14. One More Hour (Sleater-Kinney)

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—Maeve es una de mis ex compañeras de secundaria —respondí cuando estuvimos dentro de Beetle rosa, mientras frotaba mis manos para entrar en calor—. Nos juntaron en la clase de biología y le dije que tenía un hermoso cabello rojo, ella me dijo que le gustaron los dibujos de mi cuaderno y allí inició una linda amistad que perduró...

—¿Varios años? —preguntó Charlie mientras acomodaba el espejo retrovisor.

El reloj había marcado poco más de las cinco de la mañana, por lo que podía decirse que estábamos en una emergencia-emergencia. Ni siquiera robar una gasolinería podría conseguirnos el dinero a tiempo.

Necesitábamos el último recurso.

Así que abrí el último chat que había mantenido con Maeve y le escribí: 

Hey Maeve, sé que es temprano... pero tengo una emergencia y necesito que me ayudes. ¿Podría pasar a tu departamento a hablar? 😓

No era tan caradura como para pedirle dinero por mensaje.

—Menos, como dos semanas —respondí, acomodando el abrigo sobre mis hombros—. No sabía que Maeve era la chica de sus clases de ballet de la que tanto se quejaba Loretta. Un día tuve la grandiosa idea de invitarla a mi cumpleaños, cuando se encontraron en la fiesta juro que escuché la canción del Llanero Solitario de fondo.

—Vaya...

—No había un solo día en el que no se molestaran o tiraran indirectas tanto en la escuela como en la academia de ballet —continué mientras veía la foto de Maeve en mi pantalla—. Esto duró hasta que nos graduamos, Loretta continuó con el ballet y Maeve lo dejó porque decidió dedicarse a ser influencer de viajes y belleza. Ya sabes, cosas de gente rica.

—Espera un momento... —Charlie me miró de reojo con clara sorpresa—. ¿Estamos hablando de Maeve McKinnon? ¿La influencer que viene de la familia dueña de yogures McKinnon? ¿La que tiene una línea de maquillaje y esas vitaminas para el cabello?

—Esa misma —confirmé sin quitarle la mirada al teléfono.

—¿A la que demandaron por publicidad engañosa y atentado a la salud pública?

Sí, Maeve era una persona un poquito problemática.

—Sí. —Lo miré un poco confundido por tanto conocimiento sobre mi amiga—. ¿La sigues?

—No, pero mi ex la seguía... o sigue, no sé si aún lo hace —respondió, con cierto tono extraño—. Y Loretta ponía mala cara cada vez que alguien en la compañía la mencionaba, pensé que era porque no le agradaba.

—Ya lo sé que su personalidad es un poco...

—¿Explosiva? ¿Egocéntrica? ¿Snob? —Charlie pareció darse cuenta de lo que dijo y soltó un suspiro—. Lo siento, no debo hablar así de tu... amiga.

Aquella última palabra la dijo con un tono extraño, con cierto recelo.

De hecho, había estado raro desde el momento cuando su mirada su topó con la mía en plena presentación.

La sonrisa que surcó su rostro fue tan repentina y contagiosa que se sintió como un shot de adrenalina directo a mi pecho, uno que me dio la confianza suficiente como para darle una mirada a Faiza y comunicarle mentalmente que iba a hacer el solo que habíamos llegado a practicar algunas veces en el garaje de Fonzo.

Si bien Charlie no era mi amuleto de la suerte, había sido un buen apoyo durante la presentación.

—Bueno, Loretta y ella son como un enemies-to-lovers que nunca llegó a concretarse. —Solté un suspiro y apoyé el brazo sobre la puerta del auto.

Winslow and the NightowlWhere stories live. Discover now