El OS más largo que escribí, casi 20.000 palabras y juro que vale la pena leerlo.
¡Dedicado a ladyblindbowie Para que te rías un rato con un poco de esto, y te entretengas ❤️
Sin más, les dejo una obra de Edith Piaf en Multimedia
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Desde que Rebecca había comenzado a trabajar en el Restaurante Dalí, muchas cosas habían cambiado en su vida.
Todo había empezado con un par de ojos azules y un maldito acento británico, esa actitud cínica y sonrisa maliciosa mientras servía un Red Rose, silbando como si nada.
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Era un 24 de Agosto de 1991, el calor y la humedad comenzaban a aventurarse en las calles de Nueva York como una peste.
Las veredas adoquinadas, cada vez más concurridas a comparación del mes anterior; sabía que las vacaciones se acercaban y los neoyorkinos no querían estar en la ciudad un minuto más.
Rebecca tomó el taxi que la llevaría a Central Park, en medio del suburbio conocido como Manhattan. Calle 14, la más fina de la ciudad y aunque pareciera irónico, la más odiada por ella.
Eran las siete de la tarde, cuando llegó con un suspiro al sitio que solo le había otorgado inestabilidad emocional desde que arribó. Abriendo la puerta, se encontró con una escena que no esperaba ver.
Cecil y Dante, reuniendo a todo el personal y discutiendo una serie de cosas que parecía haberse perdido totalmente. Sin querer interrumpir, se hizo silenciosamente paso hacia donde su compañera Lucy se encontraba.
Esta al verla, agitó la mano suavemente, sin querer llamar la atención de los dos mequetrefes que parecían más interesados en discutir entre ellos que prestarle atención al personal totalmente hastiado.
-Becca, es la primera vez que te veo llegar tan tarde -. Comentó Lucy entre susurros, intentando en vano quitarse esos guantes de cuero tan ajustados que llevaba.
Rebecca se situó al lado de ella, alejadas de los jefes y sus difíciles personalidades.
-Sabes que detesto el calor, más de lo que detesto trabajar aquí, Lucy. -respondió al mismo volumen, con cansancio en la voz.
Tomó sus delicadas manos, enrrollando con paciencia la tela y quitándola de la piel. La pelirroja dió un suspiro de alivio al sentir la circulación recorrer su sistema de una vez.
-Por ahora no se han dado cuenta de que viniste -Lucy observó a Cecil y Dante, totalmente ensimismados en algún mal chiste -. Aún sigo esperando que me ayudes esta noche con los materiales.
