8. Hablando con la directora...

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—Pues tal vez habría más comida en mi refrigerador, ah, y estoy casi cien por ciento seguro de que todos mis muñecos de súper héroes aún conservarían la cabeza.

—¿Cuando vas a superarlo? —Puse los ojos en blanco. Cuando Demi y yo teníamos cinco años vimos a escondidas de sus padres una película de terror en la que el protagonista era un psicópata que le cortaba las cabezas a las personas... Digamos que me obsesioné un poco y tomé todas las figuras de acción de la habitación de Demi y les corté la cabeza, me regañaron y nos prohibieron ver televisión por todo un mes, y claro, bloqueron todos los canales de películas dejando solo esos aburridos canales de dibujos animados que solo vuelven estúpidos a los niños.

—¡Amaba mi muñeco de Hulk! —exclamó antes de estacionarnos en la escuela—. Era enorme y verde, y tú lo rompiste sin piedad.

—¡Ay, que dramático! Como si tú no hubieras tomado todas mis muñecas para meterlas en el retrete solo porque querías jugar al tornado, ¿Se te olvida que tapaste el inodoro de mi casa y tuvieron que llamar al plomero para que reparara todo ese desastre?

—Bueno, ¿Estamos a mano? 

—Por ahora sí.

Caminamos juntos al interior de la escuela esquivando a los chicos que se nos cruzaban en el camino hacia nuestros casilleros, que lamentablemente también quedaban junto a los de Jamila quien charlaba tranquilamente con Caleb recostando su espalda contra mi casillero.

—Permiso... —pronuncie y ella bajó la mirada con timidez para luego quitarse de mi camino y dejar de obstruirme el paso.

—Te vez hermosa hoy muñeca. —Caleb trató de acercarse a besar mi mejilla pero lo esquivé y le lancé una mirada de "¿Te mueres tú solo o prefieres que te mate?"

—¿Se te perdió algo por aquí? —espeté mientras él continuaba mirándome con su sonrisa fanfarrona y sus ojos que desorientan a cualquiera.

—Sí, se me ha perdido mi otra mitad... tú.

—Ow, ¿De verdad? —me acerqué a él sonriendo y noté como Demi se tensaba y saludaba a Jamila para disimular.

—Claro que sí princesa... —se acercó aún más a mi con una sonrisa ladeada y remojó sus labios con su lengua casi listo para besar.

—Lo cursi no te queda para nada bien, idiota. —Le saqué el dedo del medio y sonreí triunfante al notar su expresión de derrota en su cara obligándolo a alejarse de mi.

—Algún día vas a volver a quererme. —se fue caminando lentamente y respirando con pesadez, en poco tiempo Jamila también lo siguió.

—¿Puedo hacerle a él lo mismo que le hice a tus muñecos?

—¿Que tan grande quieres el cuchillo para cortarle el cuello? 

Reímos juntos antes de entrar a clases, el timbre aún no sonaba así que el aula no estaba muy llena todavía, me senté en mi asiento y Demian en el suyo para leer un poco antes de que llegara la maestra.

—¡Avery! —Alicia y Alana entraron en el salón y me saludaron con un abrazo que les devolví.

—¿Cómo están? 

—¡Muy feliz! Ya muero por que llegue el sábado para tener nuestra segunda reunión.

—Yo también lo espero con ansias.

—¿Ya sabes cual será la siguiente pareja que formaras? 

—Pues... ¿Que hay de ese chico de club de ajedrez que tanto te gusta Alana? —La miré con picardía haciendo saltar mis cejas.

Cómo tratar a tu novio.Where stories live. Discover now