❁ཻུ۪۪ 𝙎.𝙊.𝙎┋ izusho.

#𝙎.𝙊.𝙎 !

El calor bailaba en cada uno de sus huesos, de sus articulaciones y tendones teniendo miedo de tan siquiera moverse sobre su espalda por temor a quebrarse con cualquier frágil movimiento de su parte. Su cómodo futon, suave y ligero ahora era una masa dura de hielo que no calmaba su ardor, y ya no podía gritar por sus cuerdas vocales secas y lastimadas por los anteriores sollozos de alto volumen solo sintiendo como se evaporaban sus lagrimas en cuanto tocaban sus pestañas, sujetándose el vientre, el centro de su dolor.

Punzadas profundas y dolorosas se enterraron en ese sitio que sujetaba intentando calmar inútilmente su dolor haciéndolo llorar, patalear en el aire logrando percibir mejor la humedad de su parte inferior, con su olor a fresas y dulces duraznos bañados en un ligera azúcar cristalizada pasando la palabra dulce, aún si tenía todas las ventanas de la habitación y casa abiertas aún con lluvia suave que sacudía sus plantas colgantes, que hacía bailar a sus frágiles decoraciones de vidrio colgadas del techo, regalo de su mejor amiga azabache una vez se mudó completamente solo. Había caído en un profundo pantano, el celo para un Gamma como él era una tortura, el sentir como sus entrañas se derretían y el miedo abrumador de poder morir al no ser Omegas sanos, ya no había vuelta atrás, ni para parar los golpes o burlas, no desmayarse en los entrenamientos o parar el latir tan fuerte de su corazón que le causaba un dolor en el pecho.

Extendió su mano al fondo de las montañas de hielo buscando su teléfono con manos temblorosas tanteando el terreno, sujetando con fuerza el objeto sientiendo sus cuerpos crujir entre sus músculos, erizando su piel de dolor sólo respirando nerviosamente desbloqueando el aparato electrónico buscando desesperadamente un contacto, uno solo, dificultandole la tarea sus ojos llorosos que no paraban de dejar escapar los cristales salados del celeste y gris, necesitando que se diera prisa y que lo salvara, por favor...

Los dedos tambaleaban, aún así no paraba e incluso si sabía que dolería mucho más que su cicatriz o entrenamientos, por más que luchará por salir, más profundo se hundía haciéndolo llorar hasta que llegara y lo mantuviera entre sus brazos para sentirse seguro, intentando engañarse porque ya no podía salir de aquello, que solo sería más descuidado dañando su frágil persona cubierta de una capa de hielo sintiendo que se quemaba con el, estando sumergido en ese dolor.

Dos timbres sonaron y chocaron por todo su cráneo borracho de dolor antes de sentir un suspiro de la otra línea, con la escarcha empezando a derretirse en su cuerpo mezclándose con sus propios cristales salados y cubriendo la habitación con una ligera neblina por su evaporación, dispersandose con la brisa que entraba por el ventanal abierto para recibirlo, para que lo salvara, se lo pedía por favor.

-S.O.S...

-Estoy en camino, simplemente me estoy demorando por tener cuidado con la lluvia. Eres fuerte, por favor, espera dos minutos; Quédate en la línea.

Hizo todo lo posible para no preocupar más a el otro que estaba al otro lado, pero una ola demasiado fuerte de calor lo azotó haciéndolo gritar y lagrimear, encogerse más en su lugar y sujetando el teléfono entre sus manos en su pecho siwntiendo como sus palabras se derretían, el miedo lo consumía y no podía hacer nada, al menos no por su parte necesitando que él lo viniera a salvar de nuevo, que lo abrazara y arrullará en su pecho, tratándolo con cariño por más que con los demás fuera antipático al ser demasiado independiente, no como el, que lo necesitaba cada vez desde que lo encontró en las duchas de la academia a punto de desmayarse por su primer celo pudiendo morir si no lo acompañaba un Delta, siendo Midoriya Izuku el Delta que lo calmo con la mayor paciencia que tenía.