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Narra Pansy:

¿¿¿Había oído bien??? No, no, no, era obvio que no, era más que imposible, no podía ser cierto, mi madre no podía estar muerta. Todo debe ser un error un gravísimo error.
Si fuera verdad... Papa estaría aquí, ¿verdad?

Todo mi mundo daba vueltas y solo se repetía las últimas palabras dichas por Snape.

-¿Q-que..- La única palabra que pude balbucear, no busque los ojos de Snape, no quería mostrar debilidad, pero me sentía pequeña, sola. Y las palabras de Severus recorrían mi mente, taladraba mi corazón solo de pensar que podía ser verdad.

Aunque más le dolía el hecho de pensar que su "amado" padre no estaba con ella.

Draco caminaba hecho furia por un pasillo, iría a escribirle una carta a su padre y si era necesario se la entregaría el mismo con tal de que llagara a manos de su padre lo antes posible. Tan era la ira con la que caminaba que no se dio cuenta de que chocó con alguien a quien, apesar de ser ligeramente más alto, tumbó sin mayor problema.
Claro que no iba a preguntarle si estaba bien pues le daba exactamente igual, así continuo a mensajería, aunque estaba tentado a tomar el camino al despacho de su padrino.

-¡Oye! ...- Más Draco ya estaba muy lejos como para voltearse y prestarle atención, Draco sentía que su magia se salía de control, aunque solo necesito suspirar para poder volver a sentirla, pero esta vez sintió como está se encontraba ya bajo su control, pero no por ello él estaba igual.

A lo lejos un cierto pelinegro de bellos ojos verdes lo pudo ver caminando a quien consideraba ahora su más preciado tesoro, pero por ya todos los años que lo llevaba conociendo no tardó nada en darse cuenta de que Draco estaba molesto. Apesar de la distancia (que en realidad no era mucha) puedo ver como el ceño de Draco estaba fruncido y como de manera seguida se pasaba la mano por el cabello.

Harry quería ser la persona que lo calmara, pues aunque era un secreto, era como su pareja. Harry no pudo evitar sentir sus mejillas arder, la noche en la que la tensión entre ambos culminó en esa noche, una que Harry atesoraba en sus recuerdos como lo que era para él, un tesoro. Su caminar era algo rápido pues Draco se movía rápidamente entre la gente, Harry lo seguía con una lejanía prudente, pus no quería discutir con su pareja por ser un descuidado.

En algún momento por fin se encontraban en un pasillo solitario, Draco seguía con su rápido caminar, lo que sorprendió bastante a Harry, pues Draco era una persona muy atenta, le sorprendía que no se hubiera dado cuenta de que estaba detrás de él.

Draco dio unos cuantos pasos más y empezó a gritar, Harry se asustó pues no esperaba aquella acción. Se recompuso rápidamente y se acercó a Draco.

–¿Dray?– La voz de Harry logro hacer voltear a Draco quien al verlo corrió a unirse a sus brazos. Harry estaba algo aturdido, pero no por eso dudó en corresponder. Harry estrecho a Draco en sus brazos, pudo sentir algo de cosquillas cuando Draco se removió un poco para colocar su cara más cerca de su pecho.

Draco solo quería seguir en el abrazo, en esos brazos estaba seguro, estaba en calma.

–¿Que le pasó a mi Dragón?– El tono calmado y suave de Harry logro su contenido. Draco ahora respiraba profundamente y retenía como podía sus ganas de llorar. ·No es digno de un Malfoy·

–Mi amor, ¿te encuentras mal, no?











En una habitación oscura, llena de vacío y profundo silencio. Miraba el techo con profunda frialdad, me sentía cansada. Cansada de las faltas de "mi" padre, pero no puedo evitar sonreír.

La puerta se abrió, por lo que me había dicho Severus supuse que era Pomfrey quien abría la puerta para hacerme alguna estúpida prueba, cerré los ojos y fingí dormir, no quiero más estorbos e incordios.

Escuche pasos calmados acercarse con lentitud hasta mi cama, me parecieron demasiado pesados como para ser de una mujer, así que seguramente Severus había olvidado algo, o eso supuse.
Aunque siendo sincera, ya no me importaba nada, mantuve mis ojos cerrados, esperaba escuchar la puerta de nuevo, más escuche como alguien se acomodaba cerca. No tarde en sentir como mi cama se hundía por la parte de mis pies, me tense al instante, pero mantuve mis ojos cerrados.
Trate de mantener mi respiración lo más calmada posible.

La persona sentada en la que me encontraba se inclinó ligueramente hacia mi, tomo mi mano, pero me salte al momento de sentir siquiera el roce, claro que abría los ojos, pero la oscuridad de la habitación no me dejaba diferenciar más allá de una figura oscura que estaba con sus manos extendidas a mi.

Con el corazón latiendo fuertemente contra mi pecho, me aleje lo más rápido que pude, arrastrándome hasta la cabecera de la cama.

No pasó ni un segundo la puerta se abrió con un fuerte estruendo, aunque paso algo de luz no me dio tiempo a dió tiempo de reaccionar cuando la luz de la habitación me deslumbró, la persona que había pasado por la puerta la pude escuchar dirigirse hasta mí.

Pasaron unos segundo cuando mis ojos por fin se habían acostumbrado un poco a la luz, salte de la cama al suelo casi detrás de la persona que entro segundo por la puerta.

–Veo, que ignoro mis palabras señor Parkinson– La voz de Severus fue gélida, pero aún con esto mi asombro hizo que levantara la cabeza.

Mi padre me miró a los ojos, al chocar miradas fue imposible para mí no recordar los malos momentos. A su vez mi espalda fue recorrida por un largo escalofrío, sin poder evitarlo mis ojos escaparon de su mirada. Mi padre se levantó de la cama mientras que Severus se ponía entre él y yo, cosa que agradecía de sobremanera.

–¿Pansy? ¿hija mía?–

Luna quiere ser madreWhere stories live. Discover now