72. Ganas, Decisión y Amor

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Ambas sonreímos a más no poder. Necesitaba este tipo de felicidad, especialmente en estos días y siempre que ella estaba a mi lado surgía.

— Espera, espera — dije retrocediendo y frunció su ceño — Aquí no hay nadie. Yo quiero que nos vea todo el colegio. Hay que celebrar a lo grande.

— Entonces vamos a los pasillos — dijo jalándome y la detuve.

— Hagamos algo ¿Te parece una entrada épica el lunes? — le pregunté con una sonrisa traviesa.

— ¿No que no te importaba quién supiera sobre lo nuestro? — dijo molestando.

— No en realidad, pero quiero ver la cara de confusión de todos, especialmente luego de lo que pasó con la foto de Juliana y Villalobos — expliqué.

— Me parece perfecto — dijo sonriendo malvadamente.

El timbre del colegio sonó, y ambas nos quejamos.

— Bueno, mi amor. Me voy a esperar solo porque sí quiero ver a esos chismosos confundidos — dijo riendo — Te cuento bien en la tarde. Por cierto, hermosa faldita. Me encanta que sea cortita. Me debes una foto. Suerte en el torneo y perdón por no poder estar.

— No te preocupes. Suerte en tu laboratorio. Te amo — contesté riendo.

— Te amo, hermosa — dijo sonriendo, besó mi mejilla con prisa y empezó a correr en dirección contraria — ¡Nos vemos!

La vi desaparecer por el pasillo antes de tomar mi talega y reír sola. Qué buena forma de empezar el día con esa noticia. Sonreí al pensar en que al fin podremos ser. Quiero tomarle la mano, llevarla a todos lados, y disfrutar al lado de la otra sin miedo. Así lo haríamos. Ya era hora de actuar como una pareja normal ante los demás.

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Tenía las gafas de sol puestas a pesar que tenía los ojos cerrados, y apoyaba mi barbilla en mi mano mientras almorzábamos. Tenía más sueño que ganas de vivir. Realmente me sentía cansada, incluso más por la mañana de golf que fue realmente movida.

— ...Fue terrible. Esos niños sí que necesitan práctica. Si alumnos como tú, Alejo y Poché estuvieran haciendo su servicio social, ayudarían a esas pobres criaturas — nos dijo Johann.

— Me gustaría ayudarte, pero honestamente, qué pereza — le dijo Laura riendo.

— Amigo, aquí no somos altruistas, solo nos enfocamos en joder los apartamentos de otros — dijo Alejo.

— ¡Que es un puto pent-house! — lo corrigió Nath.

Me estaba durmiendo en la posición que estaba. Necesitaba ir a mi apartamento a descansar.

— ¿Y esa bella durmiente qué? — preguntó mi voz favorita.

Me senté derecha, y subí mis gafas antes de sonreírle a la pequeña que estaba al frente mío con una felicidad que le brotaba por los poros.

— Ha estado así desde que nos sentamos — le dijo Juancho.

— ¿Aún cansadita? — me preguntó Poché, y asentí — ¿Qué tal el torneo?

— Acá está el trofeo — le dijo Johann levantándolo.

— ¡Eso, Dani! — me dijo mi bebé, y chocamos cinco.

— Poché, habla. Manu, Mari, y Sebas no vienen por el partido del equipo de fútbol de esta noche ¿Por qué andas tan emocionada? — dijo Nath.

— ¿No les has dicho? — le pregunté sonriendo.

— No, quería que todos estuviéramos aquí, pero ya no me aguanto — dijo feliz.

— ¡Habla ya! — le pidió Laura.

Sin Querer - Fanfic CachéWhere stories live. Discover now