— ¿Mis ojos?

— Si, brillan muy lindo.

— G-Gracias...

— Y también porqué he sentido tus feromonas de celo sobre él antes.

Jimin sintió su cara arder, el padre de Jungkook realmente era muy directo.

Jeen no podía dejar de mirarlo, su hijo había estado feliz y deprimido por Jimin, no sabía totalmente su historia pero sabía que ellos habían pasado por mucho.

— Jimin.

— Si señor.

— Por favor no me llames señor. Dime madre. — Dijo mientras acomodaba su cabello.

— Y-Yo no podría hacer eso. — Miro a todos lados muy nervioso.

— Por favor. — Tomó su mano. — Llámame así.

El contacto físico no era lo suyo pero él era un Omega y era la madre de Jungkook.

— Yo... Está bien... Madre.

— Así esta mejor. — Aún sostenía su mano. — Jimin ¿Tú amas a mi hijo?

Tenía miedo de que estuvieran juntos, quizá no debían estarlo.

Jimin no lo tuvo pensar, claro que lo amaba.

— Si... — Miro en dirección a la puerta de su habitación. — Él me hace feliz, me hace olvidarme del mundo, y de todo lo malo que existe en el, siento que puedo hacer cualquier cosa cuando estoy con él, como si nada pudiera herirme, como si me pretegiera... y si me pregunta si lo amo. — Suspiro para sentir el aroma de Jungkook el cual estaba en todo el departamento. — Amo todo de él, lo amo tanto.

Había dicho todo sin recordar la presencia del Omega mayor.

— A-Ah, yo lo siento eso fue muy vergonzoso.

— No, no. — Sujeto sus manos con fuerza. Si Jimin amaba de esa forma a su hijo entonces no debía tener dudas de si debían estar juntos. Después de todo aquel sujeto no había parecido en sus vidas desde entonces. — Eso fue hermoso. Y si Jungkook también siente lo mismo entonces no tengo nada de decir.

Jimin miro sus ojos color miel, estaban húmedos. El padre Omega de Jungkook era tan hermoso, se veía tan joven y sobre todo se veía muy delicado.

Estuvieron mirándose por unos segundos hasta que la voz ronca de Jungkook llamando a su Omega los hizo soltarse de las manos. Jimin se puso de pie rápidamente.

— L-Lo siento yo. — Sentía la enorme necesidad de ir con él.

— Oh dios. — Se dió cuenta de que estaba haciendo algo muy malo, estaba metido en un lugar íntimo en ese momento, pero es que no lo había podido evitar. — No yo estoy interrumpiendo, yo debería irme. Además lloverá en poco tiempo.

— Seño... Madre, siento que tuviera que conocerme de este modo. — Hizo una reverencia.

— No tienes que hacer eso. — Sujeto sus hombros. — Espero volver a verte, no es necesario que sea tan pronto, toma el tiempo que necesites.

— Muchas gracias. — Él era realmente muy dulce. — Que llegué a salvó. — Sonrió.

Tan pronto dijo eso sintió como fue abrazado. Sus ojos se abrieron mucho más, no sabía que hacer con sus manos, lentamente las fue acercando a su espalda.

— Gracias... — Gracias por estar bien.

— N-No hay de que agradecer. 

Cuando el abrazo termino lo acompaño hasta la puerta para abrirla por él. El Omega mayor salió y le dedicó una última sonrisa antes de marcharse.

NO ME TENGAS MIEDO. (KOOKMIN).Where stories live. Discover now