|Oh, Calamidad // Alex Gaskarth.|

Borroso.

Alex: El aire relativamente fresco infló mis pulmones. No supe si no hasta que me desperté por completo, que no estaba en casa... si no caminando a un destino que aún me falta recordar.

Hoy al fin decidí que era mejor para mi comenzar de una vez por todas el instituto que quedarme en casa y aguantar a mis melodramáticos hermanos menores.

Perdón, medio-hermanos.

Ellos son hijos de Phil. No compartimos padre, nunca tendremos el vínculo que los hermanos verdaderos tienen. Aparte, ¿como podría tener un vinculo unido con mis hermanos si tan solo tienen 8, 6 y 3 años?

Dirán que soy un completo estúpido, y qu tengo que quererlos como se supone que debo hacerlo. Pero no me gusta que otros vivan lo mío por mi. Así de simple.

Ellos no me necesitan, tienen a su padre, quien ha tomado todas las vaciones que ha guardado en su empleo y los últimos 3 meses se dedicado a criarlos por si mismo, aguantando cuando todas las niñeras declinaban para ayudarlo.

Me encantaría haber tenido un padre como el. Es de esos hombres que hacen todo por sus hijos, incluyendo lo que no les guste. Me gustaría ser su verdadero hijo, y no aquel, el otro. Pero no siempre se tiene aquellos que uno desea. Hay que tener los pies en la tierra.

Me mantengo caminando. Admiro la pantalla de mi celular y entiendo que faltan 14 minutos para empezar la jornada estudiantil y 5 cuadras que me separan de ella. Sigo con mi paso lento, seguro. Admiro como el viento sopla mi cabello y como pateo las rocas en mi camino mientras tengo las manos en los bolsillos acariciando mi púa favorita para ayudar a dispersar estos pensamientos. Oigo el familiar sonido de un destartalado motor y en cuestión de segundo veo pasar el autobus de la escuela a una manzana de mi. Me pregunto; ¿que clase de estupido se concidera si quiera tomarlo?