Capítulo 1: Prefacio

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Él ángel estaba desorientado, mirando a todos lados y caminando en círculos, mientras intercambiaba el idioma enoquiano y otras más de los humanos tan deprisa que duda ni siquiera los arcángeles lo comprenderían. Necesitaba estabilizarlo, para ello, caminó hacia él lo sujetó, posó otra vez su mano en la frente del ángel y este se tranquilizó de inmediato. Con calma y transmitiendo paz y felicidad de tenerlo a su lado, comenzó a tratar sus dudas, le mostró que se encontraba a salvo, a su vez que reinstauraba todos sus poderes por completo, su gracia más pura y fuerte que nunca era un brillo intenso dentro de él, y sobre todo le devolvió sus preciosas alas que ahora le dio un toque especial personal.

Ese sería su firma, darles algo personalizado a esas hermosas criaturas que ahora estaban a su cargo y así lo hizo, ellos necesitaban no solo ser entes vacíos que solo siguen reglas, tampoco quería que se sublevaran, así se que supo cómo con exactitud lograr ese equilibrio perfecto para que ellos lo sigan como su líder. Ahora, todos los ángeles y arcángeles iban a poder tener apariencia humana, salvo que ellos al final prefieran permanecer en sus formas originales, les dejaría que ellos pudieran elegir pasar de una forma a otra sin que tuviera que poseer a algún ser humano.

Cuando el ángel volvió a abrir los ojos, lentamente expulsó el aliento guardado y vio como sus hombros caían, su expresión confusa se transformó en una melancólica, miró a todos lados y cuando se centró en él, Jack solo vio pesar en esa mirada.

—El vacío...

—Todo está arreglado —aseguró con voz un tanto inquieta, no quería que se viera triste, pero tampoco podía imponerle una felicidad porque eso no lo podía ni quería hacer—. Necesito que me ayudes. Intenté crear de cero a los ángeles, pero no pude —confesó Jack. Eso lo hacía sentir frustrado porque a pesar de que con rapidez aprendía cada día más sobre sus poderes, había cosas que no podía lograr hacer—. Por eso, decidí ir por todos ustedes, era más fácil traerlos y reacondicionarlos a volverlos a crear. Todavía no domino esa técnica.

—A Chuck, le costaba mucho rehacerme cada vez que era llevado al vacío, porque intentaba siempre traerme igual a como había desaparecido, y eso le tomaba mucha energía —le aseguro el ángel con voz hueca, casi parecía antinatural.

Jack dejó de lado la extraña sensación que le daba verlo de esa forma y decidió centrarse en lo que en ese momento necesitaba atender. Comprendió que a él le faltaba mucho por dominar, así que le explicó a Castiel lo que quería hacer y esperaba tener su ayuda y guía; por fortuna, el ángel entendió su punto de vista y aceptó apoyarlo.

Su guía sería muy valiosa.

Sin pensar en nada más, comenzó primero con los arcángeles ya que ellos eran los más fuertes y con la guía de Castiel, ellos podrían recuperar a todos los demás casi de inmediato. No es que él no pudiera hacerlo, solo que quería que ellos se involucraran en esto, hacerlo juntos como una gran familia que cuidaría de los unos y los otros. Ellos eran hermanos y necesitaba que ellos comprendieran el real significado de esa palabra. Así trabajaron con mucha más eficiencia y rapidez, hasta que una vez realizado los reajustes adecuados pudieran ser más empáticos con los humanos, ellos serían sus guardianes, como siempre debió ser. El detalle, era que si bien, ellos ahora podían entender el significado del amor en su esencia, ellos no tenían sentimiento en sí, ya que no eran humanos aunque habían sido creados en base al amor, algo que al parecer habían olvidado o dejado de lado, ahora serían mucho más conscientes de ese sentimiento.

Él deseaba que todos los seres de cualquier clase pudieran comprender y —por qué no— también sentir el amor como lo hacían los humanos para de ese modo poder comprenderlos mucho mejor y tenía esperanza de que eso fuera posible porque Castiel había logrado amar a la humanidad, en especial amaba profundamente a uno. Ellos podían amar, solo que no lo comprendían, no cómo lo había hecho Castiel y otros tantos más. Miró al ángel Hannah y reprimió un suspiro algo cansado, eso iba a ser un gran detalle cuando ella despertara.

El vacío que llenasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora