Remnants of Heroism

PRÓLOGO

LA BATALLA
PREDISTINADA

OFA VS AFO

La ciudad estaba en ruinas. Edificios desplomados, calles agrietadas y el eco de un mundo que había olvidado lo que era la paz. La lluvia caía sin descanso, mezclándose con el polvo y la sangre que manchaban el asfalto. En medio de todo, una silueta se mantenía en pie, tambaleante, con la respiración agitada y los músculos al borde del colapso.

Izuku Midoriya sentía su cuerpo pesado, cada herida era un recordatorio del precio que había pagado hasta ahora. Pero lo peor no era el dolor físico. Era el peso invisible que cargaba sobre sus hombros, el peso de todas las voces que habían depositado su esperanza en él.

Se miró en el reflejo de un charco de agua sucia. Un rostro que apenas reconocía. Ojos cansados, piel pálida, una expresión que había olvidado lo que era la alegría.

-No puedo más... -susurró, sin siquiera estar seguro de a quién se lo decía.

Pero el poder que le brindaba fuerza lo atormentaba.

-Sí puedes -le respondió una segunda voz, firme, inquebrantable-. Porque eres el último.

Izuku sintió su corazón latir con fuerza.

-El último portador del One For All -continuó su reflejo-. La última esperanza. Si te detienes ahora, todo habrá sido en vano.

Su respiración se entrecortó. Pensó en All Might, en su madre, en cada uno de los portadores antes que él. Pensó en sus amigos, en las sonrisas que aún quería proteger. Y, por un instante, recordó algo que creía haber olvidado: el porqué comenzó todo.

La razón por la que, desde aquel día en que extendió la mano hacia All Might, decidió seguir este camino.

Izuku cerró los puños. La lluvia seguía cayendo, pero ahora sentía que lavaba sus dudas, no su determinación.

-No... No puedo rendirme.

Su reflejo sonrió.

-Entonces, sigue adelante. Termina esto. Lucha... y vuelve a sonreír.

Y con un último suspiro, Izuku Midoriya levantó la cabeza. Sus pasos resonaron en la ciudad desierta, un héroe dispuesto a acabar con la oscuridad, sin importar cuánto tuviera que soportar. Porque este era su destino. Porque este era su deber.

**PORQUE ÉL ERA EL ÚLTIMO PORTADOR**

Y porque no me rindo fácil. Soy Deku, y jamás me rendiré.

Desde niño, me llamaban Deku como burla. Un nombre que significaba que no podía hacer nada, que estaba destinado a ser débil. Pero ese mismo nombre, el que una vez me hizo sentir pequeño, se convirtió en mi fuerza.

Porque Deku no es alguien que se rinde. Deku es alguien que sigue adelante sin importar cuántas veces caiga.

Hoy, con el peso del One For All en mis hombros, con el futuro de tantas personas dependiendo de mí, no puedo permitirme caer. No puedo darme el lujo de rendirme. Si lo hiciera, todos aquellos que han confiado en mí, que han soñado con un mundo mejor, verían su esperanza desvanecerse.