A ʀᴀʏ ᴏғ ʟɪɢʜᴛ ɢᴜɪᴅᴇs ᴍᴇ ᴀɴᴅ ʟᴇᴀᴅs ᴍᴇ ᴛᴏ ʏᴏᴜ (WuJi/XianWang) [TERMINADA]

Capítulo 2: Un Príncipe entre los sables

Él comentó. —San Lang tiene razón, Mu Qing. —el otro dios marcial lo miró interrogante, por lo que Xie Lian continuó—...si A-Ying llegase a lograr ingresar como discípulo a la Secta, posiblemente termine haciéndose amigos más de lo que puedas imaginar. Jamás le ha gustado mentir, incluso si es por omisión de información. —sonrió orgulloso—...no hay problema alguno si lo mencionamos al Líder de la Secta.

Mu Qing luego de pensarlo por un largo tiempo al final, suspiró con rendición. Él afirmó que conseguiría una reunión con el Líder de Secta Nie, para poder charlar directamente con el hombre y pedirle aquella solitud.

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Cuando quedaban solo tres lunas para que A-Ying cumpliera los doce, sus padres por fin consiguieron lo que tanto habían ansiado. Una conferencia personal con Nie Yingzie, el Líder de QingheNie.

Xie Lian y Hua Cheng se habían vestido con sus mejores atuendos. Sin embargo Hua Ying, para su diversión simplemente se vistió con las túnicas normales de su A-Die (claro que a su medida). Es decir, túnicas que consistían en rojo y blanco. Botas negras con cadenillas de plata y pantalones claros. Incluso añadió en su cabello además de las cadenillas, aquella trenza con una borla roja colgando de ella; en la cima de su coleta, una horquilla en forma de un fénix de oro descansaba adornando su peinado.

—¡Ya estoy listo! —anunció el niño, terminando de acomodar a Suibian bien en su cinturón. Obsequio de He-shushu, incluso si aún no cumple la edad en la cual es tradición recibir tu arma espiritual. Pero A-Ying es bastante responsable y maduro para su edad, como para haber hecho una excepción con él— ¿a dónde iremos?

Hua Cheng escondió una carcajada detrás de una falsa tos. Xie Lian por su parte parpadeó en dirección a su hijo. —A-Ying, ¿no sabes a dónde vamos?

Hua Ying agitó su cabeza con frenesí. —A-Die y A-Niang nunca me dijeron cuando les pregunté antes. Solo insistieron en que me vistiera presentable, y nada más.

Los adultos parecieron recordar que en efecto. Debido a su propia emoción por la noticia para su Pequeño Lis, olvidaron por completo mencionarlas la razón de su sorpresivo repentino viaje. Hua Cheng dijo. —Entonces significa que es una sorpresa —rio divertido ante la mirada curiosa de Hua Ying—...¿recuerdas lo que Mu Qing habló?

Hua Ying meditó uno segundos. Gracias a los estímulos de Ling Wen-ayi con la lectura y juegos de memoria, tiene una mente más clara y puede retener las cosas sin olvidarlas. Precedentemente se le dificultaba, ya que no pasaba ni una hora antes de olvidar lo que había desayunado. —¿Lo de aprender a usar el sable?

—Correcto —ante la afirmación del niño, continuó—...bueno. Tu A-Niang y yo te llevaremos a una Secta que se especializa en ello, es decir, cultivan con sables.

Los ojos plata del menor brillaron, como si comprendiera a dónde se dirigía aquella charla. Sin embargo, no interrumpió las palabras de sus padres. —Así que A-Ying irá a cultivarse por un año en esa Secta. ¿Qué te parece la idea?

Un chillido de emoción fue la respuesta que ambos necesitaron para saber que su sorpresa fue más que bienvenida por su adorado hijo; y pronto estaban subiéndose a un carruaje que los transportaría directo a los territorios de Qinghe. Todo con el fin de no llamar la atención más de la cuenta.

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Hua Ying estaba muy emocionado, porque conocería nuevas personas y tal vez de su edad, con quienes aprendería más sobre la cultivación. Si bien los entrenamientos con sus tíos y abuelos es de lo más entretenido, jamás ha interactuado con menores que compartan su edad. ¡Todos son puros adultos!