capítulo II

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Hacia tanto tiempo que no veía un árbol de glicina, y ahora me resultan tan hermosos como nunca. La vista era igual de hermosa que la primera vez que fui a la selección final. Me dio tanta impotencia ver que de casi 20 personas...solo 6 lograran salir, incluyéndome. Tanjiro estaba hecho un asco, pero era alguien muy sorprendente y valiente.

Habían otros niños allí lo que supuse era una Stuguko de las Kocho, una hermosa niña de ojos morados bastante tranquila. Ella estaba intacta y reluciente.

Un chico rubio medio traumado que solo repetía que moriría, pobrecito estaba bastante nervioso y parecía un arrastrado.

Un chico con el cabello como si fuera una cresta de un gallo, vuelto un asco también me caía muy mal ¿como se le ocurre tomar del pelo a una de las hijas del patrón? Tal fue mi furia que lo llamé cresta de gallo y Tanjiro le rompió el brazo. Jajaja estaba muy molesto.

En tanto la noticia de la hermana de Tanjiro me dejo...bastante impactada, sentía un poco de envidia, al menos Nezuko aun recordaba a su hermano y estaba allí con él. Aun asi Oyakata-sama debía saberlo.

Solo quedaba yo por irme del lugar pero la voz de una de las niñas me detuvo. Su mirada siempre fue para mi muy tétrica e hipnoticamente hermosa. Volví a prestarles atención.

-Joy-san, es una sorpresa verla de nuevo- dijo la gemela de la izquierda.

-Si, bueno...- estaba muy nerviosa, el que ellas me dirigieran la palabra me daba verguenza.

-Oyakata-sama quiere hablar contigo- dijo la gemela de la derecha.

-Oh, claro. Será un placer- dije con suma tranquilida. Y claro que es un placer pero, muy tranquila no es que estaba yo. Tenia los nervios de punta. Y no sentía esa intranquilidad desde que era una simple niña jugando al escondite.

Dimos un largo recorrido luego de que unos kakushis recogieran todo. Al llegar a la sede todo era muy hermoso, el jardín impecable y los árboles que le rodean estaban perfectamente cuidados. Llegamos a una habitación y una de las gemelas abrió la puerta y dio voz que entrara.

Y allí estaba, el Patrón de todo la asociación de caza demonios, Kagaya Ubuyashiki.

-Hola, Joy-san, es un verdadero placer verte sana y salva- dijo Oyakata-sama con su peculiar voz tranquila, se veía bastante contento por mi presencia. Bueno, al fin y al cabo soy una cazadora es normal que se preocupe por mi.

Se veía que su enfermedad había avanzado bastante, se encontraba ciego de un ojo y el otro estaba siendo amenazado por esas horribles marcas en su frente.

-Muchas gracias Oyakata-sama, es un alivio ver que su salud es buena, rezare por usted y su familia- hice una reverencia y me sente en el tatami.

-Gracias, hija mia, tu corazón esta lleno de ternura y me pone feliz que vuelvas con nosotros- hizo una pequeña pausa- dime, Joy-san, ¿como has estado?

-Uff...No me sorprende que pregunte Oyakata-sama, supongo que le debo unas respuestas- inhale y exhale para relajarme un poco- yo he estado muy bien, he crecido mucho experiencia y fuerza todo el tiempo que estuve desaparecida...Y le quiero pedir perdón por eso, fui muy cobarde al no regresar cuando debía y me perdí en todo sentido. Quiero perdir perdón por no ser lo suficientemente fuerte para suplir sus expectativas- bajé la cabeza.

Indignada de mi misma, por romper una promesa, por siempre ser un objeto de tropiezo, por no ser más que yo.

-Mis expectativas son las que tu has cumplido ya. Joy, pequeña, no necesito que enseñes me enseñes que eres fuerte, porque ya lo eres. Todos tenemos momentos malos que toman su tiempo superar. Tu volviste a querer empezar de cero para probar que eres digna de portar una espada y proteger a los demás, volviste a ser mejor. Eso que eres ahora son todo lo que necesito saber para decir que estoy orgulloso de ti. Eres bienvenida de nuevo a la organización de cazadores de demonios.

Flamas de alegría (Rengoku Kyojurou)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora