Club || Mitsuya Takashi × Reader ©

↳˳⸙;; ❝ [ Capítulo 9 ] ᵕ̈ ೫˚∗:

Paz.

Por primera vez en mucho tiempo sentía verdadera paz.

Abrió sus ojos con lentitud y reprimió un estornudo, al sentir el aire es sus pies. Miró a su lado, y se sorprendió de ver a una de las niñas a su lado, abrazando un peluche.

"¿Dónde estoy?"

Inspeccionó el lugar, y se asustó cuando sintió algo tomar su mano; era Luna—Lo siento... ¿Te desperté?

Negó adormilada, y antes de poder decir algo volvió a quedarse dormida, sacándole una risa a la mayor.

Se levantó con cuidado y se extrañó cuando vio que no llevaba su uniforme, sino una camisa holgada.

Abrió la puerta con lentitud y se asomó, buscando a alguien.

—Ya despertaste.

Soltó un leve respingo y se giró a donde provenía la voz; allí vio a Mitsuya y a una señora que no conocía.

—¿Dormiste bien? —preguntó Mitsuya, quitándose el delantal—. Espero que Luna y Mana no te molestaran

Negó con lentitud y salió por completo—Gracias por dejar que me quede...

—Mitsuya me explico todo, siéntete como en casa —habló la mayor, entrelazando sus manos. Miró la hora e hizo una mueca—. Perdón, pero tengo que ir a trabajar.

Bebió su café con rapidez y se paró, entrando al cuarto para despedirse de las niñas que seguían durmiendo. Se acercó a Mitsuya y le dio un beso en la frente como despedida.

—Nos vemos, y no te preocupes por la camisa —le sonrió con dulzura y le acarició el cabello, dejando un pequeño beso en la frente, igual que con Mitsuya—. Espero que nos podamos conocer mejor.

Asintió lentamente y la despidió con Mitsuya a un lado. La miró de reojo, e hizo una mueca de preocupación, cuando percibió que trataba de aguantar las lágrimas que se empezaban a formar en sus ojos.

Puso una mano en su hombro, sonriéndole—¿Tienes hambre?

—Algo —. Admitió con vergüenza, abrazando su estómago.

—Vamos, tengo el desayuno listo.

—¿No necesitas ayuda con algo?

Negó con tranquilidad y la guio a la mesa, sentándola con cuidado en una silla—No te preocupes, de eso me encargo yo.

Le puso un plato en frente, e hizo un ademán cuando lo miró con duda. Suspiró y tomó los palillos, agradeciendo.

Dio un pequeño bocado y sus ojos se iluminaron, empezando a comer mientras meneaba la cabeza de un lado a otro, con felicidad. Sonrió con ternura al verla y le extendió su uniforme que estaba en otra silla.

—Ayer lavé tu uniforme para que lo puedas usar hoy —explicó Mitsuya, cuando vio que lo miraba confundida—. Por suerte se pudo secar bien.

Lo tomó con cuidado y lo abrazó, oliendo el aroma del detergente. Torció los labios y desvío la mirada—Para ser sinceros... hoy planeaba faltar a la escuela.

Pestañeó varias veces y se sentó delante de ella—¿Por?

—Tengo miedo de verlo... ¿Qué tal que se enoja todavía más?

Frunció el ceño con impotencia, pero lo suavizo cuando notó que ella la miraba con preocupación—¿Te sentirías más segura si yo estoy contigo todo el día?

—Pero vamos en clases diferentes.

—Ya veré como arreglármelas. ¿Te parece bien? —. Insistió sonriéndole.