Iruka formo grupos de dos para hacer tareas simples, excepto por una de esas ''tareas'' eran..... bebés?!
Podrán Naruto y Sasuke cuidar a estos bebés sin que se lastimen?
Esta historia es mía.
No esubir ni hacer adaptaciones sin mi permiso
Ya habían pasado 5 días desde que empezó la misión de los señores Nakamura, lo que quería decir que su misión había terminado. Siendo las 8:00 a.m., Kiba Kiba bajó a preparar el desayuno mientras Kankuro se disponía a levantar a Kyomy.
El castaño movió un poco a la pequeña a la vez que la llamaba recibiendo un 'nooooo~' y una patada en el estomago como respuesta. Descubrió entonces dos cosas, uno, debía llamar a Kiba para que levante a la peli-blanca ya que el no serbia para convivir con niños, y dos, Kyomy sería una muy buena futbolista si se lo proponía.
Aún adolorido por la patada, se dirigió a la cocina de donde provenía un delicioso aroma de panqueques. Ahí estaba Kiba, terminando de preparar el desayuno para todos, se acerco por detrás y lo tomo de la cintura y posó su cabeza en el hombro de su haciendo que el de pupilas rasgadas diera un pequeño salto por la tan inesperada acción reconociendo segundos después de quien se trataba.
Kankuro: Ayúdame con la mocosa~ - casi lloraba el mayor con la mano en el estomago. Kiba se dio media vuelta y elevo su mano derecha para acariciar su cabello
Kiba: ¿Qué paso con Kyomy?
Kankuro: Pues esa copo de nieve andante me pateo y no se quiere levantar, me dejo adolorido
Kiba: ¿Y tu te haces llamar ninja? Una patada no te hará nada, solo te dará un poco de dolor. En fin, ¡Akamaru! por favor trae a Kyomy, Si? - luego de un ladrido el can se fue en dirección al cuarto la niña - Ahora que ya esta todo resuelto ayúdame a poner la mesa, el jugo de naranja esta allí.
Kankuro: Ok, ok.
Kyomy: Ohayō gozaimasu - hablo la peli blanca bajando las escaleras mientras se frotaba los ojos y daba un largo bostezo. Vestía un polo blanco y una falda azul con tirantes, llevaba el pelo suelto y algunos mechones caían sobre su rostro.
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Kiba: Buenos días dormilona, ven siéntate que se enfría tu comida.
Kyomy se acerco a la mesa y arrimo una silla para poder sentarse. Los tres comieron con tranquilidad mientras hablaban de cosas triviales.
Kankuro y Kiba lavaban los platos, y Kyomy ordenaba la mesa hasta que sonó el timbre de la puerta. La menor corrió emocionada hacia la entrada, abrió la puerta y abrazo a sus padres quienes le devolvieron el gesto a su amada hija para seguido de esto ingresar a su hogar
Kyomy: Oto-san, Oka-san, Okaerinasai (bienvenidos a casa).
???(M): Kiba-san, Kankuro-san, muchas gracias por haber cuidado de nuestra hija. Espero que no les haya causado problemas.
