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58. La despedida de Ali

58

Ali

La navidad pasó sin mucha emoción, fue una cena normal y tranquila, los planes se cambiaron y obviamente mi familia no se unió a la familia Harrison.

He estado muy confundida desde el día del baile, no entiendo qué pasó, o por qué, no entiendo por qué solamente se fue sin hablar conmigo.

Ahora estoy arreglando mis maletas, tristemente mañana tengo que irme a Nueva York, faltan semanas para el inicio de clases, y decidí irme antes para acomodarme y conocer la gran ciudad que me espera.

Mamá exagero tanto que ayer me llevó a comprar un montón de ropa nueva, y muchos abrigos encantadores. Ahora mismo me estoy esforzando por que todos ellos entren en mi maleta.

—¿Necesitas ayuda?—pregunta Ari al ver cómo estoy peleando con mi maleta.

—No lo creo—digo cuando finalmente está cierra.

—Así que...¿te irás?

—Me iré—asiento.

—Me vas a hacer falta..

—Tú a mi también.

Suspira—Espero que algún día puedas perdonarme, te he hecho mucho daño.

—Algún día sanare, y irme lejos de aquí me ayudará mucho.

Asiente—Si necesitas ayuda no dudes en gritarme, llegaré aquí en un segundo.

—Lo tendré en cuenta.

—Y por favor ve a consolar a papá, parece que está en sus días del mes, no deja de llorar.

Sonrió—Yo hablaré con él.

—Genial.

Dicho eso sale de mi closet, yo sigo acomodando ropa cuando escucho un sonido entrar.

Piolin entra a mi habitación con su lengua de fuera, sonrió al verlo y él corre hacia mi, me lame el rostro y mueve su colita adorable mente.

—Estas demasiado grande bebé—acaricio su lomo repartiendo besos en el.

De repente Piolin se despega de mi y sale de mi closet, yo lo sigo, él empieza a llorar y a rasguñar la puerta del balcón, se me hace extraño y después lo entiendo, él lo extraña.

Piolin extraña a Damián.

Y en estas semanas no me he puesto a pensar en donde se quedará nuestro cachorro, yo me mudaré y obviamente en la universidad no puedo tenerlo conmigo.

Creo que lo mejor es dejárselo a él.

Termino de empacar con Piolin a mi lado, se queda dormido al sobarle su orejita, empiezo a guardar mas cosas, mis libros favoritos y algunos accesorios.
Desearía llevarme todo mi closet, pero no se puede, y todo en él me encanta, tendré que dejar más de la mitad.

Me baño y me cambio, tomo algunas cosas y a Piolin y le pongo su cordón, empezamos a caminar hacia nuestro destino.

El primero es la cafetería de Tom, entro y lo encuentro detrás de la barra con esa sonrisa que lo caracteriza.

—¡Cariñito!

—Tom—murmuró.

Extiende sus brazos y me abraza.
Empezamos a conversar sobre todo.

—Te vamos a extrañar aquí.

—Yo también extrañare todo esto..

—Pero es increíble que vayas a cumplir tu sueño, irte a Nueva York, ¡es genial!