ミCapítulo Ocho彡

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Ninguno de los llegó a conciliar el sueño ese fin de semana. Apenas y se miraban entre comidas. Deseaban con fervor que sea domingo por la noche, pero no sabían para qué exactamente.

Es como si volvieran a la semana antes de conocerse por primera vez.

A ese semana donde Erick había descubierto que el Alfa que decía amarlo y le prometió casarse con él, simplemente lo mantuvo cerca para olvidar a su hermano. Ese lunes en el que sintió su mundo detenerse y creyó haber perdido la fe en el amor. Ese martes en el que lloró hasta embriagarse a más no poder y querer acabar con su vida, sintiendo el aire bailar con sus cabellos mientras caminaba hacia el puente que tantos recuerdos le dejó. Ese miércoles en el que se encerró dentro del baño para que sus padres no hagan más preguntas. Ese jueves en el que fue a devolver el anillo de compromiso y rogar a Anderson una segunda oportunidad. Ese viernes en el que decidió quemar su traje blanco. Ese sábado en el que habló con sus padres y, prácticamente, les obligó a no revelar jamás los verdaderos motivos de su ruptura. Ese domingo en que ya no hallaba motivos pero continuó su transcurso a la biblioteca, sin embargo, no pudo ingresar por falta de valentía.

Fue una semana dolorosa en todo el sentido de la palabra.

Pero se obligó a ser feliz.

Y jamás creyó que la felicidad realmente iba a volver.

A esa semana donde Joel encontró a su mejor amigo en el hospital luego de intentar suicidarse por un Omega que solo jugó con sus sentimientos. Ese lunes donde los padres de Richard le gritaron y culparon de todo. Ese martes donde inició su odio hacia Sebastian. Ese miércoles donde Camila se volvió un pilar fundamental, aun sin saber que ella había aceptado estar con Richard para cubrir su homosexualidad y que los señores Camacho no tengan problemas en la empresa, porque a fin de cuentas, mientras más ceros ingresaran a su cuenta ella "amaría" al Alfa. Ese jueves donde una adicción del pasado llegó para no irse más. Ese viernes donde estrelló su antiguo auto contra un muro. Ese sábado donde pasó el día en el hospital por daños menores, vaya a saber Dios por qué. Ese domingo donde se preguntó porqué Sebastian había sido tan cruel y déspota; él lo quería como un hermano, pero a causa de sus actos destruyó ese sentimiento que muy difícil construye con desconocidos.

Si. Fueron siete días donde su cuerpo se fundó en la desesperación y el llanto.

No importa qué consumió.

Porque al final, bastó una mirada para saber que su droga más fuerte sería él.

No tienen nada en común, salvo el dolor que experimentaron una semana antes de hallar la cura en el corazón ajeno.

Siete días de calvario para que en el octavo llegue la luz.

El arcoiris si está después de la tormenta.

Y, en el presente, se halla Erick frente a Joel. Con un cigarro abrazado por sus labios y el ceño fruncido viendo a Sebastian hablar animadamente con Marta; habló sin quitarlo.

Tal vez ya contaron su historia, solo queda procesarla y tomar una decisión.

—¿Quién se cree para venir a pavonearse luego de joder a Richard?

—No lo sé, Erick. Simplemente no lo sé.

—¿Ella sabe?

—Cada detalle.

El Omega hizo un gesto de incomodidad. Aspiró y expulsó el humo paulatinamente. Teniéndolo entre sus dedos se acercó a Joel y murmuró una gran ofensa hacia Martha, que sí ella escuchaba lo más seguro es que iba a necesitar de mucha ayuda para no terminar en el suelo.

Joel se carcajeó, para después sujetar la mano de Erick.

—No elegimos a quién amar. ¿Lo sabes?

El Omega se encogió de hombros mientras volvía a expulsar el humo dando de lleno en el rostro de Joel. Sonrió ladino.

—A la perfección. Elegimos a quién nos va a destruir. Y yo, te he elegido a ti. Así que destruye mi corazón con la misma intensidad de un huracán, suavisalo como si tocaras una nube, pero nunca, hagas que me arrepienta de haberte amado. Porque yo no me arrepiento de entregarte mi alma y, muy pronto, quiero fundirme contigo en una noche estrellada bajo la luz de la luna.

Joel lo acercó a su cuerpo, tomándolo por la cintura y quitando su cigarro. El ojiverde no ocultó el jadeo de sorpresa.

—No sabía que mi Omega era tan creativo a la hora de pedirme que le haga el amor.

Erick sonrió.

—Oh, cariño. Y apenas es la punta del iceberg.

De pronto Joel llevó la nicotina a sus pulmones, reteniendo lo más que podía hasta terminar suspirando cerca a los labios de Erick.

—Ten por seguro que tú ya destruiste mi corazón de la forma más bonita que jamás llegué a experimentar. Has derrumbado y al mismo tiempo alzado una muralla que no sólo me resguarda a mí, sino a los dos. Lograste tantas cosas en poco tiempo, y créeme que también te elijo a ti. Solo a ti.

—¿Ahora sí es cuando me besas?

—Ahora es cuando te digo que estoy terriblemente enamorado de ti. Y no sabes cuánto había deseado tenerte en mis brazos aunque mi Alfa esté arañando por tu aroma. No tienes una idea de las noches que pasé creyendo que tú ibas a cansarte de mí —a cada palabra que articulaba, la distancia iba reduciéndose—. No fuiste el único en caer, Omega. Cualquiera en su sano juicio caería por ti. Y yo, soy el maldito desgraciado de tener la dicha de haberlo hecho de la peor forma. Porque una vez que tus luceros conectaron con los míos, supe que amarte no iba a ser fácil, iba a doler hasta que el corazón sangre, iba a doler tan bien que sin importar el peligro que haya, regresaría a ti. Porque eres la razón por la cual empecé una rehabilitación para que seas tú mi única droga. La más fuerte y especial. Serías esa dulzura que mi amargura necesita. Te voy amar de la misma forma en que tu Omega y mi Alfa detestan sus aromas. Con locura y pasión. Serás la miel que necesito para una buena taza de café.

Entonces la distancia se cortó.

Dos almas que dejaron la obscuridad para hallarse, para romper contra cualquier obstáculo y terminar unidas como el principio.

No importaba qué tanto aborrecian el aroma del otro, cuando Alfa y Omega se juntan no hay poder sobre la tierra que pueda separarlos.

—Me gustas demasiado.

—Tú también me gusta demasiado, Omega.

|N|O|T|A|

Ok.

Probablemente es la declaración más extraña que haya escrito, peeeeero, es la más sentimental al mismo tiempo. Claro, a mí parecer. (probablemente hay errores porque no lo he corregido, pero tengo este capítulo desde hace un año o tal vez más)

¿Les gustó descubrir un poco del pasado de ambos?

Dos capítulos más y fin.

Besos.

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⏰ Last updated: Mar 24, 2023 ⏰

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Café y miel || JoerickWhere stories live. Discover now