Al salir ya está lista la camioneta en la que iré y las otras que me acompañan siempre.

Intento no pensar ni crearme escenarios tontos y ridículos pero es imposible al recordar esos ojos hermosos que rondan en mi cabeza a cada momento. ¿Como sería un bebé suyo y mío? ¿Sacarían sus ojos o los míos? ¿Su carácter o el mío? No la conozco pero creo que sacarían su bondad. Con el tiempo aprendes a conocer las personas solo con verla a los ojos y ella tenía una mirada triste pero bondadosa, ¿Que la tendrá de esa manera o quién?

Me remuevo incomodo, aclaro la garganta por la molestia que me causa el imaginar que tenga a alguien a su lado, que sea el tipo de mujer que tiene pareja y aún así busque lo que no se les ha perdido en otro lado.

Sabes que lo que te molesta no es eso; molesta mi conciencia y aparto esos pensamientos pendejos de mi cabeza rápidamente.

Bajo de la camioneta y cuando llegamos al club, las personas comienzan a hacer las largas filas para poder entrar. Hay unos empleados que están llegando y dos rubias que van caminando me llaman la atención, así que troto rápido y tomo del brazo a una para darle la vuelta y ver su cara pero el que su rostro no sea el que espero me hace verla con desagrado, miro a la otra y tampoco es, la veo de la misma manera.

__ Aún no empieza nuestro turno pero podemos comenzar desde ya si quieres - se me ofrece la segunda y la ignoro caminando de nuevo al carro donde Uriel y mi gente esperan . Pongo mi cara neutral como si no acabara de actuar como un niñato, total no le debo explicaciones a nadie y él único que sabe es mi consejero.

__ ¡Alana! - volteo a ver a las dos mujeres rubias que le gritan a no sé quién alzando las manos a otra rubia y una castaña que van abriendo la puerta de empleados - ¡Lía!

Vuelven a gritar y las mujeres por fin las escuchan y giran alzando las manos también. La mujer rubia me llama la atención pero de lejos no puedo verle bien el rostro ya que trae un gorro de Lana y un abrigo, sé que es rubia por las mechas doradas que le caen en los hombros pero no puedo acercarme a detallarla de cerca porque ya hice el ridículo suficiente con las otras dos y me niego a volver a hacer lo mismo.

La rubia me ve por un instante pero rápidamente aparta la vista y ríe saludando a las demás mujeres que llegan donde ella.

__ ¿Todo bien señor? - Uriel se apresura a preguntar al verme viendo las mujeres como si de un puto adolescente se tratara

__ No pasa nada - camino a la puerta que abren viendo por última vez el lugar donde las mujeres  estaban, algo me insta a seguirlas pero me contengo, justo para eso vine esta noche y si ella está aquí la encontraré.

Llego al balcón de la última vez y tomo mi habitual whisky moviendo el vaso con los hielos dentro viendo como todo esta preparado para comenzar con el show.

El club está dividido en el primer piso que es donde cualquiera puede entrar y el segundo que son ocho privados que solo gente con dinero de sobra puede pagar; senadores, presidentes, empresarios y mafiosos en especial.

Las luces están apagadas y con la ropa negra que uso es como si nadie estuviera en el lugar. Avisan que todo está listo y las puertas son abiertas, las personas comienzan a entrar, unos por la zona VIP y otros por las puertas generales. Un desfile de mujeres rubias, castañas, pelirrojas, morenas y cabellos de otros colores con ropa extravagante y sexy comienzan a bajar por las escaleras, unas ya saben donde ir mientras otras solo se pasean o se sientan en una mesa esperando encontrar un cliente que las escoja.

Uriel me pregunta si quiero a una mujer a lo cual me niego puesto que no vine a eso.

La luz continúa apagada y siento que la mirada de alguien recae en mí pero al pasear la vista por el lugar no veo a nadie que esté mirando a este lugar. Se lo achaco a la alerta que siempre tengo por si algo llegase a suceder. La música está alta, personas bailando, tomando y algunas casi cogiendo en la pista de baile no faltan,

Mobster Librarian (Libro 1 Dinastía Indestructible) Where stories live. Discover now