𝗗𝗔𝗥𝗞 𝗥𝗘𝗗 // 𝗥𝗔𝗙𝗘 𝗖𝗔𝗠𝗘𝗥𝗢𝗡

𝗶𝗶𝗶. 𝗱𝗲𝘀𝗶𝗿𝗲

𝗛𝗮𝘆𝗱𝗲𝗻 𝗽𝗼𝘃:

-¡Hayden!-gritó mi madre desde el recibidor.-¡Date prisa!

-¡Ya voy!-le respondí bajando las escaleras restantes.

Los vecinos habían organizado una fiesta y nos habían invitado. Tras intentar convencerla varias veces de que no había necesidad de que fuera, aquí estoy, cerrando la puerta del copiloto de camino a la casa de el otro lado de la carretera.

Bajamos y me acomodé el vestido por debajo de las rodillas, azul marino.

-¿Debíamos venir?-lloriqueé siguiéndola hacia la puerta.

-Estarán todos los del vecindario, no podíamos faltar.-me sonrió.

Rodé los ojos, claro. Las Mallard no podían faltar, menos en una fiesta. Siempre deben mostrar impresión.

-Ahora.-se giró acomodándome el cabello por detrás de las orejas.-Muestra tu mejor sonrisa, y se educada. Estarán los Morris, por lo que Hasley supongo que estará. Los Anderson,-continuó- Morgan, Cowen, Scott, Mcall y los Cameron.

Abrí mucho los ojos, mierda, Cameron. Apreté los labios formando una tensa sonrisa.

Me miró frunciendo el ceño, pero no le dió más vueltas y apretó el timbre de a un lado de la puerta.

Tras unos segundos la señora Ross abrió la puerta con una gran sonrisa, que tuve que devolver.

-¡Amanda!-exclamó al ver a mi madre.

Mi madre le sonrió y le devolvió el saludo con un amistoso abrazo.

Pasó la mirada de mi madre a mí.-Hayden. Dios mío, que mayor y guapa.

Le dediqué una pequeña sonrisa y nos adentramos en la mansión Ross.

Mi madre se separó de mí y busqué con la mirada a alguien conocido.

Cuando me iba a rendir junté miradas, con un rubio de ojos verdes, fundido en un traje azul marino, del mismo tono de mi vestido, Rafe Cameron.

Apreté la mandíbula y me giré saliendo al jardín.

Una vez ya ahí, miré el ambiente, estaba perfectamente decorado con una temática blanca, mientras sonaba de fondo un leve piano.

Durante mi observación encontré a otro rostro conocido, era Mike el de la piscina del otro día, Mike Micheals. Le di un repaso mientras me acerqué a él, llevaba un traje negro que hacía juego con su cabello, atractivamente desordenado.

Me acerqué y me sonrió.-¿Hayden?

-¿Mike?-le devolví la sonrisa.

-¿Que haces aquí?-me dijo ofreciéndome una copa de champagne, que acepté.

-Mi madre.-suspiré.-¿Y tú?

-Mi madre también.-dijo mirando detrás de mí.

Cuando su mirada volvió a mí, me hizo un repaso bastante lento, su mirada se juntó con la mia de nuevo.-Estas, guapa, muy guapa.-habló a trompicones.