No tengo idea cómo, pero logro llegar a ella, y ruego que sea una pesadilla.

—¡Hades! —escucho a lo lejos— ¡Hades! — intento buscar una falla en su cuerpo, algo que me diga que no es ella.

Acaricio su cabello y mis lágrimas comienzan a bajar sin control.

Te perdí —logro decir y después no recuerdo más nada.

...

Despierto y me encuentro conectado a un suero, miro alrededor y reconozco unos ojos azules, era Adam que me miraba con atención.

—Hades —pude ver que estuvo llorando, sus ojos tenían un color rojizo por debajo en las ojeras.

—Dime que no es cierto —intento contener el dolor que siento en el pecho al saber que esto no es una pesadilla.

—Lo siento —se tapa el rostro y yo miro hacia el techo para dejar escapar las lágrimas.

Me recompongo y me desconecto dejando salir un poco de sangre y me lo tapo con las manos para que deje de salir. Entra una enfermera y la miramos al ver su cara de enojo, frunzo mis cejas.

—No puede irse así.

—Lo haré con o sin su consentimiento.

—Pero ...

No la dejo terminar y salgo junto con Adam de allí. En el pasillo puedo ver a mis padres preocupados y me acerco para abrazar a mi papá.

—Atraparon al responsable.

—Lo quiero matar —digo y siento su abrazo más fuerte.

—Será procesado dentro de dos días. Los padres de Bogdana pudieron agilizar esos trámites.

—Quiero que se muera —suelto con furia a mi padre y éste niega.

—Enojándote no lograrás nada hijo.

—¡Yo quería que ella fuera mi mundo! —mis lágrimas no dejan de salir de mis ojos, jamás lloré así, pero por ella lo vale.

Después de que le dieran mi parte médico a mi madre, nos llevaron hasta la estación en dónde se encontraba Cattus. Al llegar había mucha prensa y multitud de gente que solo quiere la primera noticia en sus portales, entre ellos, estaban los chicos de nuestro grupo. Mi hermana al verme llegar con Adam, corre hacia mi y me abraza para llorar desconsoladamente.

La multitud calla al ver salir de la estación a los padres de Bogdana, pero a medida que se acercan a nosotros, veo en su rostro la tristeza y el dolor y solo me causa una punzada en el corazón. Los periodistas intentan acercarse a ellos, pero no se lo permiten. Con la cabeza baja se nos acercan.

—Es ella.

No

Suelta la mamá de Bogdana y todos comienzan a sollozar y llorar.

—¿Cattus? —pregunto conteniendo mi ira en mi puño cerrado.

—No quiere hablar sin un abogado —dice la mamá.

—Lo veremos dentro de dos días. El juicio será transmitido por televisión —contesta el papá, más para los periodistas.

...

Estamos en la casa de Bogdana. Ayer fue que nos enteramos de todo y hoy es su funeral. A Barbie la encontraron desangrándose en la misma habitación que Bogdana, las dos sin ojos. Maldito enfermo, como pude dejar que nos ganara así. Es tanto el enojo que tengo que, temo cometer alguna estupidez. Ni siquiera puedo procesar que ella está frente a mi y en un cajón, sin vida.

Por tus ojos © [PRIMERA PARTE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora