6. Mala resistencia

1.4K 137 5
                                    

—¿Sabes ya cuando vuelves?

—En tres o cuatro días, lo bueno es que la orden de embargo ya no existe. ¿Están bien? ¿La casa sigue en pie?

—Sí, mamá, estamos bien. ¿Y tú? ¿Viste... a papá? —le pregunto incómoda.

—No. Lo único que sé del tema es que va a quedar libre en un año y seis meses.

—Mmm... entiendo.

—¿Alex fue a la escuela mientras no estoy?

—Sí, estoy segura que va solo para presumir su nuevo auto.

—Sí, lo mismo creo —se ríe—. ¿Me pasas con él?

—Claro. Espérame un segundo —salgo de mi cuarto y camino por el pasillo, hasta el cuatro de Alex, giro la manilla pero está cerrada—. ¡Alex, mamá quiere hablar contigo!

—Será mejor que no lo molestes, mientras este allá dentro, o se va a enojar —habla Austin que está apoyando su espalda en la pared y me mira con total antipatía.

Ruedo los ojos.

—¿Con quién está ahora ese adicto al sexo? —pregunto tapando el teléfono con mi hombro para que mi madre no escuche.

—No tengo ni puta idea. Puede ser Tiffany,  Bárbara o quizás las dos.

—Iug.

—Sí.

Ignoro su comentario y me llevo otra vez el teléfono al oído.

—Mamá, Alex está en el baño. Después le digo que te llame ¿sí?

—Bueno.

—Adiós, te amo.

—Yo también te amo, Chris —corta.

Tengo que llamar a Brandon, para aclararle todo lo que pasó ayer. Rápidamente marco su número.

—Me agradas, Christel —murmura Austin—. No eres tonta como las típicas chicas con las que acostumbro.

—¿Gracias? —me llevo el celular a la oreja.

—De nada.

Austin se va a la sala de estar a comer Cheetos.

—Hola, Chris —responde Brandon, cortante.

—Hola, Brand. ¿Lo del cine sigue en pie o no?

—No lo sé. Supongo que tienes planes privados de concepción de bebés con tu novio ¿no?

—No —pongo los ojos en blanco—. Mira Brandon, Austin no es mi novio y nunca lo será ¿sí? Es un engreído insoportable.

—Sí, como digas —dice siendo sarcástico—. Parecía muy seguro ayer.

—Él es así. Pero de verdad, no es mi novio, solo es amigo de mi hermano y ya.

—¿Segura?

—Sí.

—¡Genial! Estoy en tu casa a las cuatro entonces.

—Te doy la dirección...

—No te preocupes, ya la sé.

Ya la sabe.

¿Tengo que preocuparme por eso? Aún puede ser un psicopata.

—¿Cómo?

—Sí, he ido a tu casa por las fiestas de Alex, Chris.

—Ah —digo sin convencerme—. Bien, te espero a las cuatro. Adiós.

Círculo Vicioso Donde viven las historias. Descúbrelo ahora