With You - Aki Hayakawa y Tú

O2

Despierto por la luz que se estaba colando a través de la cortinilla blanca de la ventana, pareciera ser que hoy sería un día soleado, enfoco bien la vista y noto que es una habitación totalmente distinta. Las paredes son blancas y tenía una que otra estantería para dejar cosas, y yo estaba sobre un acolchado futón color durazno. 

Los recuerdos de los últimos tres días llegan de sopetón sobre mi memoria.

Makima, la chica que es jefa de los cazadores de demonios de seguridad pública, el demonio que casi me ataca y bueno...ahora el chico con el cual estoy a cargo Aki.

Por la noche recuerdo que tuve que venir con él hacia su hogar, me dejo en esta habitación y apenas intercambiamos un par de palabras, joder que incómodo. 

Me levanto y voy directo a mis maletas y bolsos, de allí saco mi cepillo de dientes y cabello, sólo quiero encontrar el baño que me indicó ayer por la noche el azabache. Cuando estoy a unos pasos de estar allí y querer tomar el pomo de la puerta, es rápidamente abierta por el chico. 

Mi respiración se entrecorta y sólo atino a quedarme mirando fijamente sus bonitos ojos azules. Su torso blanco con gotas escurriéndole y notoriamente suave, se contraía con sus respiraciones pausadas, pero luego con el respingo de la impresión noto un suspiro cansado. 

Ya la jodí.

-Eh...yo...discúlpame, quería venir al baño - Digo llevando mi mirada al piso.

-No te preocupes, ya terminé, si gustas puedes esperar unos minutos a que el vapor se disipe - Su voz es neutra y notoriamente más ronco por la mañana.

-Mmh...sí.

Antes que pueda continuar en decir algo más, noto como él rápidamente toma la delantera y desaparece por los pasillos para encerrarse, supongo, en su habitación.

Sólo boto el aire que tenía acumulado en mis pulmones y comienzo mi labor matutina. Lavo mis dientes, mi rostro y cepillo mi cabello, después de desayunar planeaba darme una ducha. Cuando salgo a la cocina, noto como el chico estaba vestido de espaldas a mí friendo algo en el sartén, estaba usando una camiseta blanca con unos pantalones de chándal negros.

-Buenos días - Digo mientras el observo - Mmh...¿Qué se supo-

-Buenos días, siéntate, desayunamos juntos - Sigue con su labor - Ayúdame con el café y con los cubiertos.

-¡Claro! - Me acerco hacia él, importándome poco las consecuencias - ¿Qué cocinas? Sale buen olor.

-Huevos revueltos con tocino - Toma una espátula - No eres vegetariana, ¿O si? - Me da una mirada.

-No, tranquilo - Le sonrío - Mmh...¿Dónde están los cubiertos?

-Los cubiertos allí - Apunta un mueble sin quitar la vista de la sartén - Y las tazas acá - Apunta la alacena - Él café está sobre la mesa y me gusta cargado y bien negro.