Capítulo 3

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Salimos de la escuela de Adi, y nos subimos al carro Adi y Adam como siempre se subieron a la parte de atrás del carro y Sebastián de copiloto.
-por qué estas aquí? - le preguntó Adi a Sebastián
-amm... Verás que... Bueno... Yo me encontré a tú mamá y a tu hermano en el parque - le contestó Sebastián
-y tú querías conocernos? - le volvió a preguntar Adi. Sebastián no respondió y me volteó a ver
-Adi, yo no le había dicho a Sebastián de ustedes, este encuentro fue simplemente casualidad-
-ah!, pero él sí es nuestro papá? -No sabía muy bien que responderle me había agarrado en curva, claramente había imaginado esta situación y lo que les diría cuando me volvieran a preguntar, pero pensé que eso pasaría cuando ellos estuvieran un poco más grandes.
-si, pero no-les contesté- como ya les había dicho él me dio su semilla para que ustedes pudieran nacer a sí que gracias a él es que están aquí, pero su papá como tal no es porque el no tiene ningún lazo afectuoso con ustedes-volví a decir. Adi no dijo nada y se quedó mirando la ventana. Después de unos minutos llegamos a McDonalds, Adi y Adam corrieron a la zona de los juegos y Sebastián y yo procedimos a pedir. Después nos sentamos en una mesa cerca del área de juegos para así vigilar los mientras anunciaban que nuestra orden estaba lista. No habíamos dicho nada hasta que Sebastián habló.
-puedo preguntar porqué los tuviste? -
-bueno, un día desperté queriendo tener algo más que un buen trabajo y la familia entre mis padres y sobrinos, quería mi propia familia y bueno descongele los cigotos y nueve meses después estaban aquí-le dije con una sonrisa tenue mientras los veía como se ayudaban el uno al otro para subir a uno de los juegos.
-Son muy lindos- me dijo Sebastián -Se parecen a ti- completó. Yo solté una risa extraña.
-Me recuerdan más a ti que a mí - le dije. - Sobre todo Adi, tiene ese espíritu rebelde como tú, además de la herencia por la música, y Adam cuando está dormido tiene el mismo gesto pacífico que tenías hace años mientras dormías.
-Bueno, yo siento que se parecen a ti en lo inteligentes, y esa forma tan linda de caerle bien a los demás - me dijo haciendo señas para que viera que se encontraban con otros 3 niños jugando.
-Por qué mellizos? Tu elegiste que fuese así o solo ocurrió?
-Andas muy preguntón, y pues realmente yo lo decidí, al principio solo pensé en tener a 1 y después al otro, pero luego pensé que tener a los dos sería mucho mejor y más fácil-contesté-otra pregunta que tengas que hacerme? Se supone que la experta en interrogación debo ser yo- reí.
-lo siento - dijo él también riendo- es solo que me da curiosidad saber de ti.
-Dónde conociste a tu ex esposa? - ahora era mi turno de hacerle las preguntas.
-La conocí en un proyecto que hicimos unos arquitectos y yo para una empresa, ella es la hija del que nos contrató, el proyecto lo hicimos en Querétaro, ahí la conocí -
-y como es que decidiste casarte, cuéntame la historia, Como se llama ella y tus hijos? -
-Renata! - escuche gritar a una mujer mi nombre, era la señorita de la caja para que fuera por la orden de comida. Me levanté de la mesa y fui al mostrador a recogerla, la lleve a la mesa y me dirigí al área de juegos por Adi y Adam.
-Adi, Adam, ya están sus hamburguesas - les grité no tan fuerte, me acerque a Adam para ayudarle a abrochar las agujetas de sus tenis, Adi traía unos zapatos de balerina así que no hubo necesidad de ayudarla, esperó a que Adam estuviera listo y los lleve al baño para que se lavaran las manitas, después regresamos a la mesa con Sebastián.
Adam se sentó al lado de Sebastián y Adi a mí lado, les disus cajitas felices y empezaron a comer sus hamburguesitas, Adam tomó una de sus papás e hizo una cara de felicidad
-me encantan estas papas, están muy muy muy ricas, amooo las papas- comenzó a decir y gritar. Los tres empezamos a reír por las caritas y gestos que Adam hacia por sus papas.
-Su mamá antes también amaba las papas, me hacía llevarla a comprar papas y si no lo hacía me hacía un berrinche - le dijo Sebastián a los niños. Yo solo hice una mueca para que guardará silencio. Mis hijos no tenían que saber que yo era adicta a las papas de McDonalds y mucho menos que Sebastián y yo habíamos pasado tiempo juntos.
-mi mamá hacia berrinche? - preguntó Adam.
-Si, y muchos, estaba muy consentida tu abuelito siempre le compra todo lo que ella quería así que yo también intentaba hacerlo, porque si no lo hacía se ponía de berrinchuda y se enojaba - contestó Sebastián mientras me veía y se proyectaba una sonrisa de burla. Yo solo quería que gusrdara silencio pero también el que dijera eso me hizo recordar esa época en la que éramos novios y sí, realmente yo le hVia berrinches para que me comprara mis papas.
-Pero eso fue hace mucho-contesté - ya no hago berrinches y menos por comida -
-que divertido! Mamá haciendo berrinches! - dijo Adi- mamá puedes hacer un berrinche ahorita? - preguntó
-no mi amor, nada de berrinches eso solo lo hacen los niños - le contesté
-Anda, hazles un berrinche a tus niños - dijo Sebastián
-No, ya dije que no y punto, así que mejor hay que terminar de comer-puntualice. Y sin esperar vi como la mano de Sebastián se acercaba a mi charola y sin previo aviso tomó mís papas. Hice una mueca bastante extraña y graciosa me supongo ya que Adam y Adisson soltaron unas risas muy chistosas
-dame mis papas! - le dije intentando arrebatarle mis papas a Sebastián, - dame mis papas ahora-y sin hacerlo conscientemente el tono de mi voz había disminuido, se volvió chillona e hice un puchero, no se cuanto pasó, supongo que solo unos cuantos segundos y Sebastián me regresó mis papas.
-Niños, lo que acaban de ver es un berrinche muy pequeño de su mamá - sonrío mientras se burlaba. Al hacer eso me auto transportó nuevamente a los recuerdos que tenía con él peleando y sentí muy lindo, tenía mucho tiempo que no me ponía a pensar en esos momentos vividos.
Los niños solo se rieron y siguieron comiendo.
-me da gusto que sigas siendo igual de chistosito que antes-le dije a Sebastián
-es un don - me respondió.
-no haz contestado lo último que te pregunté-volví a dirigirme a Sebastián
-qué? - respondió
-Lo de tu esposa, no te hagas, solo estamos hablando de mí-le arrojé una pequeña papá a la cara, y reí cuando chocó en su mejilla derecha
-bueno, pues es que no hay mucho que decir - me dijo mientras tomaba la misma papa y me la lanzaba de regreso, con la diferencia de que yo la esquive y terminó en el piso- la conocí en Querétaro como ya te explique, y bueno empezamos a salir y después de año y medio le pedí que se casara conmigo, tuvimos a nuestro hijo mayor Oliver y dos años después nació Noha, todo iba muy bien hasta que su papá empezó a tener problemas con su negocio y ella empezó a hacerse cargo, el estrés, la preocupación, mi trabajo, los niños etc, empezaron a ser factores de peleas que al principio aguantabamos y arreglabamos pero después enfermó mi mamá y yo viajaba de vez en cuando para acá y así ayudar a mi papá pero empezó a empeorar y tuve que quedarme dos semanas, después en mi trabajo ya no querían darme más días libres y tomé la decisión de renunciar y buscar un trabajo aquí para poder ayudar más y bueno... Después nos dimos cuenta que estábamos muy bien así, separados, supongo que nunca nos dimos cuenta que ya no estábamos enamorados el uno del otro hasta que estuvimos cada quién por su lado, y acordamos divorciarnos. Lamento no contarte una historia triste de divorsio, supongo que estás acostumbrada a esas-me dijo.
Reí - la verdad si es raro encontrar parejas que se divorcien así, de forma tan fácil, pero supongo que es bueno, así ni tú ni ella sufrieron ni se hicieron daño, ojalá siempre fuera así. Y tus hijos no vienen a verte? - volví a preguntarle
-vienen en vacaciones de verano 2 semanas, pasan año nuevo conmigo y a veces en días festivos vienen-
-oh, que bien! -
-mamá!- interrumpió Adisson -Podemos ir a los juegos otra vez? - preguntó.
-Vayan pero no brinquen mucho ni hagan movimientos bruscos que acaban de comer, vale? - dicho esto los dos se fueron a la sala de juegos.
No dijimos nada Sebastián y yo, solo nos quedamos ahí sentados viendo jugar a los niños.
Mientras los observaba pensaba en lo extraño que era esta situación, a pesar de que llevaba ya más de una hora con Sebastián y este reencuentro tan extraño, no podía dejar de sentirme nerviosa, feliz, preocupada, tenía muchos sentimientos encontrados, pero sabía que lo mejor que podía hacer era ignorarlos, ya estando sola en casa podría ponerme a examinar cada uno de mis sentimientos y llegar a un por qué. Me sentía ansiosa, no sabía qué iba a pasar después de esto. Los niños se habían tomado con toda naturalidad la presencia de Sebastián, tenía que saber que pensaban de él y sobre todo que querrían hacer. Estaba sumergida en mis pensamientos cuando sonó mi teléfono.
*tono de llamada*
-bueno-contesté
-Crimi, soy Diego - dijo el practicante que tenía ayudándome en la fiscalía.
-Si, dime, qué pasó Diego? -
-lamento molestarla pero acaba de llegar un caso-
Suspiré, eran las 7:45 de la noche, había imaginado irme a mi casa, bañar a los niños y acostarme a descansar de éste día tan raro.
-Entiendo Diego, ve preparando todo e inicia la investigación, llego en una media hora-le di las instrucciones y colgué la llamada.
-Tenemos que irmos, le dije a Sebastián-
-Pasó algo? Diego está bien? - preguntó Sebastián
-Diego? - repetí sin entender porque Sebastián preguntaba si Diego estaba bien, a caso lo conocía?...
-sí, Diego, o no era Diego tú primo? -
Y entonces caí en cuenta de que Sebastián se refería a mi primo hermano de nombre Diego, lo había confundido con mi Diego practicante
-no era diego mi primo, era el chico que tengo haciendo prácticas-le respondí - llegó un caso nuevo-hice una mueca. Dejame ir por los niños.
Me dirigí al área de juegos les hice señales de que vinieran hacía mí y en unos cuantos segundos ya los tenía a mi lado.
-tenemos que irnos pequeños mounstros, mamá tiene que ir a trabajar- ninguno de los dejos se quejó fueron por sus zapatos y se sentaron en una banquita para poder ponerselos, como antes solo tuve que ayudar a Adam con sus agujetas. Salimos del área de juegos y le hice una señal a Sebastián, salimos del McDonalds.
-bueno, yo ya me voy-dijo Sebastián
-espera, te llevo a tu casa, me queda de paso, pero primero dejamos a los niños en mi casa y te dejo, vale? -
-estas segura?, por mí no hay problema me puedo ir ahorita. - dijo
-no, no hay problema, te digo que me queda de paso tu casa-me quedé callada por unos segundos - si estas viviendo donde siempre no? - le pregunté
-si-respondió mientras nos subíamos todos al carro.
Tomé mi celular y marque6el numero de la niñera, pero nunca respondió
-por favor contesta-dije marcando de nuevo.
-no te contesta tu novio? - dijo Sebastián
-No, no me contesta la niñera. Si no me contesta esta llamada los voy a tener que dejar en la casa de su abuela-les dije a los niños. Ambos hicieron muecas ya que no les gusta pasar mucho tiempo en la casa de mi mamá, porque ella los duerme temprano y no los deja jugar.
Y como era de esperarse no me volvió a contestar.
-tardarás mucho en el trabajo-preguntó Sebastián viendo por el espejo retrovisor a los niños
-no lo sé, depende del tipo de caso que sea.  Pero por lo general unas 4 horas en los que se empieza la investigación, se arreglan los papeles y así, ya pasadas unas horas más es cuando el caso nos atrapa para seguir las líneas de investigación. Pero es un hecho que no puedo dejar a este par de mounstros solos.
-bueno, si no tardas tanto, me puedo quedar con ellos, yo los cuido-me dijo.
No respondí
-si no quieres lo entenderé -
-no es eso-
-si!, que Sebastián nos cuide - gritó Adam.
-si la niñera no contesta ésta última llamada, Sebastián se quedará con ustedes, vale?
Volví a marcar
*tono de llamada*
....

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