fue contra el humano.

El Xenomorfo se abalanzo con un salto hacia Egil, el cual esquivo y contrataco, haciéndole un corte superficial en todo el antebrazo. el Xenomorfo aterrizo en el suelo y con su cola mando a volar a Egil, este no pudo defenderse. Egil quedo sin aire tirado en el suelo, y por pura suerte cuando la cola iba a atravesarle la cabeza, Egil rodo por el dolor en su estómago, cuando escucho la cola del Xenomorfo perforando el suelo, rápidamente giro hasta tomar una buena distancia y luego se paró de golpe, ese acto lo hizo sentir mareado. En ese momento el Xenomorfo intento cortarle el rostro, pero Egil retrocedió un poco para luego caer de espaldas al suelo.

Egil: "demonios, mi cabeza"

Los ojos de Egil se abrieron como platos cuando vio al dragón saltando hacia él, agarro con fuerza la cuchilla y aprovechando el momento atravesó a la criatura, esta desato un grito de dolor que dejo casi sordo a Egil. El Xenomorfo, en un intento desesperado, le mostro las garras a Egil e intento cortarle el cuello, pero sus garras venían del lado derecho mientras que destrozaban el suelo, este acto hizo que sus garras se quedaran atoradas en el suelo a unos cuantos centímetros del cuello de Egil.

Egil: *aprieta más sus dientes* "la cuchilla no soportará más" *vota a un lado el cuerpo del Xenomorfo mientras que le retira la cuchilla* "este será el último"

Egil vio como el depredador tenía dificultades para encargarse de los 2 dragones, el depredador tenía heridas notables en sus brazos, después Egil vio al dragón que acabo de abatir hace un momento, este aún seguía vivo y agonizando. Sin armas, sin oportunidades de sobrevivir... Egil recordó las peleas anteriores que tubo contra esas cosas y todas tenían algo en común

Egil: confían es sus ataques... sus extremidades son duras

Egil corto la cola del dragón e improviso rápidamente, la uso como si fuera una daga... una gigantesca, si lo emplea bien podría matar a un dragón de un golpe. Egil uso la cola para atravesar la cabeza del Xenomorfo que abatió hace un momento, así supo cuan duro es la cola y cuanta fuerza debía emplear.

El depredador tenía dificultades, los Xenomorfos eran más rápidos y agiles que los normales, claro que esto el depredador no lo sabía, pero durante el tiempo que estuvo peleando pudo saber su patrón de ataque, después de todo eran criaturas salvajes pero dignas para cazar.

Egil: "dejarlo o ayudarlo... no me mato, supongo que debería de devolverle el favor"

Egil se acercó sigilosamente a la espalda de un Xenomorfo, el cual había sido lanzado a volar por el depredador, justo cuando el Xenomorfo se paró en cuatro patas, Egil dio un gran salto y atravesó su cráneo, matándolo en el acto.

Egil: joder *se recuesta en el suelo* ya no puedo más.

El depredador sintió un profundo respeto por el humano, pero a su vez sentía que estaba siendo subestimado, le habían quitado a su presa... aunque al final el depredador recordó sus costumbres "quitarle su presa a otro cazador está prohibido" el humano no era un yautja.

Egil el cazadorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora