Capítulo III

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-¡Caw, caw!

-Oh, ohayo, Sora- ese es el nombre de mi cuervo, es muy lindo que la llamaran asi va tan acorde a ella- ¿Una nueva misión?

-¡Caw! Dirígete al pueblo vecino ¡caw!

-Esta bien- sin mas distracciones me dirigí a lo que será mi nueva misión.

#$%&

Quise llegar a tiempo antes de que anocheciera, y acabar con el demonio de una vez por todas. Corrí hasta llegar al pueblo, más bien aldea, y todo estaba muy tranquilo pero pude notar que el lugar estaba sumamente decaído, un pueblo hermoso lleno de caras largas, me rompió el alma.

Me pregunto cuanto tiempo llevarán en esta situación.

Pude preguntar a una pareja de ancianos sobre que los ponía tan tristes y me lleve una noticia muy desagradable.

-Todo empezó hace unos meses primero con el hijo de Saotome-san si mal no recuerdo, la noticia fue terrible pero más fue que él no seria el único en desaparecer- dijo un abuelo junto con su esposa- las personas que se han propuesto a protegera sus hijos se llevan sustos y heridas graves o simplemente mueren también. Lo que más me incómoda es que los cuerpos de los padres siempre están, desollados o moribundos. Pero los cuerpos de los niños nunca aparecen.

-Es una tragedia- dijo la abuela- nuestros nietos jugaban todos los días con los otros- hizo una pausa y su esposo la abrazo.

-Lo siento mucho. Este debió haber sido un muy lindo lugar.

-Y lo era, pero es un lugar pequeño lleno de viejos como nosotros. Cuando nuestros hijos empezaron a tener bebés aquí se volvió más bello aun.

Era una situación horrible, triste. Estar aquí y pensar en todas esas bendiciones que les fueron arrebatadas me daba tanta impotencia saber que ya había pasado tiempo desde que inició todo. No me quedaría con los brazos cruzados, no lo haría menos cuando se trata de pequeños inocentes.

-Señorita, según yo, tu debes ser una cazadora de demonios ¿cierto?

-Pero ¿como?- me sorprendió el señor, al parecer no es ignorante- Si, si lo soy. Y estoy aquí para traer la paz a este pueblo.

-Lo sabemos, pero ten cuidado no eres la primera en venir a ayudar- dijo la abuela- sinceramente ya estamos apunto de perder esperanzas. Espero que la promesa que nos haces no sea en vano como las otras...

Entonces la cosa era un poco más seria de lo que pensé, agradecí la información que me dieron y fui a una posada cerca de la actividad más frecuente. El dueño era el tal Saotome, el padre de la primera víctima del demonio. Estaba desganado, encorvado y con unos ánimos que le darían visto bueno a la muerte para llevarse su alma. Me enseño mi habitación dirigiéndome la palabra solo para decir lo que era por educación. Otro ser amable roto.

Quise sacarle un poco de información para, no se, tal vez aliviar su carga sentimental. Pues por lo que me había contado la amable abuela es que Saotome vivía para su hijo, era conocido por ser un padre excelente y atento. Que él mismo decía que "ver a mi hijo es tener certeza de que mi esposa no me ha abandonado". Fue tan hermosa esa historia, así que le hice una promesa.

-Yo traeré paz a su corazón, Saotome-san - y la cumpliría.

Paso el tiempo y se hizo de noche. El demonio no tardaría en aparecer y tenía que estar atenta a todo, di muchas vueltas por todo el lugar pero nada de nada. Ni presencia, ni movimiento. Por fuerzas del destino (espiar) supe cuales casas tenían a niños menores de 10 años y ninguna presentaba alguna amenaza, por lo tanto volví un rato a la posada, ya debían ser casi la media noche.

Vaya, que aburrido.

-¡Sal ya pedazo de basura!

Me concentre en mi respiración y agudize todos mis sentidos necesitaba estar alerta todo el tiempo.

Paso un rato e inconsciente me recoste en el futon de la habitación se sentía muy cómodo en verdad, el cuarto tenía una aroma a alguna flor silvestre que lo encontraba relajante... y de repente sentía un peso horrible en el ambiente, tanto que sentía los parpados pesados.

-No te vayas a dormir, Joy...tengo que cazar...- bosteze- no te duermas...no te...duermas.

El horrible aura me generaba tanto calor que me fatigada, solo estaba en trance, no dormía, pero no estaba consciente de lo que pasaba.

Arriba.

El peso, el cansancio, el calor. Luchaba para no dormir...si es que pudiera hacerlo.

Levantate.

Hasta que sentí algo más que malas vibras...instinto asesino.

¡Salta!

Despertando derrepente del trance di un salto hacia atrás y lo primero que escuche fue un estruendo golpe venir del lugar donde yo "dormía".

-Con que ya te dignaste a aparecer- parpadee muchas veces para terminar de reaccionar, la técnica de sangre que esté sujeto usaba era muy potente- ¿Me Tenías miedo o que? -sonrei somnolienta.

-Miedo...

Y lo vi, era Saotome-san con un aspecto tétrico y desfigurado, nunca pensé mal de él pero creo que las apariencias engañan. Siguió hablando:

-Me gusta esa sensación- se relamió los labios.

-Eres un despreciable, tu te comiste a tu hijo y a los demás niños de la aldea. Por tu culpa esta linda aldea esta sufriendo- dije con la mirada fija en su cuello.

-Mmm, si...fue algo tan...¡magnífico! Su dulce olor y suavidad, su alma pura e inocente- se rio mientras alzaba su espalda, su joroba se estiro tanto que le hizo ver como un gigante.

Me atacó un par de veces y yo como podía esquivaba no le queria dar más rodeos, dignada a cortarle el cuello de una vez me abalance los mas rápido que pude, pero me vi obligada a desviar mi ataque por completo y mi rabia creció aun más.

-¡¡Su-sueltame!!- dijo llorando una niña, la cual el demonio usaba como escudo, solo gruñí.

Lanzo más ataques que esquivé fácil pero cada vez que lanzaba un ataque él volvía a poner a un niño diferente en mi camino y yo perdia más el sueño, los estiraba de maneras inhumanas que los hacían gritar.

-¡Vamos! ¿Por qué no los matas? Estan desangrados y pronto morirán- volvió a reír descontrolada mente- acaso...¡¿tienes miedo?!- rio otra vez pasando su lengua por la sangre en el cuerpo de la niña.

-¡Ayudanos, por favor!

-¡Auxilio!

Era todo lo que se escuchaba y yo estaba que veía rojo. Gruñí tan fuerte para llamar su atención todo alrededor estaba destruido, la verdadera forma del lugar se daba a revelar. Una verdadera pesadilla, saque mi espada y me puse en posición.

-Idiota, ¡con los niños no te metas!

XxxxxxxxxxxxX

Ahí ta

>:E ff

Flamas de alegría (Rengoku Kyojurou)Where stories live. Discover now