Capítulo 4

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Como era de esperarse el teléfono sonó pero no hubo respuesta...
-Lo digo con toda sinceridad, yo me puedo quedar con ellos, cuidé a mis dos hijos cuando estaban de la edad de Adam y Adi y por lo que sé y recuerdo nunca les pasó nada- comentó Sebastián
-De acuerdo, esta bien, yo intentaré no tardarme - dije dando la vuela al volante para acercarme cada vez más a mi casa. - Y ustedes dos - les dije a mis dos mounstros mientras los veía por el espejo del carro y ponía ojos amenazantes, los mismo que usaba cuando quería que se estuvieran quietos o me hicieran caso-Sebastián se va a quedar un rato con ustedes, portense bien sino, no mas McDonalds y helados hasta dentro de un mes - sentencié
-si mamá - contestaron al unísono
-que ruda, pobrecitos los vas a traumar - dijo Sebastián de broma
-ya están traumados, no creo poder traumarlos más - reí. Unos minutos después llegamos a mi casa.
La casa era de dos pisos, en la planta baja se encontraba una sala bastante amplia, una pequeña jardinera que separaba la sala del comedor, el comedor obviamente, la cocina, un baño, una pequeña bodega, el cuarto de lavado, un cuarto acondicionado para personal de servicio, mismo que estaba vacío ya que no tenía empleada doméstica de planta, y un enorme jardín con tres columpios, una cama rebotadora, una resbaladilla, y una mesa de jardín con sus respectivas sillas. Cada habitación de la planta baja Están separada por cristales que me permitían monitoriar a mis pequeños demonios.
En la planta alta se encontraban 5 habitaciones, 3 de ellas con su vestidor y baño propio y las otras dos compartían baño. Una de estas habitaciones era mía, obvio la más grande, y Adi y Adam tenían sus respectivas habitaciones, la otra estaba acondicionada para las "visitas", y la última la había hecho un estudio donde me ponía a trabajar.
Al llegar Adam y Adi corrieron a la planta alta, y yo caminé a la cocina. Sebastián caminó tras de mí.
-es linda y muy grande, según recuerdo habías dicho que no querías una casa grande-se sentó en uno de los bancos de la barra de la cocina
-si, realmente no estaba e mis planes que fuera tan grande, pero el de vienes raíces dió con ella y la verdad es que por alguna razón estaba a muy buen precio, era comprar esta casa u o un departamento por la misma cantidad, así que obviamente escogí la casa. Y así los niños están jugando todo el día, siento que se aburren menos y se cansan más - reí, mientras abría el refrí y tomaba una botella de agua.
-en la parte de arriba están las habitaciones de los niños, por lo general juegan en el cuarto de Adam, en el refrí hay cualquier tipo de comida por si te piden algo, que no creo porque acaban de comer, pero ya como a las 9 Adam pide un vaso de leche con chocomilk-
-porque si no no duerme -me interrumpió Sebastián
-si exacto! - contesté mientras intentaba recordar que más decirle
-igual que tú, tu mamá una vez me comentó que de pequeña tenías que tomar un vaso de leche porque si no no dormías -
-como es que recuerdas eso? - le pregunté
-se me hizo algo muy tierno de tu parte, y por alguna razón se quedó grabado en mi cerebro. - sonrío - aunque no lo creas me inportabas y ponía bastante atención en esos detalles pequeños - me giñó el ojo. Al hacer esa acción una parte de mi se molestó, qué se creía para guiñar e el ojo, o por qué lo estaba haciendo, qué pretendía al decirme eso. Desvíe mis pensamientos y proseguí.
-también arriba, en mi estudio a lado del teléfono está una libreta roja, ahí están apuntados mis teléfonos, el de mi mamá y mi papá por cualquier cosa que ocupes, que espero que no sea necesario pero nunca se sabe, por lo general los duermo a las 9:30, pero creo que estarán un poco inquietos con tu presencia, espero que puedas dormirlos, de todas formas yo te marco en un rato y les digo que e tienen que ir a dormir, y-tomé un poco de aire para seguir hablando
Pero Sebastián me volvió a interrumpir
-... Y sé cómo cuidar a unos niños, y se te está haciendo tarde, entre más pronto te vayas más pronto regresas, confía en mí, van a estar bien-
Yo no dije nada tomé mis llaves del carro y la casa que las había dejado encima de la barra cuando me acerqué al refrigerador por la botella de agua, tomé la botella, sin darme cuenta que momentos antes también la había dejado en la barra, y caminé a la salida. Sebastián se fue tras de mí
-si eres un loco asesino serial de niños, que te quede claro que soy de las mejores investigadoras y te juro por mí vida que iría hasta el fin del mundo para encontrarte - sentencie.
Sé que eso estuvo muy loco y raro, pero es que de alguna forma sentí que debía haberlo dicho.
-te hace daño ese trabajo-señaló - no les haré nada, tranquila-
Salí de la casa y me subí al carro, Sebastián de quedo en la puerta y cuando me encontraba alejada unas dos cuadras revise por el espejo y vi que Sebastián se estaba metiendo a la casa. "Pero que diablos acabo de hacer" me dije.

Más Que Lazos De Sangre Where stories live. Discover now