L͜͡i͜͡t͜͡t͜͡l͜͡e͜͡ B͜͡a͜͡b͜͡y͜͡ | ᶠᵉˡⁱˣ ʰᵃʳᵉᵐ

|extra: moonlight|

-y-yo... es de una tarea, sí, una tarea que le ayude a hacer- el mayor rió levemente

-no soy estúpido, Yang, me alegra saber que alguien ha abierto tu corazón y lo haya derretido, mucha suerte con Felix- el menor se sintió cohibido, pero igual sonrió agradeciendo a Kim.

salió del salón justo a tiempo, subiendo la escalera iba Felix, Jeongin se apresuró a bajar las escaleras, quedando encantado con la nueva loción de Felix.

Jeongin llegó a su casa, soltando un suspiro, sabía que en la próxima carta le tocaba decir quien era, le asustaba mucho pensar en eso pero de igual forma le emocionaba imaginar que a Felix ya le gustaría saber quién es esa persona que le escribía cartas, esas palabras tan sinceras que sólo Yang le decía, y éste se sentía tan satisfecho de decirle.

el día siguiente llegó rápidamente, Jeongin se levantó buscando su ropa más cómoda pero que igual lo hiciera ver lindo, poniéndose un pantalón negro, una playera blanca y una sudadera negra, la misma que llevó cuando conoció a Felix, ese recuerdo le hizo sonreír y ponerlo nervioso, no podía creer que ya había pasado tanto tiempo con ese crush por el australiano.

salió a la escuela, no sin antes comprar el sobre y unos stickers, los de siempre, al voltear de reojo miró a Felix y Chan, cosa que lo asusto; Felix lo saludó moviendo su manito y con una sonrisa, cosa que puso nervioso a Jeongin, y por lo que vió también confundió a su amigo Chan.

guardó la carta en el sobre, cerrandolo con una tierna estampita de corazón y un par de corazones rojitos por toda la hoja, cuando dobló en una esquina chocó con alguien y al ver de quien se trataba, un deja vú llegó, un deja vú que si ocurrió en vida real pero que él seguía sintiendo como un sueño, ese momento en el que lo conoció, sonrió para sus adentros y le entregó la carta al chico.

-por cierto, te mandan esto, es anónimo- dijo intentando ocultar su nerviosismo, pero que fue pillado por Bang, y le entregó una hoja lila con stickers de corazones rojitos

-gracias, Jeongin- Jeongin le sonrió de nuevo y se iba a ir hasta que Felix lo detuvo

Jeongin tragó saliva y giró

-¿su-sucede algo?- Felix miró cada facción del menor y éste se sintió nervioso, muy nervioso, tanto que sentía que su corazón se salía

-¿e-eh? digo, ¿haz visto quién me manda esta nota? he recibido, con esta, tres notas- Jeongin volvió a tragar saliva duramente

-a-a mí sólo me la dieron para que te la diera, así que no se quién la manda, lo siento- bajó su mirada

Felix hizo un puchero y asintió

-bueno, gracias Jeongin- Yang le sonrió y se fue.

ya no tenía escapatoria, ya había entregado la carta, ahora tocaba esperar si el mayor iba al lugar citado o dejaría a Jeongin plantado ahí mientras lloraba

-Innie, aquí está la bocina que me pediste- dijo Beomgyu en cuanto llegó con el mayor -¿ya se la diste?- cuando lo vió asentir soltó un gritito y dió pequeños saltitos -ya dije, Jeongin, quiero ser el niño de las flores y que su hijo se llame Beomgyu II- el mayor rió levemente y luego se dirigieron a su salón.

Jeongin no estaba concentrado en sus clases, realmente no le importaba si Newton fue el comandante en la segunda guerra mundial ni que Hitler había sido el que descubrió e hizo la ley de la gravedad, él sólo quería ver a Felix, decirle sus sentimientos y besarlo con toda la ternura del mundo para transmitirle todo lo que le hacía sentir aunque luego lo mandarán lejos.