Comida podrida y corazón roto

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-Lo siento, estaba distraída. ¿Qué decían?- preguntó Amelia confundida.

-Decíamos que vamos a reunirnos, aprovecharemos a estudiar y juntar a esos dos en otro espacio. – Dijo MJ.- ¿Qué dices? ¿Te unes?-

Amy se quedó en silencio unos segundos, indecisa. Ya era bastante malo esperar una decisión para estar en una habitación en medio de los dos.

-Eso creo.. O no, espera. Debo trabajar en la cafetería esta tarde. Lo siento.- Fingió estar afligida. Peter la miró, esperando alguna reacción.

-¿Y porqué no vamos allá?- preguntó Parker.- Mientras tu trabajas podemos estudiar y cuando tengas tus descansos estaremos juntos.- Dijo sin pensar como sonaría. MJ giró su vista, inexpresiva.

-Supongo que podrían.-

-¡Estupendo! Nos veremos esta tarde.-

-Hasta en la tarde.- agregó MJ

...

Terminando las clases Amy se dirigió a su hogar, una modesta casa de dos pisos o bueno, se podría decir. En la planta baja estaba la cafetería de sus padres, un modesto lugar decorado para lucir como en los 50's.

Amelia no quería pensar en Peter, pero las canciones románticas de su celular que escuchaba no la distraían. No dejaba de pensar en cual sería su decisión, quería aferrarse a la idea que él la elegiría. Lo deseaba, lo anhelaba.

Al llegar a casa, todo era el mismo caos de costumbre. Siempre entraba desde la cafetería, saludaba a los clientes habituales.

En la caja estaba su madre.

-Hola ma ¿Todo bien?- preguntó Amy.

-Hola hija, todo es un desastre. Tu padre salió a entregar pedidos, tus hermanas están arriba discutiendo y yo no se ni como funciona esto.- Respondió su madre señalando a la registradora. La señora Cooper no era una fanática de la tecnología.

-Solo sigue las instrucciones, es simple.- Señaló las notas que estaban debajo del aparato.

Siguió su camino, saludando a los empleados. Subió las escaleras a su casa, desde su posición podía escuchar a sus hermanas discutir.

-¿Qué rayos...?- miró a las tres pelear.

La segunda más grande después de ella con nueve años, llamada Cameron corrió a su encuentro.

-¡Ya llegaste! Esas dos no me escuchan, me ignoran. Mamá me dejó a cargo y no sé.-

-Ya aquí estoy.- Amy botó al suelo su mochila y se quitó el abrigo.- ¿Qué es ese olor?-

-Es que...- Cameron se alejó.- Ellas querían macarrones con queso.. y yo..- Las otras dos dejaron de pelear.

-Mierda..- Corrió hasta la cocina donde la olla se quemaba. Tomó el extintor y apagó el incendio que se amenazaba en afirmar.

-Mierda.- repitió su hermana Nicole, la más pequeña de las 4 con tan solo cinco años.

-No, tu no digas eso. Aquí yo no dije nada.-

-¿Entonces quien fue?- preguntó curiosa Stephanie la hermana de siete

-Nadie, no oyeron nada.- Suspiró Amy revolviendo su cabello estresada.- ¿Ya hicieron la tarea?-

-No.- respondieron las tres al unísono.

-Pero ¿Qué no mamá estuvo con ustedes hace un rato? A papá le tocaba el turno de la noche, ella tenía que estar aquí.-

-Si, pero estuvo hablando por teléfono con la tía Adeline.-dijo Cameron

-Esa mujer. Bien les daré algo de comer y ya después haremos la tarea antes que vaya a trabajar.-

Amelia Cooper: Into The SpiderverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora