¿Así que le gustó?

349 11 0
                                    

Cuando Glory me hizo esa pregunta, supe que estaba en más problemas de los que pensé en un inicio...

- Exactamente, con todas sus letras... no me lo dijo - la verdad que improvisé lo mejor que pude - pero lo repetimos - sonreí viendo como 'mis amigas' batían sus manos emocionadas.

Las chicas estaban al rededor mío, me hacían sentir como una de esas concentraciones en los anfiteatros del parque municipal y se presentaba una obra de fin de semana. En esta oportunidad la novela se llamaba "La mentira" y los protagonistas, Bruno y yo. Estaba enlodada hasta el cuello.
Habíamos ya iniciado clases, Cuarto año de media. Entonces la tortura apenas comenzaba, lo digo porque muchas chicas de mi promoción a través de juegos de teléfono, se enteraron de mi fiesta sorpresa y detalles más detalles menos que nunca pensé que me traería tantos dolores de cabeza.

Al rededor mío tenía, por supuesto a Glory y Brittany, quienes completaban el cuadro perfecto de espectadoras atentas comiendo donuts con agua mineral a las 7:15 am. Acompañadas por su escuadrón de coristas, chicas muy simpáticas llamadas Karin, Tania, Lissie, Lawren, Georgina y mi vecina Eloisa. La última que nombro es de esas amigas, que viven cerca a tu casa, estudian en tu colegio, pero ni te hablan; más que para lo necesario o si el carro de su padre se descompuso y justo nosotros, mi padre y yo... pasamos cerca de su residencial.

Y bueno, esta odisea empieza por las mil y un notas, mensajes, correos y post en hi5 y Facebook que me dejaron mis amigas para que llegara a las 7:00 am al colegio en el primer día. YO, no me caracterizaba por llegar temprano al colegio, soy más de las que llegan cuando el portero te da en la cara con una sonrisa amable y su ensayada línea "La entrada a las 7:41 am es por el otro Jirón". Pero esta vez no me tocaría recibir la misma cantaleta; llegaría lo más temprano que podía, aunque sea obligada. Pero llegué.

- Mary, Mary, maja! Por favor dime que le pasó a Bruni! - error. Recién empezaba mi calvario.
- No entiendo - todas las chicas que estaban sentadas sobre las mesas y sillas en el salón de clases se voltearon a esperar lo que iba a decirme Briana quien acababa de llegar.
Aunque conociéndola seguro tardó porque se demoró saludando a todo el plantel de maestros, hasta de la primaria, eso seguro.
- Bueno, que llevo esperando que responda en Messenger Bruno. Lo agregué desde ese día a mis redes sociales y bueno siempre conversamos...
- Debes estar bromeando Briana - interrumpió Glory

Por favor, solo extiendo mi plegaria a Dios para que esta amiga mía no me meta en problemas. Si sabía que Briana había agregado a mi primo o lo que fuese de mí. Pero lo que nunca me imaginé fue que ambos hayan estado hablando, eso me hizo sentir un retorcijón en la barriga.

Brittany se puso de pie y me rodeo en un abrazo maternal, mientras que Glory se cruzaba de brazos y le decía a los ojos de uva lo que me temía.
- Bruno y Lena están saliendo, son enamorados. DEBES! Tener más cuidado en lo que haces con Bruni, flaca - balanceó su cuerpo al otro lado aun cruzada de brazos y siguió - Sería muy feo si te sucediera eso, ¿verdad?
- Yo no sabía - balbuceó la cerebrito de la promoción - pero lo extraño es que no lo haya publicado Bruno en el Face.
- Tú conoces a Lena, sabes que esas cosas le incomodan - esta vez intervino Britt - quien aún seguía abrazándome, solo que ahora agrego leves masajes, con el propósito de relajarme.
No surtía efecto, porque la verdad es que estaba echa un manojo de nervios. Briana que demonios había hablado con Bruno!!! Pero lo peor aún que me hacía sentir muy pero muy mal y no quería que nadie supiera ni se diera cuenta.

Porque nuestra última conversación solo fue la despedida en mi fiesta.

Luego de eso solo me agrego a redes sociales, pero... ni un hola.

Nada.

- Haber, haber, no tengo porque hablar contigo de estas cosas Briana - empecé a conectar cables en mi cabeza, tenía que decir algo bueno - primero, chicas gracias - me dirigí a mis amigas - pero esta es la razón por la que nunca vi ni salí con ningún chico del colegio que cruza la calle.
Y para dejar en claro esto. Siempre por nuestro bien, aunque más para que nuestros padres no nos tomen como inmaduros, inexperto o vulnerables. Bruno y yo decidimos guardar nuestra relación en secreto. - Todas, menos Eloisa y Briana, suspiraron.

La maldición de tener mis senos [EDITANDO]Where stories live. Discover now