Capítulo 5

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Al día siguiente todos nos reunimos en el estadio con nuestro uniforme junto con su número dorsal, era muy emocionante ver a los líderes de gimnasio salir al escenario, eran lideres que dejan ver el tiempo en sus ojos, cada batalla librada y ganada, pero el Campeón actual poseía un porte tan asombroso, hizo que nuestros corazones vibraran emocionados, no iba a ser nada fácil sobrepasar este reto.

Cuando terminaron, el presidente Rose nos llamo a todos los candidatos saludándonos, sin embargo puso principal atención en mi grupo, una sonrisa elegante en su rostro y palabras amables, su pasión por el combate se reflejaba.

—Espero grandes cosas de ustedes.

Tras esas palabras empezó formalmente la batalla de los gimnasios.

—Bueno supongo que aquí se separan nuestros caminos —comentó Nerio tranquilo—, nos vemos.

Fue el primero en marcharse sin decir nada más, me quede un rato sentada en la sala de estar acomodando mi cámara para irme también, Sonia se adelanto junto con una chica llamada Cathy a comprar algunas cosas para su viaje, probablemente ambas terminarían viajando juntas, Roy parecía estar descansando mirándome y Lionel parecía estar perdido en sus pensamientos.

—Pensé que correrían en cuanto iniciara —comenté a nadie en particular guardando todo para irme.

—Voy contigo.

Lionel se paró a mi lado decisivo con esos ojos dorados como el sol, me quede callada analizando esas dos palabras.

—Me uno a tu grupo —concordó Roy a su lado con los brazos dentro de sus bosas relajado.

—No. —Mis palabras salieron de mi boca sin darme cuenta que no lo pensé—. No me mal interpreten, sería divertido ir con ustedes pero ¿no les da curiosidad medir fuerzas en un futuro? Quisiera verlos en el campo de combate mientras nos hacemos fuertes.

No era mentira pero primero debía mejorar si quería pensar en ir al primer gimnasio ya que se hacían en un orden específico.

—Los veo después.

Corrí por las siguientes rutas intentando no perderme, comencé a entrenar con Raven para mantener un ritmo en combates, pero no era buena ni por descuido... tardaría mucho en alcanzar un nivel adecuado para ir al primer gimnasio.

Era de tarde cuando por fin pare a descansar para montar mi tienda y cocinar algo, literalmente no había conseguido casi nada.

—Interesante, eres tú —la voz tranquila hizo girarme pesadamente alzando una ceja.

—¿Qué haces aquí? —pregunté desganada—, fuiste el primero en irte.

—Tenía cosas que hacer —fue su única contestación para sentarse junto a mi—, pareces estar de mal humor.

Me encogí de hombros para restarle importancia, vi que miraba mi mano que aun tenía algunas medicinas, suspire sacando a Raven y me pare a cocinar, no hizo preguntas cosa que agradecí, en cambio comenzó a cantar.

Era sorprendentemente bueno, su voz suave era relajante, agradecí que estuviera conmigo aunque después retomara su camino.

Aprovecho la oportunidad, le tendí comida para él y su pokémon, aunque no la pidió agradeció y me ayudó a recoger.

El cielo brillaba con gran intensidad, la noche había caído y era extraño no ver un alma alrededor, agradecí internamente estar junto con Nerio e igualmente me arrepentí por no aceptar la invitación de Lionel y Roy.

—Vi a tus amigos en combate —fueron las primeras palabras de Nerio después de la cena.

—¿Son fuertes? —pregunté desganada, no es que no me importara era porque sabía que eran buenos.

La Corona Olvidada Where stories live. Discover now