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Han pasado décadas desde que el amor ha sucumbido sus corazones. Las llamas del infierno consumen su lujuria. Las pesadillas de los niños son creadas por los placeres de besos fugases que se depositan en los labios.

No hace falta describir que en el infierno también sé es feliz, de diferente manera, pero sé es. Y no había forma de que Taehyung se lo comprobará a Dios.

Los guardianes del infierno rodean la espalda de Kim Taehyung, y este parece no tenerle miedo a su padre. Nunca le ha temido a pesar de la derrota de hace más de dos mil años atrás. ¿O eran más? Meh.

—Cuanto tiempo Lucifer...hijo mío. —El señor padre de todos los hijos suelta apenas ve a su hermoso ángel pasar por la puerta con sus demonios detrás cuidando a su amo. Dios se avergüenza de ellos, pues todos los que van con él eran sus hijos, pero el pecado les ha ganado. Su voz se escucha entre relámpagos y el sol tras su silla donde está sentado comienza a salir. Dios es la verdad y la vida y el sol más que nadie lo sabía. La luna comenzaba a esconder detrás de Dios.

—No me gustan las visitas, padre. — Taehyung musita siendo tan descarado como siempre. Luce sus alas tan alto como se puede para que Dios pueda verlas. Las alas de Lucifer se hacen más grande cuando la maldad en la tierra aumenta—. Pero está era la excepción.

Dios prosigue:

—¿Qué es lo buscas, hijo?— Dios alza su rostro para comenzar a manejar las aguas que se esparcen arriba de él. Unas muy sucias y otras muy limpias, Dios maneja el ciclo de la vida—. Estoy muy ocupado complaciendo al mundo.

Taehyung recuerdo haber ensuciado toda esa agua que su padre ahora limpia. Joder, ahora tendrá que hacerlo de nuevo, que pereza.

—Mi hijo— Taehyung lleva un cetro en su mano izquierda y sus demonios siguen detrás de él tratando de no tocar los planetas que hay alrededor, marte suele ser un poco sensible si alguien le empuja. A ellos no les importaba causar destrozos, es más, ese era su trabajo. Pero en el reino de Dios no tenían poderes o fuerza alguna, solo Lucifer—. Él quiere uno de tus ángeles, padre.

El señor ni siquiera lo mira—. Eso va contra las reglas.

Dios toma en sus manos osos polares, y luego cierra su palma. Sopla entre el espacio que hace en sus puños, y puf. De polvo naciste a polvo volverás.

Taehyung de inmediato interviene—. Las reglas pueden cambiar.

Dios sonríe y deja de mover su dedo índice hacía una cascada, la cual ha dejado de emanar agua.

—Las reglas las hago yo. Y para que el mundo gire en paz, tienen que obedecerme.

—Ni una mierda. — Taehyung alza su voz para responderle a su padre. Golpea el cetro en el suelo dos veces, y las nubes que Dios controlaba ahora empiezan a hacerse negras para dirigirse a Taehyung. Estás levantan su cuerpo, se posicionan en sus pies y lo llevan hasta la silla de su padre.

—Malas palabras aquí en el cielo no, Lucifer. —Dios reprende a su hijo quien solo le ignora. Ahora están frente a frente.

—Milis pilibris iqii in il ciili no— Taehyung bufa y prosigue—. Haremos un trato, así como el trato que hicimos con Job. Y no vas a decirme que no.

Muchos nos preguntaremos; ¿quien cojones es Job? Bueno, Job fue un hombre hecho y derecho que adoraba a Dios con todo su corazón, le daba frutos y bendiciones. Tenía hijos, esposa, pesebre, animales, diner...

—Y se lo quite todo.

—Pero prohibí que le tocarás su corazón, su alma y su fe. Y como él siempre me rindió culto a pesar de estar hundido, todo se lo multiplique después. Le di una nueva esposa, le multiplique sus hijos, sus riquezas, sus animales; vacas, cerdos, gallinas, gansos, aves, ovejas. Su pesebre se lo...—Dios expresa feliz y orgulloso de su siervo.

—Sí, sí, ala chingada— Taehyung interrumpe su discurso—. Bueno, como ya captaste, haremos lo mismo con el ángel que mi hijo quiere.— Taehyung se toma su tiempo para observar el rostro de su padre que solo lo mira sin querer ceder—. Mi hijo tocará su vida, su trabajo, su carrera y todo lo que no vaya contra las reglas.

—Menos su corazón, su alma y su...

—Sí, sí, ya entendí papá. — Taehyung rueda los ojos y Dios solo sonríe, luego le da una palmada a Taehyung en su brazo izquierdo y al instante su traje negro comienza a brillar. Taehyung asustado se limpia la brillantina antes de que está avance y lo convierta en un lindo pastor vestido de blanco listo para predicar un domingo por la mañana a su pueblo—. ¿Trato hecho?

Taehyung extiende su mano.

A Dios no le queda más que ceder, no le quedaba otra opción. Justamente hace un poco de tiempo, Taehyung tenía un capricho para Dios, este se negó a cumplirsélo. Entonces Taehyung por su enojo y rechazo; creó una plaga para el mundo, para que Dios viera por él y perdiera hijos valiosos, ¿quieren saber cuál? sí, Covid-19.

Así que a Dios no le quedaba de otra que ceder bajo sus condiciones.

—Amén.

—¡Ugh!

Kim Abdón

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Kim Abdón.

El hijo del Diablo |2| (proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora