Siempre estoy lista

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La cabeza me da vuelta no dejo de pensar que si la mafia roja alcanza a mis amigos están muertos. Por mucho que corran y luchen no encontrarán salida.

—Todo estará muy bien—dice, Angel tratando de sonreír pero le sale como una mueca.

Suspiro mientras niego con la cabeza. El optimismo de este chico es sorprendente.

Jesús, conduce como un demente tanto que dan ganas de vomitar o salir corriendo, pero lo entiendo son nuestros  amigos los que están en riesgo.

La única forma de salir de la mafia roja es muerto o preso. Aunque es curioso porque de igual manera te matan dentro de la cárcel. Así que no hay salidas,no hay perdones mi muchos menos segundas oportunidades. Son unos desgraciados incapaces de sentir aunque sea un poco de compación.

Tampoco es que entra cualquiera solo lo más asesinos, sádicos, inteligentes e audaces. Cuando eres de la propiedad del líder o de alguno de la mafia no hay vuelta atrás.

Aunque bueno yo era de su propiedad antes que me buscara para matarme. En fin yo si me pude escapar y no precisamente muerta.

—Los estamos alcanzando—nos informa, Jesús sacándome de mis pensamientos mientes acelera más.

Intento no prestarle mucha atención a la velocidad que vamos y me enfoco en ver por la ventana del conductor. En frente están dos camionetas negras blindadas y dos motos con dos personas en cada una. Y alante de ellos está el auto de Andrew. Chico está disparando en la ventana intentando darle a alguien pero no lo logra.

Saco mi arma de la cintura y la recargo. Veo al pelinegro que está a mi lado luce preocupado pero de igual manera también saca su arma.

—¿Estan listos?—pregunta, Jesús yo le sonrió y asiento con la cabeza.

Siempre estoy lista para lo que sea.

Bajo el vidrio de la ventana del auto y me inclino un poco. Apunto y le dió a un sujeto de unas de las motos eso hace que pierdan el equilibrio y se caigan.

Otra moto hace lo mismo, veo a ver de dónde vino el otro disparo y es Angel. Lo miro sorprendida el por su parte me da una sonrisa arrogante. 

—Tenemos que tratar de derrumbar una de las camionetas—grita el castaño y conduce hasta quedar al lado de una de ellas.

La adrenalina corre por mis venas, la velocidad del auto hace que mi corazón lata de forma frenética.

Jesús, gira el auto hacia la camioneta de forma violenta eso hace que se desestabilice un poco pero a los segundos se vuelve a reponer también tratando de derrumbarnos pero el castaño es más rápido y se separa antes de que pueda hacerlo.

Jesús intenta otra vez la maniobra pero esta vez mucho más violenta pero ocurre lo mismo como la primera vez que lo intento.

Tengo que cerrar un momento los ojos ya que la velocidad es demasiada.

—¡Jesús vas a matarnos!—grita el pelinegro.

Veo al castaño y al parecer la adrenalina lo tiene ciego porque no hace caso y lo vuelve a intentar de igual manera. Solo que esta vez si funciona y logra llegar para así  derribarla. Suspiro solo queda una. Todo es fácil, hasta que de ambos lados de la camioneta aparecen dos tipos con ametralladoras.

Empiezan a disparar como unos locos, Jesús las esquiva con un poco de dificultad. Veo a Angel y entiende lo que le quiero decir con la mirada así que asiente. Los dos nos asomamos a ambos lados del auto empezamos a disparar intentando esquivar las balas hay una que casi me da en la cabeza pero llego a esquivarla. Suspiro de Igual manera sigo disparando hasta que se me acaban y vuelvo a entrar a recargarla.

El infierno de Marie  Where stories live. Discover now