Capitulo Único

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Hakkai estaba insualmente callado el día de hoy (lo cual es extraño viniendo del chico y con la compañía que se encontraba) había llegado al departamento hace unos veinte minutos después de una reunión con sus amigos. Mitsuya esperaba al habitual Hakkai lleno de energía y alegría quien gritaría "¡Taka-chan!" Y le contaría sobre su día. Sin embargo desde que llego se derrumbo en el sofá de tres plazas que comparten.

Mitsuya había pasado una gran cantidad de tiempo al lado de Hakkai, el menor de los Shiba era como un libro abierto, de aquellas personas que tienen el corazón en la manga por lo cual es imposible poder ocultar sus emociones o por lo menos no a Mitsuya.

Pensó en lo que pudo haber pasado, lastimosamente por el ritmo de sus ajetreados trabajos no se podían ver muy seguido entre los viajes de Hakkai al exterior y el comienzo del nuevo estudio de Mitsuya, casi no tenían tiempo para verse con regularidad pero eso no impidió que su amistad siguiera.

Hakkai fue el primer en conectarse, siempre enviaba mensajes y en ocasiones llamadas actualizando al mayor acerca de su día o eventos que hayan sucedido, por otro parte Mitsuya no era mezquino a las llamadas o mensajes, siendo el quién iniciaba la mayoría de las videollamadas y en especial cuando tenía un día particularmente agotador, ver la sonrisa del menor junto a una risa hacia que todo el malhumor generado en el día se fuera de inmediato, no sabía si era la energía de Hakkai que le es tan contagiosa o solo el simple hecho de verlo, sea la razón que sea se lo llevaría a la tumba, ese era un secreto demasiado vergonzoso.

Soltó un suspiro al ver que el peliazul no tenía ninguna intención de mover sus extremidades fuera del sofá, decidió ir a preparar dos tazas de té, mientras lo hacía volteo a ver a su compañero quien al parecer no está dispuesto a sacar su rostro del mobiliario. ¿Que lo tenía de esa manera?, sin poder indagar más las infusiones estaban hechas.

— ¿Paso algo, Hakkai? — Pregunto, a la vez soplando con calma la taza de té que tiene en sus manos.

Hakkai que por fin había despegado el rostro y la mitad del cuerpo sentándose correctamente en el mueble. Su ceño estaba levemente fruncido y sus labios abultados.

— No pasa nada. — Evito por completo la mirada de Takashi.

Esto hubiera funcionado si Mitsuya no tuviera en su vida a dos adorables hermanas menores, pero un punto por el esfuerzo.

— ¿No te sentirías mejor si me lo cuentas?

Hakkai dejo salir en un suspiro todo el aire que había contenido, dándose por vencido — Por supuesto Taka-chan me conoce mejor que nadie.

— Entonces, ¿que sucedió? — Volvió a preguntar. Hakkai parecía que había vuelto a su estado original.

— Solo Mikey hizo un comentario tonto.

Mitsuya conocía de primera mano la personalidad de Mikey, entendía que decía comentarios no tan agradables en ocasiones claramente ninguno con alguna malicia real, más tirando a la jocosidad.

— ¿Muy tonto?

— Si, dijo que tu estabas interesado en Draken y es por eso que cada vez que tienes tiempo vas a su tienda.

El mayor quien estaba concentrado en el relato al escuchar el motivo se atragantó con el té, tosiendo desenfrenadamente, después de recuperar la compostura dejó su taza en la mesada, acercándose a donde está situado el más joven para poder sentarse a su lado a su vez tendiendole la otra taza.

— ¿Que yo, qué? — Tenía que haber escuchado mal, ¿De que otra manera Mikey diría eso y más aun sabiendo que Draken gozaba de una relación de años?. Arrugó sus cejas en señal de desconcierto.

Estamos saliendo | Mitsukkai Where stories live. Discover now