Condena

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-Yo no soy como tú- fueron las palabras de Sarah, que me sacaron de mis pensamientos.

-Augh- se oyó un sonido de dolor proveniente de mi hermano. Sarah le había clavado un cuchillo. Muchos pensaréis que debería ayudarle o sentir pena por él, pero en ese momento yo estaba feliz.

Solomon cayó al suelo y la joven intentó huir, pero él la agarró por el vestido. -No- maldijo Sarah para después ser golpeada por mi hermano con una piedra, provocando su caída.

Vi a mi hermano gatear hacia la chica, y quise ayudarla, pero mi cuerpo estaba congelado, el miedo no me permitía moverme.

Sarah se levantó rápidamente y salió por otro túnel que se encontraba en la sala, seguida por Solomon.

No sabía que hacer, quizás debería seguirlos, pero podía ser peligroso. Sería mejor buscar ayuda, pero entonces cogerían a Sarah.

Estuve debatiendo internamente que hacer, hasta que un nombre vino a mi mente. Hannah.

Salí rápidamente del túnel, pasé por la despensa y salí de mi casa. Corrí hasta la plaza, y allí busqué el lugar donde se encontraba la joven Miller.

-Kiara- me llamó. Estaba tirada en el suelo, sucia, con algunas heridas y rastros de sangre. Me fijé en unas cadenas que, atadas a sus muñecas y a la pared, la mantenían presa. -¿Qué haces aquí? ¿Está bien Sarah?- me preguntó. -Necesito ayuda, Sarah la necesita. Solom- dije pero alguien me agarró por los hombros, sin dejarme contarle la historia.

-No puede estar aquí señorita Goode- dijo un hombre, el que vigilaba a Hannah, mientras prácticamente me empujaba fuera de la sala.

-El túnel debe de tener otra salida aparte de mi casa- pensé y empecé a  buscarla. Ya llevaba bastante rato buscando, y no había ni rastro del posible escape.

Estaba cada vez más nerviosa, quizá debería haberlos seguido, ¿y si Sarah estaba muerta? Las dudas rondaban por mi mente, hasta que un ruido me sacó de mis pensamientos.

La puerta del lugar de la muerte de Constance se había abierto, dejando ver a una Sarah ensangrentada, con la ropa rasgada y una sola mano. Estaba exhausta, se notaba.

Hannah, la cual estaba ahora encadenada al pozo, se levantó, viendo a su amada.

Yo solo pude correr hacia ella, pero alguien me detuvo. -Tengo a la bruja- gritó Solomon, empujándome con una mano, mientras con la otra agarraba fuertemente a Sarah del pelo.

Todo el pueblo se reunió a nuestro alrededor. Yo observaba al traidor de Solomon desde el suelo. La aldea al completo encendió sus antorchas, y se dirigió hacia un árbol. El árbol donde colgarían a las brujas. El árbol del ahorcado.

Yo seguía a los demás por el camino, quería contarles la verdad sobre Solomon, pero él no sabía que yo lo había oído todo. Además tenía miedo, miedo de lo que pudiera hacerme si lo contaba.

Caminamos un poco más, hasta llegar al lugar. Allí desataron a las "culpables" y se reunieron a su alrededor.

-La pena por practicar brujería, es la muerte en la horca- gritó mi hermano, el alcalde de Union. -Colgarlas- comenzó a gritar el pueblo entero, tan solo los amigos de las jóvenes y yo nos manteníamos en silencio.

-Confesad vuestros pecados, o arded en el fuego eterno- volvió a decir el alcalde. -Confesad- gritaba ahora la aldea. Las jóvenes simplemente se miraban, hasta que Sarah habló.

-Confieso, yo caminé con el diablo, yací con él- dijo, mientras Hannah intentaba detenerla. -Yo embrujé al buen pastor, y a Hannah Miller. Nublé su buen juicio- mentía Sarah, mientras la nombrada intentaba resistirse a mi hermano, que le tapaba la boca, impidiendo que hablara.

-Fui yo, siempre he sido yo, y solo y, Hannah es inocente- siguió. Intenté hablar, confesar, pero Solomon se me adelantó. -Soltad a Hannah- dijo, para que poco después la joven quedará libre de las cadenas.

-La verdad saldrá a la luz, la verdad saldrá a la luz, tal vez no sea hoy, ni tampoco sea mañana, pero saldrá- le dijo Sarah a Solomon, mientras éste le ajustaba la cadena.

-Colgadla-. -Bruja-. -Colgad a la bruja- gritaba el pueblo mientras Solomon le colocaba la soga alrededor del cuello a Sarah.

Y de repente, la posibilidad de confesar se había perdido, Sarah, la única testigo estaba muerta, y en parte era culpa mía. Había tomado una decisión equivocada, y me arrepentiría de ella por siempre.

Enterraron a Sarah, aún encadenada, bajo el árbol. Pero no podía dejarla ahí, no después de lo que había hecho. El sentimiento de culpa se adueñaba de mí.

Desenterré el cadáver esa misma noche, y grabé su apellido en el candado de las cadenas, que aún sujetaban su cuerpo.

La bruja vivirá para siempre, escribí en una piedra, que deje en el lugar de su primera tumba.

Después trasladé el cuerpo, con dificultad, a un mejor lugar, allí, lo enterré, y años después, musgo rojo fue creciendo, expandiéndose por el bosque. Sarah se vengaría, lo sabía, les mostraría la verdad, a todos a los que Solomon hiciera daño, notarían por siempre, la presencia de su mano.

Holaa, acabamos la parte de 1666 con un capítulo algo más largo. Os agradezco el apoyo que le estáis dando a la historia y espero que os esté gustando. Besos.


Lo Prometo || Ziggy Berman || Fear Street 1666 y 1994 #2Место, где живут истории. Откройте их для себя