—No nos van a multar, Lau—Rio burlona la pelinegra pasándose el rojo del semáforo.

Lauren suspiró y volteó por el retrovisor al darse cuánta que se había pasado el semáforo.

—Tarde o temprano lo harán—Dijo sacando unos cuantos billetes de el maletín lleno de hojas y libretas—A cómo vamos, será más temprano que tarde—Dejo el maletín en el suelo del carro acomodándose en el asiento bajando la ventana del carro.

—Vamos, chica mala, tienes experiencia, sabes que no pasará...

—Como dijiste, tengo experiencia, ¡Claro que pasará!—Interrumpió la ojiverde mirando de reojo a la pelinegra, quien no borraba la sonrisa de su rostro.

—Esto es muy divertido, ese hombre fue genial con regalarnos ese carraso—Sonrió aún más emocionada, cambiando completamente de tema, pasando sus manos por el volante acariciándolo sin moverlo.

—Perdió la apuesta, y lo hice firmar un contrato, si no lo hacía iba a perder su enorme mansión—La pelinegra la volteó a ver sorprendida por unos segundos antes de volver su vista a la calle.

—¡¿Qué?!

—No le convenia no darles el auto, hubo una cláusula donde puse que si no hacia la entrega en un mes, los papeles de su casa serían míos, ya que él los firmo antes concordando—Se encogió de hombros restándole importancia—Todo sería legal—Aclaro viendo el rostro sorprendido de su amiga, quien se rondaba en ver el camino y luego a ella, y viceversa.

—¡Y luego dicen que yo soy la perra!—Soltó una carcajada volviendo a acelerar.

La ojiverde rodó los ojos ante la extraña reacción de su amiga, aunque no estaba sorprendida, Verónica era tan elocuante e ilegible, pero insorprendible, a veces.

—Vero... Tengo que ir al doctor antes—Murmuró Lauren acomodándose incómoda en su asiento.

—¿Tienes que ir al doctor y te quieres tragar una hamburguesa, papas y refresco?—La miró de reojo incrédula mientras iba bajando la velocidad del carro.

—Es chequeo semestral con el urólogo, no con el nutriólogo—Bufó levantando el labio superior mostrando una parte de sus dientes.

—¡Oh!, irás a checar a Lolito—La volteó a ver nuevamente con la mirada pícara.

—Ojos en el camino—Ordenó señalando al frente, haciendo que Verónica inmediatamente volteara a esta—Y si, es un chequeo habitual, para ver si todo está bien.

—¡Él estará genial, cuando regresamos de las Vegas estaba demasiado contento!—Rio burlonamente volviendo a dejar la vista a la carretera para centrarla en Lauren.

—Vista en el camino, ¡Por el amor de Dios!—Gruñó golpeando la pierna de la pelinegra—Como te he dicho, de seguro que la loca con la que me case me dio Viagra o algo, no encuentro alguna otra explicación—Refunfuñó entrecerrando sus ojos.

—Si, claro, como tú digas—La mujer volvió a soltar una carcajada.

***
La ojiverde no podía más con sus pies, sin embargo, ahí estaba caminando a un lado de Verónica sosteniendo firmemente su hamburguesa disfrutandola como nunca, usualmente no sé permitía comer demasiada grasa y carne, sin embargo, desde la mañana había estado tenido antojo de una buena hamburguesa, y esa le estaba consintiendo todos sus deseos.

—Lauren, se te está cayendo el relleno—Avisó la pelinegra señalando su hamburguesa con la mano que sujetaba algunos papeles.

—¡Oh, mierda!—Gruñó y rápidamente puso la mano para sostener la lechuga, que efectivamente cayó a su mano—Carajo—Masculló antes de llevarse esa mano a la boca y comer la lechuga mientras con la otra mano sujetaba fuertemente la hamburguesa.

Buscando a mi esposaWhere stories live. Discover now