No importa si me tiran, me levantaré, no importa si me voy por qué volveré, quieren lastimar a los míos? no lo permitiré.
De pasar a combatir ladrones a enfrentarse al mismísimo diablo de Japón, con ayuda de héroes? nah, que mejor que recibir ayuda...
El mundo actual es una completa rareza, mentes iguales pensamientos diferentes, no importa cuántos esfuerzos hagamos para lograr nuestros sueños, aveces con solo tener un mal día es suficiente para sucumbir a la locura o maldad, a lo que la sociedad llama ahora "villanos", aquellas personas que no pudieron tener un "héroe" cuando más los necesitaban, aquellas personas que deciden volverse una pesadilla para los más débiles, demostrando que el débil siempre podrá ser mancillado o eso pensaban hasta el día en el que un ilegal de colores verde, rojo, negro y blanco aparecio en las calles de Japón, aquel que sería conocido como...
Niño civil: mamá! Mamá! Mira ahí va!
Madre civil: oh! Es verdad!
Se veía a un "héroe" ilegal columpiando se con una especie de cuerdas negras, para muchos la presencia de dicho héroe hacía aliviar un poco a las personas a su alrededor, apesar de que había muchos héroes profesionales, el siempre era el primero en llegar a las escenas de peligro, más era la intriga de la gente al ver qué por ocasiones el héroe parecía ocupar diferentes "quirks" pero solo era una simple duda.
Niño civil: Adiós ********!!! ~gritaba con alegría el pequeño admirador~
El héroe solo se limito a verlo por unos cuantos segundos para devolverle el saludo, puesto que esté llevaba prisa, mucha prisa.
En la casa de los midorilla, 8:00 PM
Izuku: maldición, espero que mamá no se enoje ~con nerviosismo y tratando de hacer el menor ruido posible procedía a entrar lentamente a su hogar~
Las luces estaban apagadas, tal era el alivio del peliverde de no ser por qué al instante en el que ya se encontraba en la sala las luces se encendieron.
Inko: bonitas horas de llegar izuku ~decia con una cara de poco enojo~
Izuku: mamá! l-lo puedo explicar jeje
Inko: dejémoslo para mañana debes de tener hambre ~ decía comenzando a caminar hacia la cocina ~ ven a sentarte, hice algo de soba.
Izuku: ~solo se limitaba a sonreír~ claro madre.
Para un héroe, al estar en una batalla la cual podría llegar a ser la última, su mayor miedo es no poder volver a ver a sus seres queridos por una última vez y en este caso, el peliverde siempre iba a tratar de llegar sano y salvo a su hogar en donde lo espera una linda mujer que le brinda un gran cariño y apoyo moral, aquella mujer en la vida de todo niño que nos prepara para la vida, así es, nada más y nada menos que su madre, la mujer que todos los días lo recibe con una calida sonrisa.
Izuku: (no importa cuántas veces tenga que arriesgar mi vida) ~miraba a su madre en la cocina~ (siempre llegaré para cenar...mamá).
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