Capítulo 1

7 0 0
                                    

Novela en proceso...

Me encontraba sentada en el parque, viendo a Adam jugar, amo ver su enorme sonrisa, junto con la de Adisson sus caritas tan pequeñas, cómo sus ojos se achican y aparece en ellos un brillo impresionante que al instante de verlos también me hacía sonreír, sus sonrisas me recuerdan a la de su papá, eran el vivo reflejo de él.

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

Cuando tenía 16 años me detectaron un tumor en el estómago, (cáncer) que hizo metástasis y llegó a mí cerebro. Tuve que recibir fuertes quimios por un tiempo.
Después, a los 22 años volvieron a detectar una reincidencia del cáncer por lo que nuevamente el mejor tratamiento era quimios pero esta vez antes de recibirla los doctores me hicieron saber que existía un gran riesgo de perder mi fertilidad, me hablaron de la opción de congelar mis óvulos para que si en algún momento en el futuro quisiera tener hijos poder tener una posibilidad. Me dieron dos opciones, la primera era congelar mis óvulos así tal cual, y la segunda era congelarlos inseminados, ya que sé tiene una probabilidad mayor de que estos puedan darse y resultar en un hijo.
En ese entonces no tenía pareja y no quería perder la oportunidad de tener hijos, no tenía muchos óvulos para congelar y no quería arriesgarme, pero tampoco quería un donador de esperma cualquiera, así que hice una de las locuras más raras de mi vida, pero sin duda la mejor.

Salí de la clínica de fertilidad y comencé a pensar en todo lo que me habían dicho. Desde que era niña tenía el deseo de en elgun momento tener hijos, 2, un niño y una niña, y saber que estaba en el punto en que era muy probable que no los pudiera tener me hacía sentir mal. Quería intentar hasta donde fuera posible y conservar una esperanza de poder llegar a cumplir ese deseo que tenía. Así que decidí que congelar mis óvulos era lo mejor y sobre todo iba a buscar al donante de esperma que quería.
Salí de la clínica, me senté en una banca de las afueras de ella y marqué su número
*tonos de llamada*
-Bueno-- dijo la otra persona del otro lado de la línea telefónica
-Hola-respondi- estás ocupado?
-No, dime, qué pasó?
-es que quiero hablar contigo de algo un poco delicado, crees que pueda ir a verte?
-estás bien? - dijo preocupado
-Si, todo bien, pero quiero hablarte de algo, puedo verte si o no?
-si, esta bien, te espero aquí
-vale, llego en unos 20 min-le dije y después le colgué, tomé las llaves del carro de mi bolsa, me subí a este y comencé a manejar rumbo a su casa. La casa de Sebastián, mi ex novio desde hace 2 años.
Maneje unos 20 min y llegué a su casa, toqué el timbre y el salió de inmediato
-hola- sonrío
-hola- le dije
-pasate- me indicó que pasara a su casa
-gracias - asentí con la cabeza y entre a su casa, me senté en uno de los sillones de su sala
-estas bien? - preguntó
-si- le respondí con una sonrisa
-de qué quieres hablar? -
- mmmm... - dude por unos segundo como comenzar la plática - voy saliendo del doctor-le dije - y bueno, no estoy bien, el cáncer regresó por lo que tengo que someterme nuevame te a quimios y radios más fuertes que la vez pasada, lo que me puede llevar a perder mi capacidad de fertilidad- pausé unos segundos y después continúe - así que me dieron una opción y es la de preservar mis óvulos, o sea congelarlos, y si por circunstancias mayores no pudiera tener hijos pues ya tendría mis óvulos congelados, se decongelarian y podría tener un bebé... -
-okeeey-digo el sin entender muy bien lo que le quería decir
-el punto es-le dije- que puedo congelar solo mis óvulos así sólitos pero existe una posibilidad de que si los uso en un futuro no puedan quedar fertilizados, en cambio si congelo mis óvulos fecundados la probabilidad de que en el futuro este cigotito pueda darse es más alta. A lo que voy es que quiero congelarlos ya fecundados, pero para esto necesito un donador de esperma y... Bueno pensé en ti-le dije. Hubo un silencio un poco aterrador, el solo me miraba y después de unos minutos por fin dijo algo
-o sea quieres tener un hijo conmigo? -
-sí , bueno no, quiero que tu seas el donador, mira aun no se si voy a quedar infertil o no, pero por si acaso quiero congelarlos. Y tú no tendrías ninguna responsabilidad ante el hijo si llego a tenerlo, solo serías un donador como cualquier otros, solo que... Siento que un hijo tuyo y mío quedaría bonito. - le dije sonriendo
El solo se comenzó a reír- tu tienes buenos genes y yo también, así que sí, el hijo quedaría bonito. Pero Esta segura de esto, digo, yo no tengo problema en sonarte espermas ni que los uses, pero estas segura que quieres un hijo mío?-
-si. No es que ya lo esté teniendo, solo es por si no puedo tener hijos en un futuro, si si puedo y tengo una pareja etc obvio que lo tendría con mi pareja.
-okey, te dono el esperma que necesitas, pero si tu y yo no estamos más juntos, no me tengo que hacer cargo, cierto?
-cierto, no te pediré ningún tipo de apoyo ni pensión alimenticia ni nada de eso, y si eso es lo que te preocupa podemos hacer un contrato ante un notario donde se establezca todo esto.
-okey, me parece bien-.

Y así fue como le pedí a mi ex que fuera un donador de esperma para mí, cuando hicimos el procedimiento decidí fecundar tres óvulos (por si alguno de estos no se daba). Sebastián no tuvo ningún inconveniente con eso y así se quedó, en una clínica de fertilad en un lugar muy frío estaban mis tres hijos congelados.
Con el paso del tiempo Sebastián y yo seguimos nuestros propios caminos, él se graduó de la licenciatura en arquitectura y se fue a otra ciudad y yo me gradué de la licenciatura en criminalistica y derecho, vencí el cáncer y conseguí un trabajo en otra ciudad y al poco tiempo decidí comenzar una maestría, no en México sino en España, por lo que me fuí para allá.
Duré 6 años viviendo en España, tenía un muy buen trabajo, era la encargada del departamento de homicidios de Madrid, por lo general me la pasaba trabajando y aunque en España hay hombres muy guapos jamás tuve una pareja como tal, todo en mi vida estaba bien, tenía ya casi 30 años cuando después de pensarlo decidí regresar a México. Antes de regresarme a mí tierra comence a mandar currículos a las diferentes fiscalias y 3 meses después recibí respuesta, les gustaba mí trabajo pero no sólo se trataba de que les gustara tenía que ir a hacer un examen para ver si podía quedarme o no. Viaje a México a hacer el examen  y regresé nuevamente a España ya que me encontraba a la mitad de una investigación, un mes después recibí el correo de aceptación en la fiscalia de mí ciudad natal, y comenzaba a trabajar en 2 semanas, todo fue muy rápido, empecé a empacar mis cosas, hice mí renuncia formal, mís amigos y compañeros de trabajo me hicieron una fiesta de despedida bastante linda y en un abrir y cerrar de ojos me encontraba en un vuelo a México, y comenzando de nuevo todo.

Al llegar a mí ciudad me fuí a vivir con mi mamá por un tiempo, pero dado al carácter tan raro que tiene empecé a buscar un departamento para irme a vivir yo sola. Y no es que mi mamá sea una mala madre, al contrario, ahora debo de agradecerle que gracias a su forma de ser soy como soy. La cuestión era que me apresuraba para conseguir pareja ya que "el tiempo no pasa en vano, y cuando quiera tener a alguien o incluso hijos ya no iba a poder" y es que la verdad odiaba que pensara que para estar completamente realizada tenia que tener una pareja y formar una familia, llevaba casi 10 años sin tener una pareja formal, y es que la verdad me sentía feliz estando yo sola, obviamente si salía con hombres y me daba mis escapadas pero de ahí a una pareja formal, no gracias.
-Un día vas a querer tener hijos y ya no vas a poder, el reloj biológico no es para siempre- me dijo mi madre
-ay mamá, por dios!  Por qué no puedes entender que yo me siento bien estandondo así sola, y una cosa, ni siquiera sé si puedo o no tener hijos, nunca supe que tanto daño tuve al recibir las quimios - le conteste enojada. Y era cierto después de que me dieron de alta con el tratamiento de las quimios jamás hice otro tipo de estudios para saber si me había afectado en mí proceso reproductivo. Pero ahí se me metió una espinita y quise saber si podía o no tener hijos. Por desgracia los tratamientos habían sido tan fuertes que efectivamente no portaba óvulos. Saber eso si me entristeció, pero tenía 3 cigotos congelados que podía usar en cualquier momento si yo lo deseaba. Duré casi 2 años en tomar la decisión de usarlos o no. A los casi 33 años decidí ser mamá. Tenía un buen trabajo, me sentía feliz y sobre todo quería eso, quería tener un hijo, así que fuí a la clínica para saber que necesitaba para poder darle continuidad al seguimiento de los cigoto.
Para no hacer largo el cuento, dos de mis cigotos eran viables así que decidí que me los implantaron en mi útero, ambos al mismo tiempo para así tenerlos a los dos. Y así fue, quedé embarazada de mis dos criaturas.
En algún momento pensé en Sebastián, en si avisarle o no, pero siendo sincera él y yo habíamos quedado en que si llegaba a utilizar los cigotos él no tendría nada que ver con ellos así que no lo busque, a parte habían pasado 10 años, tal vez él ya tenía una familia.

9 meses después nacieron mis niños, primero nació Adisson y después Adam, desde el primer momento noté el parecido que ambos tenían con Sebastián, y sentí lindo saber que aunque Sebastián y yo no habíamos terminado juntos gracias a él y lo que vivimos yo me había convertido en madre y créanme que fue la mejor opción que pude haber tomado en la vida.

Más Que Lazos De Sangre Where stories live. Discover now