Día 18

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Llegó sin falta el día que tanto estaba esperando llegué a Paradise después de la guerra, para sorpresa de nadie, llegamos menos soldados que en el inicio.
Me imaginaba a Paradise con el mismo caos como cada vez que regresábamos pero en cambio me lleve una amarga sorpresa..
Paradise estaba irreconocible, recibieron un ataque el estado no estaba nada bien, al presenciar ello mi corazón se detuvo al no ver a esa ojiazul que tanto estuve esperando ver.
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No quise hacer nada más que afrontar la idea de que tal vez, para no decir que era seguro que ella no estuviera. Era una mezcla de sentimientos al ver que no estuve con ella, no la salve, no estube para ella. ¿Mi familia? Era más que obvio su casa estaba totalmente destruida, ¿Por qué sigo aquí? Me preguntaba una y otra vez, sin ninguna respuesta por qué. Que puede hacer el soldado que vale por 100 hombres, ¿Llorar? No. Mostrarme débil, nunca fue una opción, solo hacia lo que aprendí de mis superiores cuando afrontaban la perdida de un cercano en estos sentimientos. Nada.
- Así fue el transcurso de los días, todo el lugar estaba intentando levantarse, unas personas se fueron a la ciudad subterránea, o a los bunquers pero claro, solo los que alcanzaron, tanto la ciudad como la subterránea tenían que levantarse. Vernos débiles ante el enemigo no era una opción y mucho menos ahora.
A qué costo tenía que ver a niños no soportar el crudo invierno que ya estaba por llegar, ver a niños en un fogata acercando sus heladas y pequeñas manos solo para sentir un poco del calor que ahora ni sus fallecidas familias podían dárselos, ni nadie en este mundo para ellos eran los monstruos

Guerra Where stories live. Discover now