~N.º 12

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23 de agosto de 2021, Barcelona

Desde que Arizona se volvió a Madrid y Leire días después se fuera para allá, Noah se sentía sola. Echaba de menos a sus amigas. Durante esos días había vuelto a ver a Riqui, siendo Pedri conocedor de cada detalle de lo sucedido en aquel encuentro, pero la canaria necesitaba ver a alguien en concreto.

Por ello no dudó ni un instante en agarrar las llaves de su coche y plantarse en la casa de esa persona. Abrió su madre la puerta a la que saludó amablemente y le preguntó que si estaba Éric en casa, esta la dijo que si y subió al cuarto del chico.

—¿Puedo pasar?— preguntó Noah llamando a la puerta.

—Claro, pasa— respondió sorprendido Éric al ver a la chica allí— ¿Qué haces aquí?— preguntó abrazando a Noah.

—Pues nada la verdad. Simplemente me aburría y he dicho voy a ver a Éric.

—¿Solo piensas en mí cuando te aburres? Que bonito eso.

—Si te molesto me voy, de verdad.

—Ni se te ocurra pensar que me molestas. Ya sabes que tu compañía es la mejor que puedo tener— sonrió acercando a Noah a su cuerpo.

El futbolista catalán se había sentado en la cama teniendo así a la canaria de pie entre sus piernas y las manos de este se encontraban en la cintura de Noah. Aunque no se estuviesen diciendo nada, solo con las miradas que estaban intercambiando transmitían todo.

Noah no lo pudo aguantar y le besó. Echaba de menos a Éric. Sus manos fueron a su cuello y de vez en cuando pasaban por su pelo. La canaria sabía que al chico le encantaba que hiciese eso. Poco a poco la canaria acabó sentada en las piernas del catalán y con las suyas a cada lado del cuerpo de este.

—Ahora mismo no necesito nada más— dijo el futbolista separándose de Noah.

—Yo tampoco, la verdad— respondió sonriente mirando directamente a los ojos Éric.

—¿Te puede confesar una cosa?— esperó a que asintiera para continuar— No llego a entender como nos puede gustar tanto hacer las cosas tan difíciles. Con lo fácil que es estar así, juntos.

—Porque así es más divertido, Éric.—Noah no dijo nada más y volvió a besar al chico. Un beso cargado de sentimientos, pero a su vez pausado y tranquilo.

—¡Ay, joder! Perdón ya me voy— dijo Javi Puado en la puerta.

—¿Qué haces aquí?— preguntó Éric mientras Noah se sentaba a su lado.

—Quería hablar contigo, pero veo que estás mejor acompañado.

—Quédate Javi, yo me voy— respondió nerviosa Noah.

—No, no quédate tú.

—Vamos a ver. Calma, por favor. Los dos os quedáis fin de la historia.— dijo Éric.

Javi y Noah intercambiaron miradas. Eran amigos, se contaban absolutamente todo, por lo que después de ese encuentro incómodo tendrían una conversación pendiente.

—Me viene bien que estéis juntos, así cuento la historia una vez— sonrió el jugador del Espanyol.

—Somos todo oídos, pero siéntate, no vas a estar de pie todo el rato.— dijo Noah sentándose al lado de Éric.

—Voy a ir directo al grano. He sido un gilipollas y me he dado cuenta de que estoy enamorado de Arizona, pero es demasiado tarde porque está Marco, así que a tomar por culo todo.

—Espera un momento, mucha información en poco tiempo.

—Lo que yo no entiendo es porque dices que está con Asensio.

||Lights Down Low-Éric García||Where stories live. Discover now