Capítulo 5: "Un nuevo mañana"

Start from the beginning
                                    

— Esa noche All Might dijo que si tú y yo lográbamos olvidar el pasado, seríamos el mejor dúo heroico de la historia —Bakugō levantó la mirada—. Lo que él quería que hiciéramos era cambiar. Pero yo no quiero cambiar.

Midoriya bufó, finalmente dejando salir su verdadera personalidad— Me dices patético, pero tú lo eres más. Estoy harto de ti, Bakugō. Hasta aquí llega mi apreciación por ti. Éramos amigos, los mejores amigos. Y un día, decidiste que ya no lo éramos, sin explicación alguna y siempre me he preguntado por qué —Bakugō lo miró, impactado—. Pero supongo que no tengo que preguntármelo. Un día simplemente decidiste que yo no era digno de tu amistad, probablemente porque era quirkless.

El rubio tragó en seco— ¿Y qué quieres? ¿No dijiste que íbamos a arreglar esto?

— No dirigirnos la palabra también es una forma de arreglarlo —Midoriya sacó sus llaves, quitando un llavero viejo y manchado de All Might. Al verlo, Bakugō finalmente sintió el peso de la situación, y el vacío en su pecho se hizo mayor. Midoriya dejó el llavero en la mesa, dándose la vuelta—. Ya no quiero seguir peleando contigo, Bakugō. Haz lo que quieras.

Bakugō no podía apartar la mirada del llavero en la mesa, y por primera vez, sintió pánico. Ese llavero había sido una regalía que él había ganado cuando era pequeño en una revista de All Might. Por alguna razón, la persona que se lo envió mandó dos por accidente, y ya que él y Deku eran amigos en ese entonces, se lo había regalado. Bakugō ni siquiera sabía que el nerd seguía trayéndolo.

En ese momento, Bakugō finalmente se dio cuenta de que Midoriya estaba dispuesto a terminar con la complicada rivalidad que tenían, y el rubio sintió pánico al pensar que si dejaba que Deku terminara las cosas ahí y ahora, todo cambiaría. Toda su vida siempre había tenido a Midoriya como una constante.

— No soy bueno con las disculpas.

Midoriya no se detuvo, subiendo las escaleras tranquilamente. Bakugō lo siguió, tomando un pedazo de su camisa cuando se encontraba lo suficientemente cerca.

— Si quieres que realmente lo arreglemos, vas a tener que darme algo mejor que "no soy bueno con las disculpas".

Bakugō mordió su labio, enojado— Pides demasiado —al darse cuenta de sus palabras, agregó—. Lo estoy intentando, Deku.

— Desde que te obligaron a ir a terapia te has calmado bastante, has aprendido a pedir perdón y a tratar a las personas con un grado común de cortesía y amabilidad —concedió Midoriya—. Con los demás, claro. Nunca conmigo.

Bakugō tomó aire— Perdón, ¿está bien? —el rubio soltó la camisa de Midoriya—. Listo, lo dije.

— Me dijiste que me matara.

Bakugō se congeló. Su voz sonaba ronca cuando preguntó;— ¿Aún te acuerdas de eso?

— Todos los días.

Bakugō miró la espalda de Midoriya, comprendiendo que ahora mismo, su relación con el chico se encontraba en un punto de cambio. Si decía las palabras equivocadas, Deku realmente dejaría de seguirlo. El rubio no pudo evitar preguntarse, ¿acaso no era eso lo que siempre había querido? ¿No era eso bueno?

Y sin embargo, el imaginarse el resto de su vida sin su inútil rival le causaba un vacío en el pecho. En ese momento, pocas cosas le brindarían un pánico similar. Intentó imaginar si sus roles fueran al revés. Si Midoriya en este momento lo viera con desprecio y le dijera que se matara, indudablemente Bakugō lo explotaría en mil pedazos, pero en vez de ira sentiría dolor.

Finalmente Bakugō abrió la boca— He cambiado —se excusó—. Antes decía ese tipo de cosas sin pensar antes, no quería que realmente te mataras.

— No creo que importe lo que tú querías que entendiera.

— Sé que soy una mierda de persona —Bakugō dejó salir su irritación—. Pero estoy intentando cambiar, e intento no decir esas cosas antes de pensarlo.

Midoriya, predeciblemente, estaba llorando cuando se volteó a ver a Bakugō—. Lo sabes muy bien, pero aún así morirías antes de cambiar la manera en la que me tratas.

— Deku —Bakugō observó las lágrimas caer de sus ojos verdes —. No llores más, realmente voy a intentar cambiar. No puedo pedirte perdón por todo lo que he hecho, porque aún no me lo merezco.

En ese punto, el ver a Midoriya llorar, verdaderamente llorar, lo había hecho sentir que tenía que demostrar su inseguridad ante lo que el chico lo hacía sentir. Bakugō sabía que lo que sentía cuando estaba con Deku era un sentimiento de inferioridad por lo especial que era él. Y desde pequeño decidió cerrarse ante la amistad del otro, empujar sus inseguridades al fondo de su corazón, y molestarlo.

Pero ahora, bajo la amenaza de perderlo para siempre, no tuvo otra opción más que dejar que Deku viera su lado más vulnerable.

— ¿Qué?

Bakugō siguió, como si no lo hubiera escuchado hablar— Deku, te prometo que lo intentaré. Intentaré ser mejor persona contigo, no puedo prometer que siempre seré bueno contigo, pero al menos quiero que dejes de sentirte así cuando estas conmigo.

— ¿Así?

— Siempre tienes cara de que vas a empezar a llorar cuando te insulto —Bakugō señaló las lágrimas en las mejillas del menor—. Sé que quieres una disculpa, pero aún no me lo merezco después de todo lo que te hice. Así que si estoy siendo una mierda contigo, tienes que decírmelo.

Ambos se quedaron en silencio, procesando lo que ambos acababan de decir. Sin embargo, Midoriya aun tenía sus ojos llenos de lágrimas. Bakugō entró en pánico al ver que seguían cayendo, y se recriminó el no haber hablado antes, de no explicarle las cosas al nerd y de no haber comprendido anteriormente que Deku nunca se había estado burlando de él.

Antes de que Bakugō pudiera añadir algo, Deku pasó sus dedos por las mejillas del rubio, y sólo entonces Bakugō notó que también estaba llorando. Bakugō miró los dedos mojados del nerd con confusión, ya que no se dio cuenta de que estaba llorando, y honestamente no sabía desde cuando había empezado.

— Kacchan... —el rubio alzó la mirada rápidamente al volver a escuchar ese apodo tan infantil. Nunca pensó que se sentiría tan aliviado de escucharlo. Deku tenía una sonrisa pequeña en su rostro—. Tú siempre has sido mi imagen de victoria. He seguido siendo tu amigo porque te valoro por quien eres. Nunca he sentido envidia de ti, porque sé que si alguien se merecía ser grandioso, eras tú. Siempre has trabajado duro por lo que tienes ahora, y necesito que sepas que nunca me he burlado de ti, y esta es la razón por la que te admiro. Nunca te has rendido. Tú eres mi imagen de un héroe, no por tus errores, si no a pesar de ellos.

Y bueno, eso cambiaba todo, ¿no es así?

ɢʜᴏsᴛ sᴛᴏʀʏ [Bakudeku y tú]Where stories live. Discover now