CAPÍTULO 32

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–Adam…ah…ah…ah…te….ah…ah…necesito…

–No tienes que decirlo dos veces.

De un momento a otro me penetró, comenzó a moverse lentamente y después subió la intensidad, la habitación estaba llena de jadeos y gemidos, envolví mis piernas en su cintura y con mi peso lo tiré a la cama montándome sobre él, Adam sonrió, comencé a sentarme y levantarme robando gemidos por parte Adam, me tomó de la cintura y me presionó contra él, comencé a moverme circularmente sobre él, Adam dio una vuelta dejándome bajo él y siguió moviéndose, alcanzamos el orgasmo y se corrió dentro de mí, salió de mi interior suavemente y se acostó a mi lado atrayéndome hacia él, depositó un beso en mi frente y sonreímos, me giró y desató mis manos, las puse sobre su pecho y recargué mi cabeza en su pecho, bostecé.

–¿Tienes sueño amor?

–Poquito.

–Descansa, has tenido mucho por hoy.

–Estoy bien.

–Descansa, yo iré con los niños.

–Pero tengo que preparar la comida.

–Yo me encargo.

–¿Y si quemas la cocina?

–Oye, ya no soy tan mal cocinero. – dijo poniendo cara de ofendido.

–Está bien, pero solo unos minutos.

–Lo que tu digas.

Se levantó de la cama y se comenzó a cambiar, me acomodé y me cubrió con la cobija, depositó un beso en mi frente y salió de la habitación, apenas cerré los ojos me quedé dormida. Abrí los ojos lentamente, porque escuché que me hablaban, Adam estaba sentado en la cama.

–Hola dormilona. – dijo en un susurro suave.

–Hola. – contesté sonriendo mientras me sentaba.

–Ya está la comida, vamos a que comas.

–Me visto y bajaré.

–Ok.

Me dio un beso en la frente, me levanté de la cama y comencé a vestirme, me arreglé un poco en el baño y salí a la habitación donde Adam estaba acostado en la cama.

–Vamos porque tengo mucha hambre. – Adam se rió.

–Vamos entonces.

Tomó mi mano y salimos de la habitación, fuimos a la sala y ahí estaban los niños, se acercaron a nosotros y nos abrazaron, todos fuimos a la cocina, serví la comida y nos sentamos a comer.

–¡Ya casi vamos de vacaciones! – dijo Evan.

–¡Iremos a la cabaña! – dijo Ethan.

–Así es peques, nos divertiremos mucho.

–Nuestras primeras vacaciones familiares. – dijo Adam.

–¿Podremos asar malvaviscos? – preguntó Evan.

–Sí cariño.

–¿Podremos explorar el bosque? – preguntó Ethan.

–Claro que sí cariño.

–Podemos hacer todo lo que quieran. – dijo Adam.

–¡YUPI! – gritaron los niños.

Continuamos comiendo, cuando terminamos, iba a lavar los trastes pero Adam no me dejó y los niños quisieron ayudarlo, fui a la oficina de Adam y terminé de acomodar los papeles que no terminé en la mañana, cuando estuvo todo listo salí de la oficina y fui a la sala, me senté unos minutos, Adam y los niños no habían terminado aún, fui a verlos a la cocina y estaban jugando, había jabón por todos lados, estaban jugando a que estaba nevando, estaban completamente mojados, ninguno de los tres me vio.

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