FAKE PROTAGONIST

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"Hello work"

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La mañana del sábado del día de hoy fue desde mi perspectiva algo... Extraña.
Bueno, todos tienen una definición diferente de ello, pero desde la mía lo fue.

Resulta que después de mandar al diablo a morfeo sutilmente, inspeccioné los mensajes y notificaciones de mi dispositivo móvil, pero no encontré nada relacionado a Emi.

—Que raro—balbucé al notar mi bandeja de notificaciones y mensajes, vacío.
Aunque mi alma estaba en paz, mis sueños lograron desenvolverse perfectamente gracias a que logré convencer a Jess de ver la serie que estaba viendo con Emi.
Ahora hiciera lo que hiciera, ya no me afectaría en nada dado que conozco el final.

La caída de su venganza fue exitosa.

—Ya has despertado, buenos días.

La pelinegra irrumpe mis pensamientos mientras se remueve entre las sábanas frotándose los ojos, ha despertado también.

—Claro, necesitaba ir al baño—ahora que me acuerdo, mejor temprano que tarde.—Buenos días—Saludé para luego salir de la cama rápidamente.

Escuché su voz ronca y adormilada desenvolverse en una pequeña risa mientras corría y ella bajaba con poco ánimo de la cama.

Pasaron pocos minutos, yo terminaba de cerrar la puerta, cuando escuché a Jess balbucear al espacio vacío debajo de la cama, parecía estar ensimismada mientras buscaba algo de entre la oscuridad.

Pregunté pero dijo que no era importante así que lo deje pasar, aún así decidí seguir observando.

—¡Lo encontré!—exclamó mientras alzaba un tirante negro, correspondiente a su sostén quizá.

—Tendrás que darle un buen aseo a eso—apunté—está lleno de pelusas y telarañas.

—Eso haré señorita obvia.

—Bien, me daré un baño. Volveré en 20—Rebusqué mis arapos del guardarropa que teníamos ambas y volví en donde hace poco había estado.

—Te veo en 20 entonces Adora—alcancé a escuchar.

...

Saqué la taza humeante de café del microondas y la llevé a la mesa que más que comedor parecía un escritorio de oficina, el escritorio más personal de Jessica

—¿Entonces... Podrás ayudarme con la limpieza de la casa Jess?—mi tono sonó un poco cansado por lo cual la susodicha que en ese momento meneaba una pequeña cuchara de metal en el líquido que hace poco llegó a su lado alzó su rostro en dirección a mi al mismo tiempo que sonreía confundida y alzaba la ceja.

—¿Porqué me lo preguntas? Sabes que sí, es mi responsabilidad.

Al parecer no sabe ni lo que me dijo porque segundos después de habérmelo comentado clavó nuevamente su mirada seria hacia su laptop disponiéndose a beber su café.

Iba a protestar pero la alarma de su celular me interrumpió dejándome con la palabra en la boca.

—Buenos días Pool, ¿Cómo estás Lara?—hablaba con entusiasmo mientras alejaba su bebida y ajustaba el pequeño micrófono que  ya se encontraba a la par de sus labios.