Capítulo XIV: La solución del anciano

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El coronel Karter empezó a hablar con el anciano

-¡Hey anciano! ¿Cómo piensa para a los zombies?

-Acaso no me encerraron, pensé que no les importaba lo que yo supiera

-Anciano no es así, el general Frank simplemente piensa que tiene todo controlado, pero ambos sabemos que no es así, por favor dígame, ¿Cómo detenemos esos putos monstruos?

-Vera coronel, esos monstruos se crearon a raíz de una maldición de los espíritus del páramo, yo vi todo, vi como un sujeto explotaba el páramo, eso de seguro enfureció a los espíritus del páramo y la única forma de detenerlos es llevándolos a donde todo empezó, al paramo de Sumapaz

-Pero anciano, todo eso no tiene sentido, si logramos devolver a los zombies al paramo ¿ que los detendrá halla?

-Coronel es muy simple, llevándolos allá y si ustedes logran que yo llegue vivo al paramo, me encargare de ellos

-¿pero cómo lo hará?

-Confié en mí, todo se detendrá

-Pero quien me asegura que esto se detendrá llevando los zombies al paramo ¿Quién?

-Coronel, ¿que pierde intentando? Solo le pido su confianza

-Pero hay un problema…. El general Frank, el no permitirá que eso se lleve a cabo

-Coronel, quiere salvar a la ciudad, ¡Encárguese del General Frank!

El coronel saco un arma de su bolsillo trasero y disparo las esposas, rompiéndolas. Los soldados escucharon el disparo y fueron a revisar, el coronel rápidamente tomo a un soldado como rehén y dijo

-Déjenme hablar con el General Frank, si no le ¡vuelo la cabeza a este hijo de puta!

Los soldados lo dejaron bajar del camión, el coronel grito

-¡General, el anciano tiene una solución para deshacerse de esas cosas, ahora usted queda relevado de su cargo, esta operación se hará como yo diga!

-Oh, Coronel, ahora tiene muchas agallas para desafiarme, ¡no entendió que el que está a cargo soy yo!

-General Frank, esta relevado dije, si no le vuelo la cabeza a este hijo de perra y de paso a usted también

-Por favor coronel, ambos sabemos que usted no tiene las agallas de dispararme, ¿deje esa arma estúpido coronel!.

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