—Lo siento, Hades, pero creo que ha llegado el momento de que te vayas—, dijo Iris con un tono despectivo en su voz.

Sin querer armar un caos que alerte a Nicholai a tal punto de hacernos daño si Iris lo desea, ella lo tiene comiendo de su mano y no lo sabe siquiera.

Leandro y yo nos levantamos de la mesa, sabiendo que nuestra misión había fracasado. Pero sabía que no iba a detenerme ahí. Tenía que encontrar una manera de hacer que Iris entendiera que ya no era la única jugadora en este juego. Yo sé algo que ella trata de ocultar con tanto esmero del resto, ella era una de las herederas de la Cosa Nostra y una amenaza para mi ascenso como Don.

Mientras salíamos del bar, di una última mirada adentro y me encontré con una iris hablando efusivamente por teléfono. Rápida.

Le pido a Leandro que nos quedemos afuera para tratar de escuchar la conversación de Iris.

—No me importa lo que tengas que hacer, Valerio, es urgente. Te necesito en la iglesia a las afueras de Moscú—, dice Iris en italiano a la persona por teléfono —. Es la única que hay en el sur de Moscú, no hay pierde. Nos vemos en una hora.


Iris

Cuando vi salir a Hades y Leandro. Saco un teléfono desechable que compré y llamo al número de emergencia de Valerio, mi ex esposo o al menos, eso le hice creer a Nicholai.

—Nos vemos en la iglesia al sur de Moscú—aclaró luego de colgar la llamada y vuelvo al salón del bar donde estaba Nicholai.

—¿Lograste organizar la reunión?—pregunta con curiosidad el jefe de la Bratva y solo asiento con la cabeza—. ¿De dónde conseguiste el número?

—Tengo buena memoria—, le miento descaradamente. Tenía el número de Valerio solo por estar infiltrada en la organización de Alekai en uno de los rangos más bajos.

—Como lo prometí. No olvides tu parte del trato—aclaro seria.

Luego de unos minutos llega el auto que me prometió Nicholai. Iba a ir sola hasta la iglesia para no alertar a Valerio y que creyera que era una trampa. Pasados cuarenta minutos, pude observar la iglesia a lo lejos por lo que pedí al chofer que se detuviera.

Respiré profundamente mientras entraba a la iglesia, tratando de mantener mi emoción bajo control. Sabía que lo que estaba a punto de hacer no era para nada fácil, pero también sabía que era necesario para obtener lo que quiero, matar a Ivanessa para evitar que ella cuente la verdadera razón del porque tengo un contacto directo con Valerio y mi historia con Alekai, tendría a la Bratva en mi contra y no lo podía permitir.

Valerio, el hombre con el que estaba a punto de encontrarme, es un gran amigo de Alekai, un hombre peligroso que no dudaría en matarme si descubre que soy Atenea, la antigua mujer de su jefe. Sin embargo, lo conocía como la palma de mi mano, lo he estudiado junto a todos los integrantes de la Rosa Blanca. Sabía que podía manejar la situación.

—¿Qué tienes para mi krysha? ¿Qué es eso que no puede esperar?—menciona el rango de asesinos de las mafias rusas. Suena tan extraño que me diga krysha, completamente cubierta parezco una asesina más en la organización de su jefe, Alekai, cuando en realidad solo sueño en despedazarlos.

Sabía que Valerio estaba buscando algo específico, algo que no era real, así que podía darle la información falsa que él quería escuchar.

—Tengo información sobre los ataques que hubo por toda Rusia en los últimos días—, grito desde los diez metros que nos separan. No me puedo acercar a él si no se me permite, son las reglas de la Rosa Blanca. No acercarse a sus superiores sin su permiso previo.

—Dime más —, pide Valerio y sus dos guardaespaldas me dejan acercarme lo suficientemente a él para poder hablar sin gritar.

De repente veo una cabeza rubia, ¿por qué Adriano está acá? ¿Cómo llegó hasta la iglesia? Mil y un preguntas aparecen en mi cabeza, pero primero viene el deber.

Le empiezo a contar a Valerio una historia falsa sobre los ataques en Rusia y cuando queda satisfecho solo pongo mis manos en mi espalda y le doy una gran sonrisa antes de atacarlo. Golpeo contundentemente algunos puntos de presión en su cuerpo y cae inconsciente al suelo sin la oportunidad de defenderse. Escucho la voz de Adriano impresionado que hace eco en las paredes de la iglesia. Rápidamente me deshago de los dos guardaespaldas cortando sus yugulares.

Sabía que no podía quedarme allí mucho tiempo, así que rápidamente amarro y amordazo a Valerio antes de salir de la iglesia con él en brazos. Una vez afuera, dejo una nota al lado de los cuerpos de los guardaespaldas, con el nombre de Nicholai y unas coordenadas escritas en letras grandes. Sabía que esto enviaría un mensaje claro a la Rosa Blanca y solo era cuestión de tiempo para que Alekai intente recuperar a Valerio o matarlo antes de que revele información importante de la Rosa Blanca.

Con Valerio inconsciente en mi poder, fue hasta el mismo punto donde me dejó el chofer para poder llevar a Valerio ante Nicholai, jefe de la Bratva. Sabía que esto era solo el comienzo de algo mucho más grande, pero por el momento, sabía que había hecho lo correcto.

Miraba a través de la ventana como cae la nieve en el gran lago de la propiedad Vólkov. Todo iba saliendo como debía.

—Mi señora—, me habla en ucraniano la misma mujer que me sacó las muestras de sangre y me confundió con alguien a medida que entra al cuarto—. Aquí está el informe que me pidió.

La mujer me pasa una bandeja con un té y galletas, pero me vuelve a acomodar la servilleta con la excusa de que estaba mal doblada.

Cuando cierra la puerta, levanto discretamente la servilleta para evitar que las cámaras capten algo y veo una memoria que rápidamente me guardo.

Me dirijo al a la oficina que me dieron para poder ver el contenido de memoria.

Aparecen bastantes documentos y mapas que trato de entender rápidamente. No mencionan nombres, solo apodos o iniciales. ¿Qué significa A.K.O? ¿De que persona hablan al decir AKO?

Me aparecen mil y un cosas, hasta que poco a poco logro entender. Toda la información se me hace familiar y cuando logro entender por completo el rompecabezas un escalofrío me recorre y mi respiración se acelera.

« Es imposible que siga con vida, murió cuando nací, es una mentira ». Trato de decirme a mí misma.

Continuó leyendo y encuentro información sobre Hermes.

« Sigue con vida, mi hermano sigue con vida ». Mierda, tenía razón.


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¡Gracias por leer!

Los quiero montones, mis bellos dioses.

¿Qué tal les pareció el capítulo?

Si tienen alguna duda, me pueden preguntar. Con gusto les respondo.

Si hay errores de gramática/ortografía/contexto, me los hacen saber, por favor.

El Juego ProhibidoWhere stories live. Discover now