➪ 06.

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Mikey había tenido un duro golpe de vuelta a la realidad en el momento en que Draken había soltado las palabras "esperándome" y "estados unidos" en la misma oración.
Sin embargo muy a su pesar trato de conservar la calma y el buen humor por el resto de la tarde hasta que fue momento de partir a su habitación, eran las 12:56am cuando se tiró sobre su cama, ya en pijama y con toda la disposición de irse a dormir.

En la oscura soledad de la habitación se permitió dejar de fingir su buen humor.

Se sentía feliz de haberse reencontrado con Ryuguji, la alegría le consumía y envolvía su corazón como una manta caliente en pleno invierno. Sin embargo después de haber sentido la magnitud de esa comodidad no estaba seguro de si estaba listo para dejarle ir, o si algún día lo estaría siquiera.
La sola idea de tener que alejarse de el en un futuro próximo le destruía a pedazos y le formaba un nudo en la garganta, pero como siempre, desde que tenía memoria, prefería fingir que todo estaba bien y sonreír.

Esa noche trajo a su mente recuerdos del Manjiro del pasado, ese que daba por seguro que Ryuguji Ken siempre estaría ahí como el pilar que le ponía los pies sobre la tierra. Si lo pensaba ahora quizá fue algo egoísta, siempre pensando que Draken estaría ahí sin importar que, jamás concibió ni por asomo la idea de que el quisiera aquello en verdad. Por el bien de su salud mental trato de convencerse de que Draken realmente le apreciaba y por eso había estado a su lado por tantos años. Lo cual era obvio o al menos pretendía serlo pero las inseguridades de Manjiro no le permitían ver con claridad.

Se aproximó hasta su celular, tenía una cantidad alarmante de mensajes por parte de sus amigos, especialmente de Mitsuya.
Pero decidió ignorarlos y observo la hora, marcaban las 4:25am y el seguía ahí, incapaz de dormir pues sus pensamientos le perseguían a cada rincón de su mente como un mal presagio del cual no podía huir.

Se levantó entonces, media hora más tarde, hartó y dispuesto a servirse un vaso de agua o algo parecido.
Camino hacia la cocina en la oscuridad y al tener su bebida, la cuál termino siendo una lata de café frío, se encamino a la salida de su habitación, con la intención de terminarlo en el pasillo.

Al estar fuera el aburrimiento le consumió y decidió que iba a molestar a Ryuguji el resto de la noche.
Estaba por tocar la puerta de la habitación del pelinegro cuando esta se abrió sin previo aviso y de ella se asomo el dueño, en una camisa de manga corta y una pantalonera suelta, ropa convenientemente cómoda para dormir.
Mikey evadió el pensamiento de lo bien que el pelinegro lucía en esa camiseta que se ajustaba a esos marcados brazos que estaban lejos de lucir toscos, si no más bien de esos que te despiertan las ganas de ver y admirar cada detalle, músculo o vena.

Mikey boqueo, olvidando que había ido a hacer en un principio. Sin embargo la imagen de Ryuguji ahí le regreso toda la nostalgia e inseguridades anteriores, pero estaba claro que no iba a permitirse sentirse así de nuevo por lo que tomar las riendas del asunto era su última opción.

—Oh, iba a buscarte recién. — hablo Draken, tomando el primer turno de la conversación.

—¿Para que? — cuestionó el más bajo, regresando a el lugar y momento por completo.

—No podía dormir y planeaba molestarte un rato — admitió, riendo ronco.

—Draken — el tono inusualmente serio de Manjiro detuvo la risa de Ryuguji y captó su inmediata atención, eso acompañado del hecho de que no le llamo “Ken-chin” —Estados Unidos, lo que hay ahí, lo que te espera ahí. ¿Es tan importante para ti?

Ryuguji sintió que alguien repentinamente había decidido cortar el oxígeno en el universo, las palabras se atoraron en su garganta y apenas pudo regresar la mirada a Manjiro, que le observaba penetrante y fiero, buscando una respuesta en los labios ajenos. Mikey continuo, en vista de que Draken se había quedado congelado.

—Necesito que me lo digas, ¿Que tan importante es? ¿Tengo oportunidad de luchar por ti o simplemente debería darme por vencido en este momento? — Mikey suspiró —En cualquier otro momento de mi vida quizá ni siquiera estaría preguntando esto y ya me estaría aferrando a ti con uñas y dientes, pero ya no tengo la fortaleza para apostar a una batalla que las tiene de perder, así que dime ¿Puedo aferrarme a ti?

Ryuguji fue incapaz de no notar como la voz de el rubio fue perdiendo fuerza para el final, terminado así en que la última pregunta saliera como un susurro débil y roto. Su corazón dió un vuelco, podía sentirlo palpitar dentro de su pecho vuelto loco y lo primero que atino a hacer fue lo que sus instintos dictaron.
Se inclinó hacia el Manjiro, envolviendole en sus brazos con pertenencia y deseo de protegerle.

Puedes aferrarte a mi. — un suspiró aliviado salió de los labios del más bajo, como si hubiese sido liberado de sostener el peso del cielo en sus hombros cuál Atlas.

Mikey subió sus brazos y rodeo a el pelinegro por el cuello, aferrándose a el tal y como lo prometió, con la certeza de que está vez no le dejaría ir aún si tuviera que clavarles una patada en el rostro a los mismísimos doce del Olimpo si se atrevían a interponerse entre ellos.

SUMMER ⸻ DrakeyOù les histoires vivent. Découvrez maintenant