𝑺𝒊𝒙𝒕𝒆𝒆𝒏

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𝓔𝓵 𝓯𝓲𝓷𝓪𝓵

En el ático de aquella tétrica casa, Rachel y Jonathan se encontraban sentados en el suelo estoicos

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En el ático de aquella tétrica casa, Rachel y Jonathan se encontraban sentados en el suelo estoicos. Habían pasado varios minutos desde que lograron despertar después de haber sido llevados hasta ahí por la hiedras embrujadas del jardín, y ninguno de los dos se había atrevido a mover ni un músculo de su cuerpo.

- Deberíamos salir de aquí, ¿no lo crees?- dijo Rachel para romper el silencio.

- Si lo creo, pero no puedo moverme- contó el chico-. Desde que era pequeño desarrollé un gran miedo a los áticos.

- ¿En serio?, es decir, es entendible, no es un lugar muy atractivo para observar pero, ¿porqué te causa tanto miedo?- preguntó la chica confundida.

- La oscuridad, la suciedad, todas las cosas que nadie quiere terminan ahí, y muchas de esas cosas son viejas y aterradoras, como las muñecas de porcelana- contó Jonathan-. En el ático de mi abuela había muchas de ellas, de hecho, gracias a ese lugar inicio mi miedo a los áticos.

- ¿De qué hablas?, ¿pasó algo en el ático de tu abuela?- preguntó la ojiazul con curiosidad.

- Sabía que ella guardaba las muñecas en el ático, un día pude ver como las metía cuando era niño, y como a mí me daban mucho miedo decidí que jamás entraría al ático- narró su historia-, pero todo cambió un día cuando paseaba entre las habitaciones del segundo piso. Tenía siete años, siempre he sido introvertido así que, en lugar de jugar con mis primos en la sala, prefería explorar en la casa de mi abuela. Siempre encontraba juguetes viejos en las habitaciones, como yoyos y eso, pero mi búsqueda de entretenimiento se convirtió en algo aterrador cuando encontré una pequeña pelota roja en el pasillo principal.

Rachel escuchaba con atención. Le parecía fascinante la forma en que el joven Berry narraba, incluso causaba un mayor atractivo en él.

- La escalera que conducía al ático estaba desplegada, ambas patas tocaban el suelo y la pelota había caído a través de los peldaños. Me extrañó, pues nunca dejaban la escalera abajo porque sabían el miedo que le tenía a aquel lugar- los ojos azules del chico se abrían cada vez más al recordar aquella anécdota-. Tomé la pelota del suelo, miré las escaleras, y la curiosidad se apoderó de mí, así que subí al ático.

- ¿Te topaste con algo interesante?- preguntó la chica recargando su cara en la mano.

- ¿Interesante?, fue aterrador. Todas las muñecas estaban tiradas en el suelo, y juro que logré ver como algunas se movían- elevó un poco la voz-. Estoy seguro que ellas bajaron la escalera y lanzaron la pelota.

- En cualquier otra circunstancia probablemente te diría que seguramente hay una explicación lógica para todo eso, pero después de todo lo que hemos visto esta noche, te diré que te creo- soltó una leve risilla para que éste asintiera.

- Seguro pronto amanecerá, aunque dudo que logremos ver la luz después de esto- comentó el chico. Habían pasado varias horas desde que todo había comenzado, por lo que era visto que la noche estaría por terminar.

𝑬𝒍 𝒄𝒂𝒎𝒑𝒂𝒎𝒆𝒏𝒕𝒐 𝑪𝒐𝒓𝒏𝒆𝒓 𝒁𝒐𝒅𝒊𝒂𝒄𝒐 [𝑻𝒆𝒓𝒎𝒊𝒏𝒂𝒅𝒂] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora